Fuencalderas-Farrihuelo-Fachar.
near Fuencalderas, Aragón (España)
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Itinerary description
Ruta de dos días por la Sierra de Santo Domingo con el objetivo primordial de subir al Vértice del Fachar, recóndita cima que se me había resistido en tentativas anteriores. A parte de ese fin, el recorrido, que es circular, incluye ricones pintorescos y de mucho atractivo, como el Corral de Farrihuelo y su refugio remozado, mantenido por su titular en perfectas condiciones de revista y pernocta.
De Fuencalderas se irá un rato por la carretera hasta ver el rótulo del GR-1 hacia San Miguel de Liso. El camino llega a un cobertizo y empalma con una pista. Seguir las indicaciones del GR que marchan por el ramal de la derecha en la siguiente bifurcación, para después tomar el desvío señalizado a mano izquierda.
El camino desciende a cruzar el Barranco de Os Vergales. Luego marchamos un rato a su vera, para ir ganando altura entre vegetación de quejigos. Mas arriba se pasa junto al Corral de Manuel Luna y después cruzamos la pista a fin de alcanzar la ermita de San Miguel de Liso, con su ábside románico todavía a medio derrumbarse. Adjunto se levanta otro edificio que ostenta en su fachada parte de los capiteles del antiguo templo. Cerca queda una fuente para repostar. Aquí se abandona el trazado del GR-1 con idea de encarar hacia el refugio de Farrihuelo.
En el camino aparecen balizas y pinturas de color amarillo, en un primer repecho herboso que mas adelate dibuja una media ladera. Se pasará al lado de unas Peñas, las Rallas de San Miguel, donde se descarta la opción de Peñalén, gracias a un camino que linda con unos apriscos.
Breve será el tramo a andar por la pista venidera donde los carteles indican el atajo a tomar, al lado del ruinoso corral de Pueluza. Mas adelante volvemos a desembocar en la pista, de la que saldremos rápido gracias a un nuevo atajo señalizado.
La cuesta nos lleva al Corral de Farrihuelo, refugio abierto con dos dependencias en perfecto estado de revista. Se nota el cuidado y esmero que pone su dueño en adecentar el refugio con un equipamiento del que carecen muchos hoteles de una estrella. Apenas falta de nada, como el práctico añadido de una cisterna que recoge el agua del tejado para abastecimiento de los visitantes.
El resto de la tarde se dedicó a trazar una pequeña circular por la parte alta de la sierra, con la intención puesta en la subida al Fachar. Para este quehacer vale seguir la pista que marcha al cercano Portillo de Fayar donde un sendero anima a internarse en la vertiente norte de la sierra. Pronto se alcanza un mirador para luego descender bajo la umbría de un bosque umbrío, en el que destaca la presencia de viejas y robustas hayas.
La Fuente del Fayar permite rellenar la cantimplora mientras se disfruta de tan apacible rincón. La senda continúa bosque adentro y en cinco minutos llega a un haya de gran porte. Su visita es opcional pero recomendable. Salen desvíos alternativos en este breve tramo.
De la Fuente del Fayar empezaremos a subir, entre mas hayas y pinos altivos, en dirección a la Fuente Socarrada, que en aquella fecha hacía honor a su nombre. Duros repechos esperan tras cruzar una barranquera, hasta desembocar en un prado que es encrucijada de caminos. La vuelta por la Fajalta tendrá que esperar pues ahora toca emprender el ascenso al Fachar.
Las pinturas amarillas siguen marcando el rumbo, a través de una senda que encara y recorre la cresta de la sierra. La maleza de bojes y erizón no estorba al buen caminar, mientras se goza de unas estupendas vistas a ambas vertientes. En el vértice geodésico el panorama se alarga al este por toda la Sierra de Santo Domingo y de Loarre, a la vez que se disfruta de un paisaje amplio al Pirineo.
En la intersección del prado se toma el camino de vuelta al refugio por la Fajalta. En el trayecto surge una alternativa que abrevia desviándose por la izquierda, o bien se puede continuar por el otro lado como fue el caso. Entre ambas opciones cabe la oportunidad de ascender a un risco a modo de otero sobre las campas de Farrihuelo.
La senda acaba por salir a la pista cercana al refugio, donde se pasó la noche la mar de agradablemente con el soniquete del cencerro de las vacas como música de fondo. Por cierto, el que guste o tenga hábito de leer antes de echarse al sobre, sepa que dispone de abundante material en forma de escritos en las paredes del refugio, mensajes que van de la mera información a la severa advertencia.
A la mañana siguiente, con las primeras luces del alba, y asegurándonos de haber dejado el refugio igual o en mejores condiciones de las que estaba, pues las labores de su conservador son loables y merecedoras de un comportamiento similar, emprendiose el recorrido de la segunda jornada. Un camino parte de la campa herbosa con rumbo este, hacia el Corral de Grasa y la Ralla de la Osqueta. Tras llevar un rato en bajada se deberá atender al desvío señalizado hacia San Felices. El camino desciende raudo, entre ejemplares magníficos de pino royo, a desembocar en el barranco que ha labrado esta angosta foz, una de las muchas que adornan el relieve de la Sierra de Santo Domingo.
