Embalse del Porma (Rucayo)
near Rucayo, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Punto de partida: Rucayo.
Espacio protegido: Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Época recomendada: Todo el año.
Elementos de interés: Pueblos abandonados, el propio embalse del Porma y vistas de peña Armada, Susarón y la Forqueta.
Tipo de camino: Pista de tierra balizada con la PR-LE 15.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran bien en Valdehuesa donde también se ubica el Museo de la Fauna Salvaje (recomendable su visita) o en Boñar.
Descripción del itinerario.
Que mejor época que mayo, mes en el que la primavera muestra su mayor esplendor, para darse un paseo por la orilla del embalse del Porma, el segundo que más volumen embalsa tras el de Riaño: 317 hectómetros cúbicos. En esta visita almacenaba 297 o lo que es lo mismo, contaba con el 94% de su reserva total.
Comenzamos desde la plaza del pueblo de Rucayo, una de las localidades que se salvaron cuando se construyó el embalse allá por 1968 (figuras 1, 2 y 3). Al tratarse de un recorrido lineal de 10 kilómetros, da igual por donde empezar; podremos hacerlo desde aquí o desde Camposolillo, aunque este pueblo se encuentra más alejado de León.
Los primeros metros transcurren por el lindero del robledal, entre prados delimitados por setos vivos y el bosque galería de chopos hasta que aparece uno de los brazos del embalse, que al encontrarse a rebosar, casi llega a las casas de Rucayo (figuras 4 y 5). Desde aquí tendremos una fotogénica silueta de "La Forqueta" de Arintero, una mole caliza famosa e inconfundible por su hendidura (figura 6).
Tras ganar algo de altura superando un paso canadiense, el paisaje se abre pudiendo contemplar buena parte del tamaño del embalse, donde a su alrededor predominan las matas de rebollo y pastizales semiabandonados, lugar de pasto para la ganadería vacuna (figuras 7, 8 y 9).
En el kilómetro 4 llegaremos a un cruce de caminos (figura 10). La ruta continúa en ascenso hacia el collado Barbadillo donde nos separan 5,8 kilómetros de Camposolillo donde finaliza la ida. También podemos visitar Utrero, uno de los pueblos anegados por la construcción del embalse. Es una buena opción si queremos acortar la ruta, pues desde Rucayo hasta Utrero hay 4,3 kilómetros (figuras 11 y 12).
Utrero bien merece una visita. Desde este pueblo abandonado, uno de los ocho que quedaron sepultados por las aguas del embalse, tendremos unas vistas perfectas del embalse, probablemente sea el sitio más tranquilo para contemplar sus aguas o porqué no, darse un chapuzón durante los meses veraniegos (figuras 13, 14, 15, 16, 17 y 18).
Si hemos decidido continuar nos espera un ascenso duro, pues desde Utrero hasta el collado es una subida algo pindia que se prolonga durante casi un kilómetro. Las vistas desde arriba son fantásticas, donde como curiosidad, se cambia de término municipal (figura 19). Y al poco de descender, las vistas al embalse y al pico Susarón serán sensacionales! (figuras 20 y 21).
Continuando por una pista que desciende progresivamente, llegaremos a la vega del arroyo Barbadillo, uno de los muchos arroyos que vierten sus aguas al embalse. Su fondo de valle nos proporcionará un lugar ideal para comer o tomarse un respiro (figura 22).
Seguiremos por las faldas del pico Susarón el cual veremos cada vez más cerca por una pista que se convierte en un vaivén de subidas y bajadas continuas pero que contará con un paisaje de primer nivel, pues caminaremos acompañados por lo que se muestra en las figuras 23, 24, 25 y 26.
Tras completar los 10,5 kilómetros podremos dar por finalizada la ida de nuestro recorrido. Será sinónimo de que habremos llegado al segundo pueblo abandonado de nuestro trayecto: Camposolillo. Este pueblo, al igual que Utrero, mantiene en pie buena parte de sus edificios, incluida su iglesia, ya que al contrario que los otros seis pueblos, estos no fueron sepultados por las aguas, aunque si sus pastos, que era lo que daba de comer a los vecinos de Camposolillo (figuras 27, 28, 29, 30 y 31). Caminar por sus calles es estremecedor (más aún si cabe si te salen los dos mastines que custodian este lugar).
Impresiones.
Este recorrido puede ser engañoso. Aunque la diferencia de nivel del punto más alto (1206 m.) y el más bajo (1092 m.) sea de menos de 200 metros de desnivel, no lo es así el porcentaje total que llega casi a los 500 metros. Es por esto que he catalogado el recorrido como "dificultad moderada" pues la pista es un completo "sube y baja" durante los 10 kilómetros de recorrido. Aunque siempre tendremos la opción de acortar el recorrido, bien Rucayo-Utrero o Camposolillo-Utrero.
Como apunte final me gustaría diferenciar lo que es un pueblo ABANDONADO y lo que es un pueblo DESHABITADO. Pues bien, todos los pueblos abandonados están deshabitados pero no todos los pueblos deshabitados están abandonados.
Espacio protegido: Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Época recomendada: Todo el año.
Elementos de interés: Pueblos abandonados, el propio embalse del Porma y vistas de peña Armada, Susarón y la Forqueta.
Tipo de camino: Pista de tierra balizada con la PR-LE 15.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran bien en Valdehuesa donde también se ubica el Museo de la Fauna Salvaje (recomendable su visita) o en Boñar.
