Estrechos del río Ebrón y cascada de Calicanto. TERUEL
near El Cuervo, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
💚🧡💛💜
Sin duda esta, es una de las rutas más bonitas de España.
Desconocida por muchos, no sé si aún no se han enterado que Teruel existe, y visitada por pocos, cosa que es de agradecer ya que los Estrechos son tan estrechos que en las pasarelas hay que dejar pasar antes de echar el pie delante. Lo cierto es que el lugar es increíblemente bello.
Nuestro vehículo podemos dejarlo en el aparcamiento habilitado para ello, y aunque la pista de tierra sigue un par de kilómetros más, sólo se pueden realizar a pie.
Yo lo dejé un par de kilómetros antes del aparcamiento, junto a un merendero. Es otra opción a tener en cuenta si se encuentra lleno.
El río Ebrón, que tiene una vida de casi 22 kilómetros antes de unirse al río Turia y volverse valenciano, nace en la Serranía de Albarracín, siendo más aragonés que Luis Buñuel.
Su caudal apenas varía, ya que el gran acuífero del que brota, unido a las precipitaciones de su cuenca y el terreno calcáreo, no árido, por el que discurren sus aguas, hacen que podamos disfrutar de un trayecto acompañados de aguas limpias y cristalinas todo el año.
Llegados al último merendero, encontraremos las primeras escaleras de madera. Éstas dan comienzo a los Estrechos y sus pasarelas, que junto a cadenas y grapas en la roca, podremos ir salvando los tramos con agua más complicados.
Se van combinando senderos con puentes; pasarelas con senderos; puentes con grapas, y así sin querer que termine tan bello paisaje con espejo incluido, vamos saliendo del estrecho que apenas te deja ver lo que hay a la "vuelta de la esquina", para dar paso a un espacio abierto por el que iremos ganando altura para poder ver la "cacho raja" del Estrecho.
Si pensabais que las escaleras se habían terminado por el hecho de haber ganado altura, estáis equivocados. Aún nos quedan algunas más, que nos facilitarán algunos pasos.
Volveremos a cruzar a gran altura sobre el río Ebrón de la margen derecha a la izquierda por el puente de la Fonseca, y más escaleras nos ayudarán a tocar un poquito más el cielo, porque seguiremos subiendo.
Encontraremos algún mirador, y desde él podremos seguir apreciando la profundidad del cañón por el que el río hace su recorrido, y en breve empezaremos la bajada hasta llegar a uno de los molinos harineros en ruinas que albergan las orillas del Ebrón.
Siguiendo el curso río arriba, pasando un desvío a la derecha, veremos el molino de Tormón, y justo por detrás de éste la cascada de Calicanto. La descripción que pueda hacer sobre ella, no le haría justicia, es mucho más.
Cubierta de musgo y con una caída de 20 metros, se puede visitar yendo en coche hasta el municipio de Tormón en caso de no querer hacer la ruta a pie desde El Cuervo.
La vuelta la hacemos por otro lugar ya que nos permite ir a la sombra. Retrocedemos unos pocos metros justo hasta el desvío anterior señalizado, y lo tomamos a la derecha.
Estaremos atentos a un sendero que sale a nuestra izquierda a pocos metros y que sube por la ladera hasta desembocar en una pista de tierra que tomaremos a la izquierda también.
Esta pista de tierra irá cogiendo altura. Pasaremos por el mirador del Río Ebrón e iniciaremos la suave y progresiva bajada que enlazará en menos de un kilómetro con la que pasamos horas antes, de ida.
Y como por aquí ya hemos pasado, sólo nos queda preguntar al llegar a los Estrechos y mirar hacia abajo:
Espejito, espejito, ¿Quién es la más guapa del Ebrón?
Sin duda esta, es una de las rutas más bonitas de España.
Desconocida por muchos, no sé si aún no se han enterado que Teruel existe, y visitada por pocos, cosa que es de agradecer ya que los Estrechos son tan estrechos que en las pasarelas hay que dejar pasar antes de echar el pie delante. Lo cierto es que el lugar es increíblemente bello.
Nuestro vehículo podemos dejarlo en el aparcamiento habilitado para ello, y aunque la pista de tierra sigue un par de kilómetros más, sólo se pueden realizar a pie.
Yo lo dejé un par de kilómetros antes del aparcamiento, junto a un merendero. Es otra opción a tener en cuenta si se encuentra lleno.
El río Ebrón, que tiene una vida de casi 22 kilómetros antes de unirse al río Turia y volverse valenciano, nace en la Serranía de Albarracín, siendo más aragonés que Luis Buñuel.
Su caudal apenas varía, ya que el gran acuífero del que brota, unido a las precipitaciones de su cuenca y el terreno calcáreo, no árido, por el que discurren sus aguas, hacen que podamos disfrutar de un trayecto acompañados de aguas limpias y cristalinas todo el año.
Llegados al último merendero, encontraremos las primeras escaleras de madera. Éstas dan comienzo a los Estrechos y sus pasarelas, que junto a cadenas y grapas en la roca, podremos ir salvando los tramos con agua más complicados.
Se van combinando senderos con puentes; pasarelas con senderos; puentes con grapas, y así sin querer que termine tan bello paisaje con espejo incluido, vamos saliendo del estrecho que apenas te deja ver lo que hay a la "vuelta de la esquina", para dar paso a un espacio abierto por el que iremos ganando altura para poder ver la "cacho raja" del Estrecho.
Si pensabais que las escaleras se habían terminado por el hecho de haber ganado altura, estáis equivocados. Aún nos quedan algunas más, que nos facilitarán algunos pasos.
Volveremos a cruzar a gran altura sobre el río Ebrón de la margen derecha a la izquierda por el puente de la Fonseca, y más escaleras nos ayudarán a tocar un poquito más el cielo, porque seguiremos subiendo.
Encontraremos algún mirador, y desde él podremos seguir apreciando la profundidad del cañón por el que el río hace su recorrido, y en breve empezaremos la bajada hasta llegar a uno de los molinos harineros en ruinas que albergan las orillas del Ebrón.
Siguiendo el curso río arriba, pasando un desvío a la derecha, veremos el molino de Tormón, y justo por detrás de éste la cascada de Calicanto. La descripción que pueda hacer sobre ella, no le haría justicia, es mucho más.
Cubierta de musgo y con una caída de 20 metros, se puede visitar yendo en coche hasta el municipio de Tormón en caso de no querer hacer la ruta a pie desde El Cuervo.
La vuelta la hacemos por otro lugar ya que nos permite ir a la sombra. Retrocedemos unos pocos metros justo hasta el desvío anterior señalizado, y lo tomamos a la derecha.
Estaremos atentos a un sendero que sale a nuestra izquierda a pocos metros y que sube por la ladera hasta desembocar en una pista de tierra que tomaremos a la izquierda también.
Esta pista de tierra irá cogiendo altura. Pasaremos por el mirador del Río Ebrón e iniciaremos la suave y progresiva bajada que enlazará en menos de un kilómetro con la que pasamos horas antes, de ida.
Y como por aquí ya hemos pasado, sólo nos queda preguntar al llegar a los Estrechos y mirar hacia abajo:
Espejito, espejito, ¿Quién es la más guapa del Ebrón?
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