Circular a la Sierra de Fontcalent, haciendo cima y visitando las cuevas: del Humo, del Ocre, de Las Palomas y de Los Escondi

“Parece un incendio, pero es que está apagándose el bosque”. J. Araújo
A muy poca distancia del núcleo urbano de Alicante se erige la árida sierra de Fontcalent (debe su nombre a un manantial de agua caliente que brota en la Finca Font Calent), entre el centro penitenciario del mismo nombre (al sureste) y el núcleo de casas de la pedanía del Rebolledo (al suroeste). Durante el siglo XIX Fontcalent perteneció a San Vicente del Raspeig. Es una de las pedanías más extensas de las once que tiene Alicante, y su particularidad es que la población vive diseminada en varios núcleos: el Pla, la Serreta, La Campaneta, Yeseras, El Salar, Lo Sogorb, Lo Gosálvez, La Ballestera, Lo Montagut, Lo Navarelo y Los Monteros. Los núcleos de población están distribuidos de manera dispersa, lo cual hace que no disponga ni de plaza pública. La pedanía tiene una ermita en estado ruinoso y no existe ningún comercio ni bar, solamente una farmacia.
Se trata de una pequeña sierra alargada, que destaca sobre el entorno, la cual se extiende unos 3 kilómetros de suroeste a noreste, de vertiginosas pendientes y de muy escasa vegetación arbórea. Excepto el pequeño collado (377 msnm) por el que la ruta accede a la cumbre de Fontcalent, toda la cresta presenta altitudes superiores a los 400 metros, alcanzando los 448 en la parte occidental de la sierra. En este mismo sector, que es una llanura, existe un vértice geodésico situado a 446 metros de altitud. Respecto a geología destacan, de forma clara, una serie de estratos dispuestos casi verticalmente, cuyo origen se remonta al jurásico, y los cuales se alternan en capas sucesivas de colores gris y ocre. En estas últimas se observan numerosas formas vegetales fosilizadas. Asimismo, la sierra de Fontcalent alberga, al menos, una cueva en la que se hallaron vestigios de antiguos asentamientos humanos, como es la cueva del Fum (del Humo). En la sierra existen otras cuevas, como las dels Coloms (de las Palomas) y del Ocre. En la primera fueron hallados algunos restos de enterramientos, datados en la Edad del Cobre (III milenio a. C.). Pero, en el año 1968, la industria cementera se fijó en Fontcalent. No fue hasta el año 1987 cuando gran parte de la sierra fue declarada como «Suelo no urbanizable de protección de hito» (SNU/H). Ya en el siglo XXI, la presión vecinal y de diferentes colectivos logró paralizar la cantera aunque, no mucho tiempo después, la sierra volvía a ser menguada poco a poco. Hoy, Fontcalent sigue decreciendo por su parte nororiental. Justo en esta zona se encontraban las paredes sobre las que se iniciaron algunos alicantinos en la escalada, tal como relata Eusebio Pérez Oca, en el blog de la Asociación Cultural Alicante Vivo.
Iniciamos por la izquierda, en la zona del Rebolledo, desde un pequeño rellano enfrente de la casa rural, Casa de mi Amor. Tenemos un bonito amanecer con nubes que vienen desde el mar y una mirada frontal a la parte alta de la sierra. Vemos cómo bandadas de gaviotas se dirigen a un cercano vertedero donde reciclan residuos. Seguimos hasta conectar con una pista que durante un largo tramo va paralela a las vías del AVE en las cercanías de la cantera.
Termina la pista y giramos a la derecha por un camino que comienza a subir alejándonos de la cantera y sus máquinas que van desintegrando la sierra. Tomamos altura subiendo algunas lomas y el paisaje se amplía. El camino se dirige de nuevo hacia los límites de la cantera bordeándola sin dejar de subir por la umbría; otorgándonos buenas panorámicas al paisaje soleado con el Maigmó, la Penya Migjorn y el Cabeçó d’Or. Nos alejamos definitivamente de la cantera tomando un sendero a la derecha que en diagonal comienza a subir. Pronto unos mojones nos indican un desvío a la izquierda de ida y vuelta para visitar la primera de las cuevas.
Cueva del Humo (240 m.) Es una pequeña cueva con tres ventanas naturales, considerada como un enterramiento múltiple, con restos de ocupación de hasta tres mil años antes de Cristo y, por sus ajuares, el yacimiento prehistórico más antiguo del término municipal de Alicante. Es una pequeña cavidad de unos seis metros de profundidad por cinco de ancho y una altura media de algo más de dos metros, con una superficie de unos veinte metros cuadrados, con buena iluminación por sus tres ventanas.
Regresamos al camino principal con vistas a La Silla y al Cid, que luego hace un giro a la izquierda para enfilar por el lomo rocoso de una antigua cantera, un recuadro abandonado en el que hicieron algunas catas. Por la izquierda hacemos un giro para seguir subiendo guiados por algún mojón hacia la Cueva del Ocre, escondida tras un enclave rocoso que rodeamos por la izquierda. de nuevo las vistas desde la umbría son espectaculares.
