Gatún por el carrascal, las abejeras y el nevero de Villarroya

Fácil marcha que asciende al Gatún desde Villarroya y desciende por la panorámica cresta que lo enlaza con el monte Yerga, ahora colonizada por los molinos eólicos. Se pasa por la recién retaurada nevera y, de regreso al pueblo, atravesamos el bonito carrascal de Villarroya deteniéndonos en las abejeras y los corrales-cueva.
Partimos desde la iglesia del pueblo, tomando la pista que baja al barranco donde nos encontramos con los merenderos. Seguimos el marcado camino, primero algo hacia la izquierda cerca del riachuelo y luego encarando hacia Gatún. En una curva cerrada no cogemos la primera senda que sale a la derecha ni tampoco las rodadas que llevan a las colmenas, sino que giramos más y a los veinte metros tomamos la senda señalizada ("neveras de Villarroya") que nos subirá por el barranquillo hasta la pista que bordea la cima de Gatún. Seguimos la pista a la izquierda (pocos metros) hasta llegar a la loma, y por empinada pendiente llegamos a la rocosa y panorámica cumbre.
Desde la cima, seguimos el cordal en dirección a Yerga. Muy pronto veremos la nevera, recién restaurada, ligeramente en la vertiente sur dentro del pinar. Siguiendo un par de klómetros la panorámica loma (qué pena que esté plagada de molinos), llegaremos a un collado desde el que sale una marcada senda a la derecha. Se puede descender por ella o, como nosotros (para alargar la excursión), seguir hasta el siguiente collado desde el que sale otra senda a la derecha que se une a la anterior ya en el carrascal.
Al rato el camino se transforma en pista y, tras atravesar un sembrado que acaba en un bosquete cercado, tomamos la pista menos marcada de la derecha que, a los pocos metros, dejaremos por una bifurcación señalizada a la derecha ("abejeras") que nos lleva hasta los corrales-cueva y la construcción de pared de color blanco de las abejeras.
Volvemos al camino anterior y, siguiendo la misma dirección, por pista, nos acercaremos hacia Villarroya en dirección oeste. Tras atravesar una vaguada con una balsa, preferimos tomar el antiguo camino que alcanza el pueblo por la ladera norte de la loma.
En resumen, entretenido paseo que, además de ascender a una panorámica cima y recorrer un bien conservado carrascal, permite conocer un espacio etnográfico cuidadosamente preservado y puesto en valor.