Estación de Esquí de Cheget desde Polyana Cheget

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Estación de Esquí de Cheget desde Polyana Cheget.

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Este verano me ha surgido un poco de repente la oportunidad de intentar el Elbrús. Unos amigos están organizándolo, y como no tenía mucho que hacer, me he acoplado al grupo.

Van a ir organizados, con un guía local. Como yo he llegado tarde, no le pongo reparos a nada. No tengo nada contra ir con guías, aunque si es posible prefiero ir por mi cuenta.

Por lo que he leído sobre el Elbrús, me da la impresión de que la subida no presenta mucho problema, más allá de la altitud y todo lo que acarrea eso. Pero no parece que haya dificultades técnicas ni nada especialmente difícil en la subida. Así que lo del guía me parece un poco innecesario en lo que se refiere a la parte de la subida en sí, aunque para el tema organizativo no me parece mal que nos lo den todo hecho. Alguna vez he intentado buscar la forma de reservar en Barrels, pero no he encontrado la manera. También puede ser que sea poco espabilado, no digo que no. Pero sí es cierto que luego aquello me pareció bastante caótico, así que tampoco está mal que lo organicen otros.

En fin, allá vamos. Tengo un poco de descontrol con la zona. No sé muy bien dónde vamos a ir exactamente. El tema del cirílico es un poco peliagudo, y aunque he buscado mapas de la zona del Elbrús, lo poco que he encontrado era bastante malo, así que me resigno a no situarme muy bien.

Llegamos a Mineralnye Vody, vía Moscú, a unas horas totalmente prohibitivas. Encima está cayendo la del pulpo fuera. En la puerta del aeropuerto encontramos al enlace de la agencia, que nos indica que le sigamos. Una vez en la calle, bajo la lluvia, nos pide que esperemos un momento, porque parece que el coche ha desaparecido. O no ha llegado o se ha ido o algo así. Nos quedamos debajo de una sombrilla para no mojarnos y un buen rato después por fin llega.

Tal vez no debería haber visto en Youtube tantos vídeos de accidentes en las carreteras rusas, porque ahora, a las tantas de la mañana, bajo la lluvia, en la furgonetilla esta, me están empezando a venir todas las imágenes de coches saltando por los aires. Esperando que no pase nada, intento dormir un rato. No sé si lo consigo o no, tal vez sí. El caso es que al final llegamos sanos y salvos al hotel.

Estamos al lado de Polyana Cheget, un pueblecito al pie de la estación de esquí. No me da la impresión de que aquí viva mucha gente. Parece más destinado al turismo. Básicamente hay hoteles, restaurantes y puestos de souvenires, además de unos remontes algo precarios que suben a la estación. Ahora, aunque no hay nieve, están abiertos, para poder subir a la parte alta, donde hay un pequeño bar y buenas vistas del Elbrús.

Un poco más allá del remonte empieza la subida por la pista de esquí. Nada de empezar suavemente para calentar un poco, no. La parte inicial es la peor. Tiene una inclinación enorme, y da miedo pensar que vaya a ser todo así. Afortunadamente, más arriba el desnivel se suaviza un poco y se lleva mejor.

Aunque enciendo el GPS en el hotel, hasta bien empezada la subida no coge señal, así que la ruta empieza un poco tarde, pero el camino de subida es el mismo que el de bajada.

Nuestro guía es bastante soso. Es un chico joven y no especialmente hablador. La única forma de que cuente algo es preguntando. No es de los que te van comentando cosas del entorno, para que conozcas la zona y sepas dónde vas o qué hay por allí. Por lo que conseguimos sacarle, parece que tiene bastante experiencia en altitud (afortunadamente). También nos comenta que la frontera con Georgia está justo en esas montañas, y que ir un poco más allá puede causarte problemas si no tienes permiso. Es una pena, porque las montañas fronterizas son una pasada. Cuanto más arriba vamos, mejor se ven, y más bonitas me parecen. Lástima que por temas de límites entre países pueda haber complicaciones para los que solo quieren subir una montaña.

Yendo por la pista no hay ningún problema. Un poco más arriba, en una curva del camino, vemos un cartel que indica que por ahí es mejor no seguir. Pero aparte de eso, no notamos nada. Hay un montón de gente subiendo por la pista, y un montón más por el remonte, que va a nuestro lado.

El día es estupendo. Ni frío ni calor, apenas nubes… La meteorología parece acompañar, aunque una de las pocas cosas que nos dice el guía es que el tiempo por esa zona hace poco más o menos lo que le apetece, y que puede cambiar de repente sin avisar. ¿Las predicciones son seguras? Mmmm… A veces sí y a veces no. No nos tranquiliza mucho.

Pero hoy hace bueno, y la subida es agradable. Algo empinada, pero vamos tranquilos, y las vistas al valle lo hacen más llevadero.

A media altura hay una parada intermedia del telesilla, pero ni nos acercamos. Seguimos sendero arriba y en un rato llegamos al final. Aquí ya se baja todo el mundo. Puedo ver que las sillas son bastante antiguas y dan un poco de yuyu, pero seguramente sea más la impresión que otra cosa.

Nos tomamos algo en el bar, mientras vemos el Elbrús allí al fondo. Está bastante despejado y se ve muy bien, aunque hay algunas nubes alrededor de la cima. Parece que allí hace bastante viento, por lo rápido que se mueven. Mañana subiremos a Garabashi, y en pocos días haremos el intento de cima. De momento, pinta bien la cosa.

Aunque aquí se queda todo el mundo, el camino sigue hacia arriba, hacia la cima de lo que luego sabré, por las reseñas de Ricardo, que es el Cheget. Le pregunto al guía si podríamos avanzar más y me dice algo así como que el camino está cerrado. No sé si no me ha entendido bien o si soy yo el que no me he enterado de lo que ha dicho. Supongo que por el tema fronterizo no se puede seguir, de ahí lo de que está cerrado. Me fastidia, porque me apetecía continuar subiendo un rato hasta la cima. Pero bueno, en ese momento lo asumo sin más y ya está. Luego en casa ya me enteraré de que no habría habido ningún problema en seguir hacia arriba. Mecachis.

Descansamos un rato, hacemos fotos y nos volvemos por el mismo camino.

Hoy ha ido bien la cosa. Unos mil metros de desnivel sin ningún problema ni apenas cansancio. Así que a tomarnos una cerveza y esperar que en el Elbrús todo siga tan bien.

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