GR-J1 - Etapa 15: Cañete - Torrebaja

Etapa de ríos, plantaciones en parcelas y carretera. Subida ligera durante 30km que no se nota y bajada ligera durante 10km que se hace cómodamente.

Salimos de Cañete y para evitar la carretera al máximo tomaremos rápidamente un camino que irá entre unas colinas y el río Mayor del Molinillo primero y el río Henarrubia después. Hace un frío que pela. Las colinas a nuestra derecha impiden que nos llegue el sol a esta hora. Hay escarcha en la vegetación.

En esta zona y durante gran parte de la etapa veremos muchísimas parcelas de tierra para uso agrícola meticulosamente delimitadas. Es una pena que la mayoría se encuentren abandonadas. Se nota que en el pasado aquí se debió cultivar mucho. Ahora lo que hay es prácticamente todo trigo y algún almendro despistado. Aun así, las parcelas no lucen feas y da la sensación de que podrían ponerlas a producir en poco tiempo si se lo propusieran. Ríos y arroyos bañan generosamente estas tierras, y el suelo se ve superfértil.

Seguimos caminando entre chopos en el río y pinos en las colinas por caminos rodeados de trigales. Es un lugar precioso. Si la salida de Motilla del Palancar me recordó a La Comarca, esta zona casi es Rivendel, hogar de los elfos. En el ambiente vuela el algodonoso polen del chopo, el aumento de la temperatura conforme avanza el día genera un templado bochorno y he visto tres ciervas (quizás Bambis, no tenían cuernos). Deben vivir felices bajando de las colinas a servirse al bufé libre de los trigales tiernos.

Pasamos Salinas del Manzano y acabamos volviendo a la carretera de ayer. Hoy serán 27 kilómetros, pero aun siendo más que ayer se hacen mucho más llevaderos. Creo que es por la apertura de este tramo de carretera, rodeado de parcelas de tierra y pequeñas colinas. Ayer fuimos prácticamente enclaustrados por un cañón o desfiladero creado durante siglos por el río Cabriel, con formaciones rocosas que se cernían sobre nosotros y que mentalmente no dejaban "respirar". Hoy vamos "al aire libre". Y hay aún menos tráfico que ayer. Es lunes, los invasores de las ciudades han vuelto a sus quehaceres y han dejado su patio de recreo, la España vacía, en paz durante unos días.

Habréis visto que me gusta fotografiar ruinas. Casas, aldeas, infraestructuras abandonadas... Lo hago porque me inspiran. Pasando Salvacañete he fotografiado un campo de fútbol abandonado. Sólo quedan las porterías, oxidadas, sin red, algo dobladas. Los niños que jugaron allí por última vez, ¿eran conscientes de que sería la última? ¿Por qué fue la última vez? ¿Crecieron, se fueron del pueblo a estudiar fuera, encontraron otros intereses, se echaron pareja? ¿En qué año nació la generación que decidió que prefería jugar al fútbol en la PlayStation antes que en el campo? ¿Cuándo se produjo el corte analógico/digital en las costumbres de la infancia? ¿Quedan siquiera niños en Salvacañete? Me pregunto, mientras me imagino a sus últimos usuarios despidiéndose para volver a sus casas a cenar tras echar el último partido.

Llegamos a la Comunidad Valenciana. ¿Cómo, aquí? Pues sí. Cortesía de Jaime I el Conquistador, supongo que por razones políticas. ¿No habéis visto en los mapas de la previsión meteorológica un cachillo de tierra suelto entre las provincias de Cuenca y Teruel? Pues es de la provincia de Valencia: el Rincón de Ademuz. Ya huelo la horchata (en mis sueños)...

Tras llegar al Puerto de Hontanar comenzaremos una larguísima bajada hasta el río Ebrón. A partir de ahí sólo restarán 2km sin arcén hasta Torrebaja. Su supermercado no abre por la tarde, tenedlo en cuenta.