Fuenteheridos – Alájar circular por la Peña Arias Montano y los caminos de Linares, Los Conejales y la Urraleda

Fuenteheridos – Alájar circular por la Peña Arias Montano y los caminos de Linares, Los Conejales y la Urraleda 12,5 Km

Preciosa ruta que discurre por senderos tan impresionantes como poco transitados, resultando una alternativa fantástica para visitar las bonitas localidades de Fuenteheridos y Alájar, así como para disfrutar de las increíbles vistas que nos ofrecen los miradores situados en el puerto de Alájar y la Peña de Arias Montano. Al tratarse de estrechos senderos que discurren entre diferente arbolado es una ruta idónea para realizarla en épocas calurosas.

Comenzamos nuestro itinerario en la Plaza El Coso de Fuenteheridos, y nos dirigimos por la calle Virgen de la Fuente hacia la rotonda de entrada a la localidad donde encontraremos, justo al inicio de la carretera hacia Alájar, un pequeño y discreto poste de madera indicador de inicio del sendero “Fuenteheridos – Linares de la Sierra”, que nos conducirá hasta el mirador del puerto de Alájar.

Este estrecho y cómodo sendero discurre entre alambradas o muretes de piedra, y la primera mitad de su recorrido la realizaremos en continuo ascenso moderado, siendo escoltados durante nuestra marcha por multitud de sorprendentes castaños, para seguir después llaneando hasta llegar a un cruce de caminos. El camino que sigue de frente continúa en dirección a Linares de la Sierra, por lo que nosotros giraremos a la derecha hasta encontrar un doble portón. El primero se encuentra abierto y el segundo, a un metro de éste, se halla cerrado, aunque existe un pasillo entre ambos que se abre a la derecha, hacia donde nosotros giraremos, con un cartel que indica claramente que se trata de un camino público, diseñado para rodear la finca que nos separa de la carretera Fuenteheridos – Alájar, la cual debemos cruzar para situarnos sobre el impresionante mirador del puerto de Alájar (820m. de altitud).

Tras disfrutar de unas maravillosas vistas, nos dirigiremos ahora a la Peña Arias Montano (720m. de altitud), y lo haremos por un atajo situado junto al mirador para evitar tener que bajar por la carretera, con la que volveremos a encontrarnos más abajo y por la que caminaremos unos 100 metros hasta adentrarnos en el entorno de la Peña, donde obtendremos otra maravillosa perspectiva del sur de la Sierra gracias a su mirador abalconado, y podremos visitar el Santuario Nuestra Señora Reina de los Ángeles situado en dicha explanada.

Regresaremos de nuevo a la carretera, por la que recorreremos unos 50 metros ahora en dirección a Alájar hasta salirnos de ella por un camino empedrado que sale a la derecha y por el que iremos perdiendo altura hasta llegar a las inmediaciones del pueblo, al que entraremos por la calle Arias Montano donde culminaremos el kilómetro 5 de nuestro recorrido.

Una vez que hemos recorrido las calles de este bonito pueblo, aprovechando su amplia oferta gastronómica para comer y descansar un rato, salimos del mismo por el extremo opuesto al que entramos, justo por las inmediaciones del parking público (580m. de altitud), y nos dirigiremos en dirección noroeste hacia la aldea de El Calabacino por la que no pasaremos, ya que antes de llegar a ella nos desviaremos a la derecha por un estrecho y empinado sendero que sirve para acceder de nuevo a la Peña o, como en nuestro caso, dirigirnos de regreso a Fuenteheridos. Hay que estar muy atentos porque el sendero pasa muy desapercibido.

Si queremos seguir por un sendero oficial, deberíamos continuar hacia el este hasta las inmediaciones de la Peña, desde donde sale otro sendero que asciende en dirección oeste hasta situarse unos 20 metros por encima de donde nos encontramos. Para evitar dar este rodeo, a la altura del waypoint número 15 “atajo” vamos a ascender esos 20 metros trochando por una senda poco marcada pero muy intuitiva y fácil de caminar hasta situarnos en ese camino de arriba, que una vez alcanzado cogeremos a la izquierda.

Poco más adelante encontraremos un pequeño cruce de caminos. Un cartel de madera nos indica que si continuamos de frente vamos hacia Castaño de Robledo y será la opción que elegiremos, pues también coincide con nuestro rumbo. A la derecha sigue un sendero que pasa algo desapercibido, y que sigue ascendiendo hasta llegar a un mirador bastante rústico que se sitúa unos 160 metros de altitud por encima del de la Peña Arias Navarro, por lo que nos proporciona unas vistas aún más impresionantes del entorno. Si vamos con fuerzas merece la pena el esfuerzo, aunque luego debamos deshacer nuestros pasos para continuar nuevamente nuestro camino desde aquí.

Nuestro siguiente waypoint nos indica otro cruce de caminos. El camino que sale a la izquierda conduce a Castaño de Robledo a través del sendero “Rodeo al Cerro del Castaño”. El camino que sale a la derecha y que será el que nosotros tomaremos, es el camino de los Conejales, que va a parar a la carretera de Fuenteheridos a Alájar, a la que no llegaremos a desembocar puesto que unos 80 metros antes de llegar a la misma nos encontraremos con otra bifurcación y un cartel indicativo que nos informa que debemos girar a la izquierda para tomar el camino de La Urraleda, por el que se puede acceder de nuevo a Castaño de Robledo o, como en nuestro caso, a Fuenteheridos. Como se puede apreciar, las posibilidades de elección de caminos son numerosas, por lo que resulta fácil diseñar rutas para todos los gustos.

Un kilómetro más adelante llegaremos a una gran casa junto a un nuevo cruce de caminos, en el cual debemos hacer un giro de casi 180 grados a la derecha para dirigirnos definitivamente a Fuenteheridos en moderado ascenso, lo cual nos servirá para obtener unas bonitas vistas del pueblo justo antes de acceder a la carretera HU-8114 que atravesaremos con cuidado para luego girar a la derecha y caminar por la misma unos 200 metros hasta salirnos de ella a la izquierda para acceder al pueblo por las inmediaciones del parking público situado al oeste de la localidad y callejear hasta desembocar en la Plaza El coso donde comenzamos y ahora finalizamos nuestra maravillosa ruta.

La naturaleza siempre nos reconforta, nos reequilibra y, con su extraordinaria belleza y sencillez, nos recuerda que formamos parte de ella y de su entorno. Por eso, aquí nos sentimos como en casa. La vida es el camino, pero el camino nos da la vida.