GR-7 Prados de Lopera - Albuñuelas

Comenzaremos esta ruta en el restaurante Los Prados que se encuentra en el Km 27 de la carretera de la Cabra en Dirección Almuñécar.

Para poder realizar esta ruta dispusimos de dos vehículos con los que nos desplazamos a la localidad de Albuñuelas; aquí aparcamos uno de los coches y con el otro, un 4x4, nos dirigiremos por la pista forestal de las Albuñuelas hasta el punto de inicio antes mencionado (Prados de Lopera).

Este itinerario de 22,5 km. en todo terreno se puede encontrar más detallado en: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11051899.

Una vez que finalizamos la ruta en Albuñuelas tomaremos el coche aparcado para ir a recoger el todoterreno de Prados de Lopera. Aclarados los detalles de transporte nos disponemos a detallar la ruta.

Desde el Mesón Los Prados seguiremos por la carretera unos 800 m. hasta tomar el primer desvío a la derecha por un sendero que nos conducirá hasta un carril carretero denominado Cañada Real que tomaremos hacia la derecha y nos llevará hasta el Barranco del Cañuelo.

En el km 2,8 nos desviaremos de la Cañada Real que se dirige hacia el Puerto de la Venta de la Lata o de Lentegí. Nosotros tomaremos el desvió a la izquierda que sigue en descenso por el Barranco del Cañuelo y en el Km 3,6 nos encontraremos con la fuente del Cañuelo.

Unos metros después nos desviaremos a la izquierda por un pequeño sendero casi camuflado por la vegetación que crece por la falta de transito y llegaremos a la Zona de acampada El Cañuelo. El Cañuelo es un área de libre acampada con dos casas forestales y una serie de habitáculos que albergan diferentes servicios. Está gestionada por el Ayuntamiento y Medio Ambiente. Situada a 14 Km. de Albuñuelas se puede acceder por una pista forestal de tierra bien desde el mismo pueblo o por la carretera Granada-Almuñécar (Carretera de la cabra).
Situada en un pinar con abundante zona sombreada. Puede albergar aproximadamente a 50 personas y está provisto de dos casas forestales, duchas, servicios, barbacoas, cocinas-hogares, mesas y bancos. Su estado es bueno y tiene un uso turístico y municipal.

Seguiremos por la pista y en el km. 6,2 entraremos en el Barranco Rambla de la Huída dejando a nuestra derecha el Cerro del Toro de 1268 m.

Seguiremos para cambiar de vertiente y en un descenso, junto a un cortijo dedicado a la ganadería nos cruzaremos con el camino de Ítrabo.

Algo más adelante y tras pasar con precaución por unos desprendimientos, nos desviaremos a la derecha por el camino forestal de las Albuñuelas. A poca distancia se halla una casa forestal y a unos metros más y a la derecha en la otra orilla del rio Saleres que empieza a acompañarnos podremos observar los Hornos de Miera.
Según nos contó un amabilísimo pastor en un rato de charla; los días de lluvia aún se puede oler las esencias de miera que fueron vertidas sobre el terreno.

En estos hornos se destilaba la miera del enebro de miera. El enebro de la miera es una planta que ha tenido un amplio y tradicional uso etnobotánico, muy popular y tradicional es el llamado aceite de miera, que se obtiene por la destilación en seco de los troncos de esta planta y que ya se utilizaba en los S. XVI – XVII, gozando de gran fama y reputación de tener propiedades antisépticas y vulnerarías, habiéndose empleado para cicatrizar las úlceras y heridas, así como para tratar infecciones de la piel como eczemas y psoriasis, y para combatir a los gusanos, piojos, liendres, chinches y toda clase de parásitos humanos, aunque también ha sido empleado en veterinaria para tratar las infecciones de la piel del ganado y particularmente para combatir a los piojos y garrapatas y usarse en ungüento en las ovejas tras esquilar el animal, para evitarles infecciones.

En el km. 12,6 cruzaremos el rio y cambiaremos de ladera y comenzaremos a ascender obteniendo unas magníficas vistas de los tajos, con numerosas oquedades y cuevas, situado bajo el Llano de las Cuevas.

Comenzaremos un vertiginoso descenso por un camino de herradura con el atractivo de las vistas de Albuñuelas, Sierra Nevada en todo su esplendor, el encanto de las formaciones rocosas por las que caminamos, los huertos y arboledas hasta llegar nuevamente al rio Saleres junto al Molino de los Úbedas.

Tras cruzar el rio y superar un ascenso algo duro llegaremos a las Albuñuelas punto final de nuestra ruta.