Descripción del itinerario.
Que mejor época que mayo, mes en el que la primavera muestra su mayor esplendor, para darse un paseo por la orilla del embalse del Porma, el segundo que más volumen embalsa tras el de Riaño: 317 hectómetros cúbicos. En esta visita almacenaba 297 o lo que es lo mismo, contaba con el 94% de su reserva total.
Comenzamos desde la plaza del pueblo de Rucayo, una de las localidades que se salvaron cuando se construyó el embalse allá por 1968 (figuras 1, 2 y 3). Al tratarse de un recorrido lineal de 10 kilómetros, da igual por donde empezar; podremos hacerlo desde aquí o desde Camposolillo, aunque este pueblo se encuentra más alejado de León.
Los primeros metros transcurren por el lindero del robledal, entre prados delimitados por setos vivos y el bosque galería de chopos hasta que aparece uno de los brazos del embalse, que al encontrarse a rebosar, casi llega a las casas de Rucayo (figuras 4 y 5). Desde aquí tendremos una fotogénica silueta de "La Forqueta" de Arintero, una mole caliza famosa e inconfundible por su hendidura (figura 6).
Tras ganar algo de altura superando un paso canadiense, el paisaje se abre pudiendo contemplar buena parte del tamaño del embalse, donde a su alrededor predominan las matas de rebollo y pastizales semiabandonados, lugar de pasto para la ganadería vacuna (figuras 7, 8 y 9).
En el kilómetro 4 llegaremos a un cruce de caminos (figura 10). La ruta continúa en ascenso hacia el collado Barbadillo donde nos separan 5,8 kilómetros de Camposolillo donde finaliza la ida. También podemos visitar Utrero, uno de los pueblos anegados por la construcción del embalse. Es una buena opción si queremos acortar la ruta, pues desde Rucayo hasta Utrero hay 4,3 kilómetros (figuras 11 y 12).
Utrero bien merece una visita. Desde este pueblo abandonado, uno de los ocho que quedaron sepultados por las aguas del embalse, tendremos unas vistas perfectas del embalse, probablemente sea el sitio más tranquilo para contemplar sus aguas o porqué no, darse un chapuzón durante los meses veraniegos (figuras 13, 14, 15, 16, 17 y 18).
Si hemos decidido continuar nos espera un ascenso duro, pues desde Utrero hasta el collado es una subida algo pindia que se prolonga durante casi un kilómetro. Las vistas desde arriba son fantásticas, donde como curiosidad, se cambia de término municipal (figura 19). Y al poco de descender, las vistas al embalse y al pico Susarón serán sensacionales! (figuras 20 y 21).
Continuando por una pista que desciende progresivamente, llegaremos a la vega del arroyo Barbadillo, uno de los muchos arroyos que vierten sus aguas al embalse. Su fondo de valle nos proporcionará un lugar ideal para comer o tomarse un respiro (figura 22).
Seguiremos por las faldas del pico Susarón el cual veremos cada vez más cerca por una pista que se convierte en un vaivén de subidas y bajadas continuas pero que contará con un paisaje de primer nivel, pues caminaremos acompañados por lo que se muestra en las figuras 23, 24, 25 y 26.
Tras completar los 10,5 kilómetros podremos dar por finalizada la ida de nuestro recorrido. Será sinónimo de que habremos llegado al segundo pueblo abandonado de nuestro trayecto: Camposolillo. Este pueblo, al igual que Utrero, mantiene en pie buena parte de sus edificios, incluida su iglesia, ya que al contrario que los otros seis pueblos, estos no fueron sepultados por las aguas, aunque si sus pastos, que era lo que daba de comer a los vecinos de Camposolillo (figuras 27, 28, 29, 30 y 31). Caminar por sus calles es estremecedor (más aún si cabe si te salen los dos mastines que custodian este lugar).
Impresiones.
Este recorrido puede ser engañoso. Aunque la diferencia de nivel del punto más alto (1206 m.) y el más bajo (1092 m.) sea de menos de 200 metros de desnivel, no lo es así el porcentaje total que llega casi a los 500 metros. Es por esto que he catalogado el recorrido como "dificultad moderada" pues la pista es un completo "sube y baja" durante los 10 kilómetros de recorrido. Aunque siempre tendremos la opción de acortar el recorrido, bien Rucayo-Utrero o Camposolillo-Utrero.
Como apunte final me gustaría diferenciar lo que es un pueblo ABANDONADO y lo que es un pueblo DESHABITADO. Pues bien, todos los pueblos abandonados están deshabitados pero no todos los pueblos deshabitados están abandonados.
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Comments (4)
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Easy to follow
Scenery
Moderate
La ruta estuvo muy bien salvo al estar llegando a camposolillo que hubo que dar la vuelta ya que nos salieron unos mastines y nos siguieron un buen rato
Gracias por la valoración Raúl. A mi me paso lo mismo cuando la hice. Lo mejor en esos casos es no echar a correr.
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Scenery
Moderate
Muchas gracias. Ruta sencilla para esos días que no se tiene mucho tiempo ni ganas de rutas exigentes. Una vistas muy bonitas y varios lugares para darse un chapuzón en dias calurosos (yo ayer me di dos.🙂🙂).
Gracias por la valoración mundomasaje! La verdad es que es como dices en el comentario, para días con pocas ganas de andar es una muy buena opción, además del baño que te puedes dar en verano!