La pista nos ha de llevar ahora, en ligera subida, a una curva cerrada donde parte el sendero de bajada hacia San Felices. Hay un indicador en el desvío. El camino está bien trazado y pasa junto a las ruinas del Corral de Artaso. Mas abajo una portilla ganadera da paso al tramo por la angosta Foz del Molín, en la que será necesario vadear el cauce del barranco.
En la otra margen continúa el trayecto hacia el cercano pueblo de San Felices, aunque se puede torcer antes por un desvío a la derecha. Una bajada pronunciada conduce al pie de las cascadas que forma el barranco. Bonito rincón para solazarse y tomar un refresco en las badinas.
Se puede atajar sin necesidad de retroceder hacia la aldea de San Felices. Basta cruzar a la otra orilla, al pie del salto de agua, a fin de avanzar por una trocha que pronto desemboca en la pista del GR-1. Este día no visitose San Felices, poniendo rumbo de vuelta a Fuencalderas por la traza del GR, que de inmediato presenta un corto atajo a la revuelta de la pista.
En adelante espera un trecho de andadura por la pista, en ascenso prolongado hasta coronar una meseta de campos donde se ubica un cartel sobre el paisaje protegido de las Peñas de Santo Domingo. Luego habrá que estar atento a un sendero difuso a mano izquierda de la pista. Su seguimiento lleva al abandono del GR-1 que marcha a San Miguel de Liso. La traza de la senda está sucia de matorral, y pierde cota para llegar a un ramal desprendido de la pista principal.
Una nueva senda deja la pista, indicador, y desciende a cruzar el inmediato torrente. Aparecen pinturas amarillas en este revirado camino que atraviesa laderas de quejigo y pinar. Un puente rústico de maderos salva una barranquera para continuar en ascenso hacia las ruinas del Corral de Samper.
El camino enlaza con una pista que tomaremos a la derecha en el tramo siguiente. De nuevo aparecerá un poste indicador que señaliza el rumbo hacia Fuencalderas, llegando enseguida al vadeo del barranco de Planulero o de Vergales.
Conviene reposar un tiempo a la orilla del torrente, con ánimo de refrescarse y tomar aliento para el duro repecho que espera en el trecho final de la ruta. Un colofón inesperado por la dureza de la pendiente y lo poco marcado de la traza del sendero. Con algún sofoco y juramento de mas, se alcanzará la intersección conocida donde hay un cobertizo y el camino de regreso a Fuencalderas.
De Fuencalderas se irá un rato por la carretera hasta ver el rótulo del GR-1 hacia San Miguel de Liso. El camino llega a un cobertizo y empalma con una pista. Seguir las indicaciones del GR que marchan por el ramal de la derecha en la siguiente bifurcación, para después tomar el desvío señalizado a mano izquierda.
El camino desciende a cruzar el Barranco de Os Vergales. Luego marchamos un rato a su vera, para ir ganando altura entre vegetación de quejigos. Mas arriba se pasa junto al Corral de Manuel Luna y después cruzamos la pista a fin de alcanzar la ermita de San Miguel de Liso, con su ábside románico todavía a medio derrumbarse. Adjunto se levanta otro edificio que ostenta en su fachada parte de los capiteles del antiguo templo. Cerca queda una fuente para repostar. Aquí se abandona el trazado del GR-1 con idea de encarar hacia el refugio de Farrihuelo.
En el camino aparecen balizas y pinturas de color amarillo, en un primer repecho herboso que mas adelate dibuja una media ladera. Se pasará al lado de unas Peñas, las Rallas de San Miguel, donde se descarta la opción de Peñalén, gracias a un camino que linda con unos apriscos.
Breve será el tramo a andar por la pista venidera donde los carteles indican el atajo a tomar, al lado del ruinoso corral de Pueluza. Mas adelante volvemos a desembocar en la pista, de la que saldremos rápido gracias a un nuevo atajo señalizado.
La cuesta nos lleva al Corral de Farrihuelo, refugio abierto con dos dependencias en perfecto estado de revista. Se nota el cuidado y esmero que pone su dueño en adecentar el refugio con un equipamiento del que carecen muchos hoteles de una estrella. Apenas falta de nada, como el práctico añadido de una cisterna que recoge el agua del tejado para abastecimiento de los visitantes.
El resto de la tarde se dedicó a trazar una pequeña circular por la parte alta de la sierra, con la intención puesta en la subida al Fachar. Para este quehacer vale seguir la pista que marcha al cercano Portillo de Fayar donde un sendero anima a internarse en la vertiente norte de la sierra. Pronto se alcanza un mirador para luego descender bajo la umbría de un bosque umbrío, en el que destaca la presencia de viejas y robustas hayas.
