Fiñana-Albergue de Ubeire-Refugio Dehesa de la Yedra (PR-A Ruta de los Molinos + Sendero a Ubeire)

Preciosa ruta por la Sierra Nevada almeriense que seguro no os defraudará. La mayor parte de su recorrido, desde su inicio hasta el albergue de Ubeire se caracterizará por la presencia de agua.
Este recorrido ya ha sido compartido en esta web por otros, pero subo el mío porque presenta varias diferencias que os pueden resultar de interés, especialmente el indicar dónde se encuentra la “cascada del Goterón”.
La ruta comienza usando el PR “Ruta de los Molinos”, que nos adentrará en un paisaje de huertas y frutales (cerezos, nogales, higueras, almendros, nísperos…), recorrido por acequias y salpicado por molinos de tradición árabe. Este PR acaba en los “Corrales de Almansa”, en un precioso y sombreado remanso del río Nacimiento, principal afluente del río Andarax.
Tras el PR tocará seguir el “Sendero a Ubeire”, a tan sólo 100 m de aquí. Bastará con seguir la pista y dejarla por la derecha, en cuanto ésta pase por encima del río Nacimiento. Un mojón de piedras marca el inicio de este interesante sendero que se introduce en el bosque. Comenzaremos por zona de pinos, pero será el encinar el que gane presencia. Las encinas tendrán fundamentalmente porte achaparrado, pero también habrá zonas donde disfrutaremos con ejemplares de magnífico porte.
En las cercanías de los Cortijos del Doctor, del Recodo y del Rosal, volverá el agua a hacer acto de presencia, considerándose precisamente este lugar el nacimiento del río Nacimiento, justamente en el punto donde confluyen los diversos arroyos que nos rodean.
De camino al cortijo del Recodo, se podrá ver desde el sendero, mirando hacia la izquierda, la cascada del Goterón, bonito salto originado en el cauce del arroyo de Ubeire.
Aunque dicha cascada se puede ver desde aquí, os recomiendo que bajéis hasta el lecho del arroyo, porque desde abajo es más bonita.
Si observáis el track, la ida se hace diferente al regreso de la misma. Lo que ocurrió es que no pudimos encontrar el sendero tradicional de acceso al Goterón, al estar totalmente tapado su inicio por rascaviejas. La vuelta sí la hicimos por el acceso tradicional (más bonito), saliendo sin especial dificultad de la “selva” creada por este arbusto.
Una vez recuperado el sendero a Ubeire, nos adentraremos en un entorno embellecido por la presencia del agua, con una diversidad ecológica importante: vegetación de ribera, un magnífico bosque de pino resinero, encinar, frutales de media montaña…
El albergue de Ubeire es uno de los refugios más bonitos que conozco. Con capacidad para 40 personas y gestionado por el Ayuntamiento de Fiñana, tiene una estructura típica alpujarreña, enclavado en un entorno de singular belleza. En él encontraremos una fuente donde poder rellenar agua.
Si observáis el track veréis que me adentro unos 150 m en dirección Sur, para luego volver. Me he dirigido a una cercana piedra, en la que tradicionalmente se hace rápel, la cual constituye un magnífico mirador al albergue, imagen que no debemos dejar pasar.
El regreso lo haremos usando el camino y después la pista por la que se llega a Ubeire en coche. Tras pasar la Fuente Candonga (la cual no siempre tiene agua), dejaremos la pista en algo más de 1 km, para acometer la bajada por cortafuegos. Señalar que no es un cortafuegos excesivamente pesado de descender.
Durante esta bajada, nos acercamos a visitar el cercano Refugio Dehesa de la Yedra, con capacidad para 12 personas y gestionado por Selene S. Coop. And. El refugio está en perfecto estado.
El descenso concluye en el río Nacimiento, a la espalda del Cortijo del Castañar, cortijada de varias viviendas con sus huertas. Podríamos haber hecho el cruce del río por aquí, pero ello hubiera supuesto atravesar dichas huertas, lo cual no nos pareció correcto. Una vez hecho el paso del río Nacimiento por un lugar más ortodoxo, sólo nos quedará regresar al lugar de inicio del recorriendo usando una parte del PR.
En la vuelta, movidos por la curiosidad, nos salimos del sendero para ir a inspeccionar una torre que sobresalía entre los frutales. Se trataba de la torre de una iglesia, anexa a un molino y a un cortijo, algo ruinoso y sucio, pero con indicios de seguir en uso. De la iglesia sólo se puede ver su fachada, siendo la torre lo único que parece imperturbable al paso del tiempo. Fuera hay restos labrados en piedra, algunos con inscripciones en las que alcanzamos a identificar la inscripción de “año 1.685”. Sin lugar a dudas es curioso de ver. Nos fuimos de aquí por su camino (cortado con cadena). Evidentemente nos habíamos metido en una propiedad privada. Si al igual que a nosotros os puede la curiosidad, es mejor adentrarse en esta propiedad por el camino, ya que por detrás puede parecer más furtivo. Nosotros no nos topamos con el dueño, aunque en el fondo me hubiera gustado, para haberle preguntado por el origen de la iglesia, que probablemente tenga relación con el cercano poblado de La Heredad.

QUE LA DISFRUTÉIS y recuerda LLÉVATE A CASA TODA TU BASURA, POR PEQUEÑA QUE SEA.