Cueva del Ocre (315 m.) es una mina abandonada abierta en la ladera oeste de la sierra de Fontcalent, con un túnel de unos 15 m. que desemboca en una sala más amplia. Está incluida en el Catálogo de Cavidades de la provincia de Alicante.
Desde la misma cueva retomamos la subida, hay varios rastros de sendas fáciles de seguir y que en unos doscientos metros nos llevarán al cordal de la sierra, donde conectamos con la senda balizada que viene desde Les Vallongues. Seguimos la cuerda de la sierra por la derecha en dirección a la cima con asombrosas vistas a ambas vertientes. El cordal es afilado como una cresta al principio para ir poco a poco ensanchándose hacia el morro oeste. Enseguida tenemos a la vista en el frontal sur a la altura de un pino que hay en la parte superior y que nos servirá de referencia, la gran ventana de la Cueva de las Palomas a la que vamos a intentar descender.
Llegamos hasta el pino solitario que rodeamos por su izquierda con extensas miradas al cresterío de la sierra. No vemos mojones pero sí rastros de bajada. Hay que estar muy seguros para iniciar la bajada, sobretodo el primer tramo.
Cueva de las Palomas (426 m.) Nos asomamos a la gran ventana, para ver la cueva y no animamos a seguir destrepando para llegar a la entrada principal de siete metros de ancha y tres de altura. Desde el interior se puede trepar hasta la ventana, no lo hicimos. En 1958 se recogieron algunos materiales de sílex como un raspador y hojas con retoques; también se encontraron unos fragmentos de cerámica negra. Pero no se ha completado su estudio.
Escalonadamente, entre las rocas, regresamos hasta la parte alta. Seguimos sendero hacia la cumbre. De camino vemos un pequeño pozo o sima sin balizar, aunque han puesto un trozo de tela metálica. Avistamos el vértice geodésico. Cumbre de Fontcalent (446 m.) lugar donde fue reubicado últimamente, quizás por ser una zona mas despejada. Seguimos adelante sin sendero entre matas de esparto hasta llegar al final del Puntal Oeste con grandes vistas.
Iniciamos el regreso deshaciendo camino hasta la cumbre y por el sendero hasta el cruce de subida, donde ahora seguiremos recto, subiendo hacia las crestas guiados por las marcas de pintura blancas y azules. Es un cresteo ondulado y sencillo sobre la dura roca que nos permite ir asomándonos a las dos vertientes. Las preciosas y algodonosas nubes que la brisa mueve pintan un paisaje encantador que llega hasta el mar. El bonito recorrido se prolonga sobre las crestas que convierten a la sierra de Fontalent en una atalaya donde el pasiaje se extiende por el mar desde Santa Pola al Postiguet, y por el interior a todo el elenco montañoso de la provincia.
Alcanzamos el diminuto collado y con ello el comienzo de la empinada bajada en la que hay que tomar precauciones para evitar resbalar. Con vistas a la costa y al sendero que luego se prolonga por las laderas de la sierra. A media bajada el desnivel se apacigua y nos da tiempo a observar lateralmente la montaña hasta el oeste donde le crece un recto farallón, y a Alicante, con la serra Grossa, el castillo de Santa Bárbara y el recinto penitenciario. Llegamos a la parte llana de la ladera con abundante matorral de esparto. Hacemos un giro a la derecha dejando el sendero de las marcas blancas y azules. Este camino nos llevará a uno de los acueductos del Taibilla. Pasaremos por encima, las puertas metálicas están abiertas, y el camino se une al trazado de la Senda del Poeta que seguiremos durante un largo tramo siempre junto al Canal del Taibilla, admirando la cara sur de la sierra.
Marchamos cerca de la Hacienda de les Covetes y otras fincas, comenzando a rodear la montaña por su cara oeste, donde el Canal del Taibilla se separa por la izquierda. Este lado de la sierra es el más agreste. Hacemos otro giro a la derecha tomando el Camino de las Canteras que transita a media ladera y por debajo de la línea de las torres eléctricas. Estamos muy atentos a un Waypoint que nos marcará la subida a la cuarta cueva.
En el punto indicado no vemos ninguna marca ni mojón que nos indique la subida por la derecha. Tanteamos el terreno buscando rastros y subimos algún centenar de metros sin senda. Decidimos dirigirnos a la cueva por la ubicación de la misma en el mapa y nos olvidamos del track. Al fin dimos con la Cueva de los Escondidos, el nombre es muy acertado. La cueva tiene una pequeña entrada por la que tienes que reptar para entrar en la misma. El descenso lo hacemos buscando el barranco y vimos que tenía una cuerda para facilitar tanto la subida como la bajada.
Volvemos al Camino de las Canteras para poco después hacer un giro a la izquierda tomando un sendero entre pinos que nos deja en el aparcamiento, cerrando una encantadora ruta a la gran atalaya que es Fontcalent.
Hemos calificado la ruta con un nivel difícil teniendo en cuenta la trepada hacia la cueva de los Escondidos y el pequeño descenso a la cueva de las Palomas.
Damos las gracias, una vez más, a “vaigapeu” por la descripción de la ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”