La Fuente del Fayar permite rellenar la cantimplora mientras se disfruta de tan apacible rincón. La senda continúa bosque adentro y en cinco minutos llega a un haya de gran porte. Su visita es opcional pero recomendable. Salen desvíos alternativos en este breve tramo.
De la Fuente del Fayar empezaremos a subir, entre mas hayas y pinos altivos, en dirección a la Fuente Socarrada, que en aquella fecha hacía honor a su nombre. Duros repechos esperan tras cruzar una barranquera, hasta desembocar en un prado que es encrucijada de caminos. La vuelta por la Fajalta tendrá que esperar pues ahora toca emprender el ascenso al Fachar.
Las pinturas amarillas siguen marcando el rumbo, a través de una senda que encara y recorre la cresta de la sierra. La maleza de bojes y erizón no estorba al buen caminar, mientras se goza de unas estupendas vistas a ambas vertientes. En el vértice geodésico el panorama se alarga al este por toda la Sierra de Santo Domingo y de Loarre, a la vez que se disfruta de un paisaje amplio al Pirineo.
En la intersección del prado se toma el camino de vuelta al refugio por la Fajalta. En el trayecto surge una alternativa que abrevia desviándose por la izquierda, o bien se puede continuar por el otro lado como fue el caso. Entre ambas opciones cabe la oportunidad de ascender a un risco a modo de otero sobre las campas de Farrihuelo.
La senda acaba por salir a la pista cercana al refugio, donde se pasó la noche la mar de agradablemente con el soniquete del cencerro de las vacas como música de fondo. Por cierto, el que guste o tenga hábito de leer antes de echarse al sobre, sepa que dispone de abundante material en forma de escritos en las paredes del refugio, mensajes que van de la mera información a la severa advertencia.
A la mañana siguiente, con las primeras luces del alba, y asegurándonos de haber dejado el refugio igual o en mejores condiciones de las que estaba, pues las labores de su conservador son loables y merecedoras de un comportamiento similar, emprendiose el recorrido de la segunda jornada. Un camino parte de la campa herbosa con rumbo este, hacia el Corral de Grasa y la Ralla de la Osqueta. Tras llevar un rato en bajada se deberá atender al desvío señalizado hacia San Felices. El camino desciende raudo, entre ejemplares magníficos de pino royo, a desembocar en el barranco que ha labrado esta angosta foz, una de las muchas que adornan el relieve de la Sierra de Santo Domingo.
La pista nos ha de llevar ahora, en ligera subida, a una curva cerrada donde parte el sendero de bajada hacia San Felices. Hay un indicador en el desvío. El camino está bien trazado y pasa junto a las ruinas del Corral de Artaso. Mas abajo una portilla ganadera da paso al tramo por la angosta Foz del Molín, en la que será necesario vadear el cauce del barranco.
En la otra margen continúa el trayecto hacia el cercano pueblo de San Felices, aunque se puede torcer antes por un desvío a la derecha. Una bajada pronunciada conduce al pie de las cascadas que forma el barranco. Bonito rincón para solazarse y tomar un refresco en las badinas.
Se puede atajar sin necesidad de retroceder hacia la aldea de San Felices. Basta cruzar a la otra orilla, al pie del salto de agua, a fin de avanzar por una trocha que pronto desemboca en la pista del GR-1. Este día no visitose San Felices, poniendo rumbo de vuelta a Fuencalderas por la traza del GR, que de inmediato presenta un corto atajo a la revuelta de la pista.
En adelante espera un trecho de andadura por la pista, en ascenso prolongado hasta coronar una meseta de campos donde se ubica un cartel sobre el paisaje protegido de las Peñas de Santo Domingo. Luego habrá que estar atento a un sendero difuso a mano izquierda de la pista. Su seguimiento lleva al abandono del GR-1 que marcha a San Miguel de Liso. La traza de la senda está sucia de matorral, y pierde cota para llegar a un ramal desprendido de la pista principal.
Una nueva senda deja la pista, indicador, y desciende a cruzar el inmediato torrente. Aparecen pinturas amarillas en este revirado camino que atraviesa laderas de quejigo y pinar. Un puente rústico de maderos salva una barranquera para continuar en ascenso hacia las ruinas del Corral de Samper.
El camino enlaza con una pista que tomaremos a la derecha en el tramo siguiente. De nuevo aparecerá un poste indicador que señaliza el rumbo hacia Fuencalderas, llegando enseguida al vadeo del barranco de Planulero o de Vergales.
Conviene reposar un tiempo a la orilla del torrente, con ánimo de refrescarse y tomar aliento para el duro repecho que espera en el trecho final de la ruta. Un colofón inesperado por la dureza de la pendiente y lo poco marcado de la traza del sendero. Con algún sofoco y juramento de mas, se alcanzará la intersección conocida donde hay un cobertizo y el camino de regreso a Fuencalderas.
Waypoints
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01. Inicio de la circular.
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02. Seguir por el ramal de la derecha.
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03. Tomar la senda.
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04. Cruce del barranco.
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21. Atajo
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