Espadilla a Ayódar y vuelta por el camino del Turio (barranco del río Pequeño)

Vuelta al Turio, pero esta vez dejamos las alturas para concentrarnos en el barranco situado al oeste, por donde serpentea entre la espesa vegetación un río con bastante agua, al menos hoy: el río Pequeño.
La sierra de Espadán nos ofrece multitud de paisajes increíbles, cuya belleza comparativa es imposible valorar para mi y en la que un día óptimo de luz y temperatura puede hacer una ruta inolvidable. Esta es una ruta con muchos alicientes: bonitas poblaciones (Espadilla y Ayódar), montañas notables (Peña Saganta, Turio, La Sillata, Peña del Mediodía) y el espectacular barranco del río Pequeño, para añadir a atractivos senderos y pistas, pozas, fuentes, castillos, ...
Ayódar es una bonita población, de origen musulmán y muy montañosa, a orillas del río Chico, también llamado río de Ayódar o, poco más abajo, río Pequeño. Perteneció al último gobernador almohade de Valencia (Zayd Abu Zayd), que se retiró a este territorio tras ser vencido por los aragoneses; posteriormente se convirtió al catolicismo, lo que provocó una sublevación musulmana, que el mismo Zayd sofocó, para después transmitir el señorío a su hijo Fernando. Tras la expulsión de los moriscos fue repoblada con cristianos, pasando a ser cabeza de la Baronía de Ayódar.
Espadilla, de origen también musulmán, fue asimismo propiedad de Zayd Abu Zayd, quien la cedió al arzobispo de Tarragona, aunque después pasó a la Baronía de Arenoso y luego al Ducado de Gandía, para un siglo después ser incorporada al Ducado de Villahermosa. Sus huertas están regadas por los ríos Mijares, Pequeño y Villahermosa, y entre las construcciones del lugar hay que destacar el Castillo árabe, ahora en ruinas, y la Casa Abadía, del siglo XVII y actual Ayuntamiento.
Ambos términos municipales tienen abundantes fuentes, algunas de las cuales tienen aguas con propiedades minero-medicinales.
Diseñamos esta ruta basándonos en la presentación previa de Fernando Sanchez (Kaminador) (15355157), en sentido antihorario ahora, siguiendo el GR-333 en la parte inicial (de Espadilla a Ayódar), y el camino viejo de Onda o pista del Turio en la vuelta hacia Espadilla. Aunque inicialmente teníamos previsto seguir casi por completo su ruta, hemos acabado introduciendo unas modificaciones mayores en tres partes: la travesía de Ayódar, el inicio de la pista del Turio y el final de dicha pista. Como resultado de todas las modificaciones este track tiene una longitud similar, aunque unos 70 metros más de desnivel total, y ha reducido al mínimo el paso por carreteras (no así por pista asfaltada, que solo se reduce un poco), añadiendo la visita a la Fuente Larga y el final por la pista del río Pequeño, a la que llegamos desde la Huertonda por un sendero bastante descuidado.
Llegamos a Espadilla, desde Valencia, por la A-7, que abandonamos en la salida de Onda para pasar a la CV-20, por la que continuaremos hasta Espadilla, donde aparcamos cerca de la iglesia.
Comenzamos a andar dirigiéndonos hacia el oeste para alcanzar el punto donde está señalizado el comienzo del sendero GR-333, que nos llevará a Ayódar. El sendero, empedrado y con aspecto de camino de herradura antiguo, asciende con rapidez hasta el punto donde encontramos, por la derecha, el comienzo de la senda que sigue subiendo hacia el castillo (a donde no iremos en este recorrido). Nosotros continuaremos por el sendero de la izquierda, que llanea durante unos 400 metros antes de encontrar el siguiente waypoint, donde llegamos a un nuevo sendero que sale por la izquierda y que muestra un cartel de aviso de agua a 70 metros; este sendero va sobre una conducción de agua que algo más adelante entra en un túnel horadado en la roca, por el que se puede pasar para descender hacia Espadilla. Tampoco seguiremos ese sendero.
