GR-J1 - Etapa 10: Reolid (Salobre) - Lezuza (INCOMPLETA)

Salir a recorrer una ruta de largo recorrido conlleva sus riesgos. Y ni siquiera es una cuestión de la dificultad que a priori pueda entrañar el camino. En los últimos dos años habré recorrido fácilmente 2.500 kilómetros y me he caído tres veces de las más tontas maneras: dos por resbalarme en el barro (ocurre que a veces su capita superior está seca y parece segura) y otra más por despistarme y pisar el "borde" de un arcén: he visto arcenes que están levantados hasta un cuarto de metro sobre la tierra más allá del quitamiedos, un auténtico escalón.

Pues hoy me he vuelto a caer por no vigilar el límite del arcén. Con un resultado más grave que las otras veces (que no me supusieron nada), pues he tenido que suspender esta etapa por precaución.

Se puede comprobar en el track que el GPS hace un comportamiento extraño en el punto donde me la pegué, unos metros antes del final (soy tan bruto que pretendía seguir andando tras la hostia). Cuando pierdes el suelo al borde del arcén, o en general cuando un pie pierde el suelo, suele seguir bajando hasta que lo encuentra de nuevo acompañado por el resto del cuerpo, y una vez pisa en plano, se apoya con fuerza, el cuerpo se reequilibra y la otra pierna da un paso corto para afianzar la posición del cuerpo sosteniendo todo su peso. El caso es que el límite del arcén no es un escalón con un ángulo de 90°, sino más bien de 80° o así. Así que pisas el borde y tu pie, buscando el suelo para apoyarse, se escurre múltiples veces unos pocos centímetros por esa pendiente sin llegar a pisar plano: el cuerpo cae hacia adelante, golpeando el suelo primero con la rodilla opuesta, luego con las manos y si como yo aún se tiene momento lineal de sobra, con la frente.

Cuando caí pensé "Buah, otro trofeo a la imbecilidad para mi colección", pero cuando empezó a caerme la sangre de la frente a gota por segundo, la cosa cambió a "Pero si yo no sangro nunca". Lo que tiene la sangre es que si no controlas fríamente dónde quieres que vaya cayendo limpiamente, te cae en las manos y de ahí va a todos sitios: botellas de agua, cremalleras, pañuelos, gafas, ropa, bolsillos, móvil, cara. En un minuto puedes pasar por un matarife. No sé qué pensarían los coches que me vieron tirado en el arcén, pero desde luego no estaba presentable para hacer auto-stop. Y ninguno se paró a ver si necesitaba ayuda.

Después de unos cinco minutos interminables y dos paquetes de pañuelos se cortó la hemorragia. Me lavé con el agua que traía para beber y me apliqué una tirita enorme en la frente. Reempaqueté todo, me eché la mochila al hombro y continué caminando...

Pero algo no iba bien. Me encontraba algo ido, incapaz de concentrarme, somnolientillo, ¿quizás mareado? Hice un selfie a mi frente. ¿Cómo saber a partir de qué profundidad de corte una raja es motivo para dejar de caminar? ¿Y si necesitaba puntos? Llamé a mi padre. Dio tono. Corté. "Para que comentárselo si se va a preocupar y me va a decir que vaya a un médico seguro". Llamó él. Se preocupó y me dijo que fuese inmediatamente a que me lo vieran. Pues eso.

Llamé al 112. Que me mandaban una ambulancia desde Alcaraz. Llegó. Me vio el conductor con mi esparadrapo en la frente. "¿Pero ya te han atendido?". "Sí, yo mismo". Me subió (la verdad es que no me encontraba ágil) y partimos. Menos mal que me la pegué cerquita de un Centro de Salud.

Allí me curaron y descartaron ponerme puntos. Me aplicaron "Pegamento", que debe ser como cristalmina, pero se seca y se convierte en apósito tipo Compeed, y listo. Conseguí un taxi y me fui a mi alojamiento en Lezuza. FIN.

Por comentar lo que recorrí de etapa: la Vía Verde oficialmente acondicionada se acaba en la estación ferroviaria de Reolid, poco después de partir. Hay ciclistas que han investigado más allá y han encontrado varios fragmentos ciclables (y por tanto caminables), pero desperdigados. Hay vallas que de repente te cortan la Vía y te obligan a volver a la carretera. Así las cosas, mi idea hoy era ir *todo el rato* por la carretera hasta Lezuza. No tiene pérdida: basta con buscar en Google Maps "from Reolid to Lezuza". Son cerca de 50 kilómetros, pero es que entre Reolid y Lezuza no encontré ninguna otra posibilidad de alojamiento, y me niego a dar un rodeo por Albacete capital.

Y eso es todo. Be safe. Take care.