GR-92 ES12 - Etapa 30: Puerto de Castellón (Castellón de la Plana) - Alcocéber

¡Sorpresa! 45 kilómetros de etapa; más que de Adra a Roquetas de Mar, que hasta hoy ostentaba el récord. Me he cansado de andar tan poco, así que he repartido el recorrido de lo que para la mayoría son tres etapas en dos. ¡Mañana llegamos a Cataluña!

La etapa es prácticamente plana: paseos marítimos, playa, pasarelas de madera, aceras y carreteras. Le pongo Moderado de dificultad porque la playa entre Torre la Sal y Torrenostra es un martirio para los pies.

Partimos del Puerto de Castellón y el Wikiloc sigue haciendo cosas raras. Paramos, reiniciamos el móvil y finalmente se arregla. En la playa han convertido la zona de dunas en un "Parque Litoral", lo que es una muy buena idea de cara al turismo y a los caminantes, aunque creo que el chorlitejo patinegro no querrá anidar por aquí con tanta gente paseando.

Tras el parque, acera hasta Benicàssim que deja al lado la playa del (los higos chumbos) Gurugú. Y en el municipio conocido por su festival de música, paseo marítimo, larga pasarela de madera que recorre la playa y otra vez paseo. A este segundo paseo marítimo también se le conoce como Paseo de las Villas, por las maravillosas casas de época que se encuentran en primera línea de playa.

Cuando se acaba Benicàssim y hay una cuestecilla, no hagáis como yo: pasad por debajo del puente (al inicio de la cuesta) y tomad directamente la Vía Verde del Mar. Yo seguí una ruta que me llevó a una puerta cerrada de una urbanización privada para acceder a la Vía Verde. Por suerte me la abrieron, pero mejor no arriesgarse, que en este mundo lo privado es sagrado.

La Vía Verde entre Benicàssim y Oropesa del Mar es un camino, mitad carretera para bicis, mitad sendero de tierra para peatones, que recorre durante 5 kilómetros, sin perder de vista el Mediterráneo, una zona con bastante vegetación y pinos. Debió ser en el pasado la carretera oficial que comunicaba ambos municipios en coche, pero ahora es de ciclistas y caminantes. Y es muy bonita.

Entramos en Oropesa del Mar esperando encontrar el pelotazo de Marina d'Or y lo que encontramos es una ciudad normal, con sus playas y paseos marítimos. Al parecer, Marina d'Or se encuentra dentro del término municipal de Oropesa al norte, pero bien podría ser otra ciudad aparte.

Oye, pues Marina d'Or no me ha desagradado. Esperaba la sublimación de lo hortera, y en realidad está construido y decorado con cierto gusto, a veces algo kitsch, pero sin pasarse. Hay una zona enorme de hierba verde entre la playa y los bloques de pisos donde la gente toma el sol, 30 metros de playa más 30 más de agua en los que se hace pie, y el paseo marítimo es una simple acera. Supongo que si viese los parques de atracciones a pleno rendimiento y las playas petadas en temporada alta ya se me parecería algo más al infierno.

Salimos de Marina d'Or y llegamos a la parte más tortuosa de la etapa: siete kilómetros de playa de cantos. En la playa aguanto la arena suelta, las piedrecitas, la arena dura... Pero los cantos son incomodísimos para andar. En algunas ocasiones hay un parche de arena, y en medio del paraje (Parc Natural del Prat Cabanes - Torreblanca) podremos ir por un camino que se hizo cuando Progreso era sinónimo de "poder ir en coche a cualquier sitio" y que ahora está cerrado al tráfico. Pero la incomodidad es total. Los cantos parecen vertidos artificialmente sobre la playa (forman un muro) para que por el lado del enorme humedal varios hilillos de agua fluyan entre las piedras por debajo hacia el mar permitiendo caminar por encima, y por el lado de las olas se evite la erosión de la costa. Así que tampoco me puedo quejar demasiado.

Superé los 50 waypoints, pero tampoco hay nada reseñable en el camino desde que pasamos la playa de cantos: paseo marítimo en Torrenostra, carretera comarcal larguísima hasta Alcocéber y acera/paseo marítimo/pasarelas de madera en nuestro destino.

Espero que el camino de Alcocéber a Peñíscola de mañana no sea muy exigente...