Nosotros seguimos por el GR-333 que cambia de dirección a la altura del barranco de La Carbonera, para dirigirse hacia el este, directamente hacia el pie de la impresionante mole de la Peña Saganta. Aquí podremos apreciar, en la parte baja, dos enormes piedras resto de algún gran desplome anterior esa zona, y también aquí iniciamos el paso por una zona de sendero trazada sobre la ladera oeste del barranco del río Pequeño y que sigue con pequeños altos y bajos durante unos 1200 metros, antes de iniciar un ascenso de unos 150 metros, en casi 1.400 metros de trayecto, que nos llevará a la zona de la Cola Larga y, poco después, al cruce donde encontramos un sendero que sale por la derecha para dirigirse hacia la cima de la Peña Saganta. Tampoco haremos caso de este último sendero, continuamos por el GR-333 iniciando el descenso hacia Ayódar; a unos 800 metros está la Cova de Batiste en la ladera oeste del barranco, algo más arriba, y unos 200 metros más lejos unas instalaciones de radiotelefonía con grandes antenas. Poco más tarde empezamos a ver bien la población de Ayódar, con su Castillo, en el que destaca la Torre Mayor. Hacia ella nos dirigimos, para cruzar después la población siguiendo al otro lado hacia un puente bajo sobre el río de Ayódar.
Ya al lado sur del río de Ayodar tenemos a nuestra derecha el cerro donde está el Castillo, al que se puede ascender a pie, pero nosotros giramos a la izquierda para llegar primero al paraje de La Crucica, con su original hornacina, y luego a la Fuente Larga, con buen caudal y donde está ubicada una zona de descanso, con mesas y sillas. Aquí paramos un rato, para comer y beber algo.
A continuación seguimos por un sendero de hormigón, que sube por una corta ladera para llevarnos al lugar donde está el camping y, mas adelante, tras pasar por una zona de huertas, hasta la carretera CV-205, donde giraremos a la izquierda para hacer unos pocos metros antes de entrar en la pista del Turio (aquí llamada Camino Viejo de Onda), que sale por la derecha. Esta pista, asfaltada en su primera parte, hace varias curvas cerradas mientras sube por la ladera de Las Picorzas, pero hay un dato interesante: a poca distancia de su inicio encontraremos la salida de un sendero por la derecha, con marcas azules y blancas y un cartel que lo presenta como Camino de la Cueva de la Muela, y que nos permitirá evitar buena parte de la zona de asfalto. Tomamos ese sendero, y pronto volvemos a toparnos con la pista asfaltada, que de nuevo cruzamos para seguir por un nuevo sendero marcado en azul y blanco, en un proceso que aún se repetirá otra vez y nos permite subir por un agradable sendero de tierra y piedra, en lugar de hacer varias curvas cerradas por el asfalto. Cuando llegamos al nivel asfaltado superior salimos hacia la izquierda, para continuar ya hasta Espadilla por la pista que sigue la ladera este del barranco del río Pequeño, con unas espléndidas vista, y a la sombra de las impresionantes montañas que forman esta ladera (Peña del Mediodía, Sillata y Turio); aunque la pista es un constante sube y baja la pendiente es bastante suave, y hay varios puntos (que he marcado como Miradores), desde los que se tienen muy hermosas vistas del barranco y del entorno vecino.
Sobrepasado el Turio, la pista, en partes hormigonada pero en su mayoría no asfaltada, inicia un progresivo descenso hacia la Peña Carrera y el cauce del río, aunque no llega a alcanzar dicho cauce. Al llegar al paraje de la Huertonda, donde encontramos varias casas a nuestra izquierda, veremos que por delante de las primeras cruza una pista o sendero de tierra que se dirige hacia la izquierda y el cauce del río Pequeño; sabemos por los mapas que llevamos que, antes de llegar al río, debemos encontrar una pista paralela a él, así que decidimos seguir el sendero de tierra hacia adelante y buscar esa pista; tras cruzar unos bancales sin dificultad (aunque el sendero no está muy marcado aquí, probablemente por muy poco uso) llegamos a la pista que buscábamos, giramos a la derecha, y volvemos hacia Espadilla, a donde llegamos justo a la entrada del puente sobre el río Pequeño, antes de su desembocadura en el Mijares. Aquí ya solo queda cruzar el puente y llegar al coche, donde termina la ruta.
En conjunto una ruta muy bonita, bastante suave a pesar de su longitud y desnivel total acumulados, gracias a unas pendientes poco agresivas en general, y un suelo bastante cómodo casi siempre. A pesar de ello nos parece que no es una ruta para cualquiera, por lo que no nos parece aconsejable para niños pequeños y personas con limitaciones físicas. Como siempre, nos parece recomendable llevar calzado de montaña, agua suficiente (a mitad de camino se puede reponer), algo de comida y protección solar en días de calor e insolación importante; los bastones son una buena ayuda en este terreno.. La ruta está bastante bien marcada en su mayoría, pero creo muy recomendable llevarla grabada en GPS y consultar siempre que haya alguna duda. En resumen, una bellísima ruta, evitando los rigores y dificultadas de la ruta alta por las Picorzas, la Sillata y el Turio, y los que suponemos a la ruta por el cauce del río Pequeño, con mucha vegetación ahora.