Finestrat, por terrenos de La Cala

NOTA IMPORTANTE: Esta información tiene únicamente carácter orientativo, quienquiera que haga uso y seguimiento total o parcial del track y su texto adicional asume la plena responsabilidad ante los riesgos propios de la práctica de la actividad senderista.

La población alicantina de Finestrat tiene en su término una extensa prolongación hacia el litoral conocida como La Cala, que abarca no solo su salida al mar sino una amplia zona previa por la que proliferan nuevos asentamientos turísticos en lo que antes fueran grandes fincas rústicas dedicadas a la explotación agrícola. Esta ruta pretende rastrear tales terrenos arenosos y yesíferos, atravesados por pequeños barrancos formados por los cauces de arroyos como el de La Tapiada o El Anxero, o del río Torres, resultante de la unión de ambos citados anteriormente.

Comienza nuestro itinerario junto a una planta cementera aledaña al Camí de L' Alfás, al sureste de Finestrat. Callejeamos inicialmente por calzadas a medio construir hacia el residencial "Balcón de Finestrat", una de las urbanizaciones que van poblando estos terrenos con fines turísticos, y tomamos luego las cunetas de la carretera CV-767 para llegarnos hasta las proximidades del pueblo, que bordearemos por sus desmontes sureños cuajados de vegetación floral, muy tentadores para obtener bonitas fotos. Nos desviamos luego hacia el Camí de L' Assagador, por el que descenderemos al barranco del arroyo Anxero para atravesarlo con cierta dificultad por su cenagoso cañaveral.

Salimos de esos terrenos bajos llegando hasta una encrucijada de caminos entre las partidas del Cremat y de la Robella, progresando por terrenos de ésta última a través de pequeñas sendas que se dirigen hacia el sur. Vamos en busca del cauce donde confluyen los arroyos de La Tapiada y El Anxero, para formar juntos el río Torres hasta su desembocadura al Este de Villajoyosa. Nosotros dejaremos ese cauce bajo y ascenderemos hacia las terrazas de la Casa de la Barbera, importante construcción hoy totalmente abandonada y ruinosa.

Ya solo nos restará serpentear por algunos de los numerosos senderos que recorren estos páramos resecos y descuidados hasta alcanzar de nuevo la cementera que aprovecha la explotación de su suelo yesífero, dando así por terminado nuestro periplo descubridor de posibles alicientes senderistas.