Ensenada, acantilados y fortaleza de Boliche, y Faro y Cabo de San Vicente

Partimos de la preciosa playa de Beliche, una amplia ensenada que se abre entre los acantilados de la punta de Sagres y el cabo de San Vicente. Aparcamos junto a la carretera (37° 1'31.62"N 8°57'48.07"W) y bajamos a la playa por una escalinata de piedra a lo largo de la cual se puedeempezar a apreciar ya el diseño abrupto de los acantilados calizos de este espectacular entorno. Volviendo al aparcamiento, iniciamos el paseo por un sendero que bordea los acantilados y desde el que podemos disfrutar de unas vistas espectaculares desde la Fortaleza de Sagres hasta el faro de San Vicente.

A mitad de camino entre la playa y el faro nos encontramos con la Fortaleza de Beliche que, contruida para la defensa de la piratería, fue gravemente dañada por el ataque del corsario Francis Drake en 1587 y por el terremoto de 1755. Cayó en desuso en el siglo XIX y se recuperó con fines turísticos en el XX.

Más adelante llegamos al Faro de San Vicente, que inicialmente fue una torre erigida en medio de otra fortaleza, contruida sobre un convento medieval que, según dice la leyenda, albergaba los restos mortales de San Vicente. Al igual que la anterior para defensa de los piratas. El faro actual fue construido en 1904 y aún sigue en funcionamiento, emitiendo potentes señales que guían la navegación. Desde un balcón situado junto al faro podemos disfrutar de las espectaculares vistas del cabo.

Es muy recomendable un paseo en dirección norte para asomarnos a los imponentes acantilados de esta parte y a la Isla de las Gaviotas. Nosotros no lo hicimos en esta ocasión porque mi acompañante se encontraba algo lesionada, por lo que se quedó visitando las tiendas de recuerdos del lugar y de jerseys para el frío que persiste casi todo el año en este enclave singular y tomando algo, mientras yo regresé a por el coche, ya directamente por la carretera N268.