El Maíllo - Nacedero del río Morasverdes

A los pies de la Peña de Francia y a 72 kilómetros de la ciudad de Salamanca. El Maíllo disfruta de un estupendo entorno natural, rodeado de robledales, pinares y encinas y con abundantes prados y agua, donde encontraremos ganado y gran diversidad de plantas y animales. La Hoya es el área recreativa con zona de acampada que está situada en las afueras del casco urbano, con merendero y barbacoas, además de piscina y canchas para practicar diversos deportes.
En las fachadas de varias de sus casas podremos contemplar fijados en piedra, los restos fósiles del periodo cámbrico, puesto que hace 430 millones de años, la Sierra de Francia era un lecho marino.
En las calles de El Maíllo encontraremos restos de arquitectura tradicional e inscripciones en los dinteles. La iglesia parroquial data del siglo XVII; consta de una nave y espadaña con campanas y campanil. También destaca el Convento de la Casa Baja que data de 1417. A él se trasladaban los frailes del Monasterio de la Peña para pasar los rigores del invierno. Pese a que en la actualidad el convento es propiedad privada y presenta deficiencias de conservación, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1956 y alberga un hermoso claustro.
Saliendo desde El Maíllo por la carretera hacia Morasverdes, tras pasar un pequeño tramo de curvas y alcanzar la cumbre, saldrá a nuestra izquierda entre pinos un camino asfaltado y bastante bacheado que termina enlazando con los pueblos de Serradilla del Arroyo y Monsagro. Pocos metros antes de llegar a la zona más baja del tramo por el que iremos circulando, conocida como la Ribera, donde el Río de la Ribera del Maíllo se convierte en el Río Morasverdes, encontraremos una amplia pista de tierra que surge a nuestra izquierda pocos metros antes que otra que surge en el extremo opuesto y que nos acercaría hasta el aeródromo-helipuerto El Maíllo, una de las tres bases que existen en la provincia para la lucha antiincendios. Más abajo, un tercer camino, de nuevo a la izquierda, es por donde regresaremos de nuestro paseo. Todos estos caminos tienen a su entrada una señal de stop y hay un aviso de que nos encontramos en la Reserva Regional de Caza las Batuecas.
De hecho, en el vecino pueblo de El Cabaco, podemos visitar una moderna construcción integrada con el entorno que alberga el Centro de Recepción de Cazadores del Parque Natural de Las Batuecas y la Sierra de Francia. La actividad cinegética suele centrarse en el jabalí, el corzo, la becada y el íbice ibérico. Por esta zona también encontraremos nutrias, gato montés, gineta y varias especies de murciélagos. El Maíllo cuenta con un buen número de senderos que discurren por el Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia y de la Reserva de Biosfera en el cual está integrado.
Comenzaremos nuestro paseo internándonos a la sombra del bosque de pinos maduros a través de un amplio camino de tierra de unos cinco metros de ancho y una pendiente levemente ascendente. Aparecerá algún ejemplar de encina y al fondo alcanzamos a descubrir las primeras siluetas de los montes que esperan al final del camino, el más destacado de los cuales es la Hastiala, la cumbre de mayor altura de la Sierra de Francia. Sus 1730 metros superan en 7 a la Peña de Francia, donde se halla ubicado el Santuario constantemente visitado por los turistas que se acercan a estas tierras. La cumbre de la Hastiala tiene merecida fama de ardua y arisca, ya que en el ascenso hay que lidiar por canchales de piedras en buena parte de sus laderas y cerrados piornos en otras ocasiones. Pero las vistas que ofrece esta ruta más exigente al montañero, bien compensa el esfuerzo.
También en nuestro camino veremos varios de estos canchales, similares a los que se pueden ver tras el Paso de los Lobos, en el ascenso a la Peña de Francia, camino ya de Monsagro y que esconden frecuentes restos fósiles. De vez en cuando encontraremos hitos que nos confirman lo correcto del camino. Varias veces clarea el bosque permitiéndonos ver la transición de los pinos a los robles que cubren la altura de los montes que se nos muestran frente a nosotros. Desde la vaguada que se abre a nuestra derecha nos llega el rumor del agua que va al encuentro del río Morasverdes. Este paseo agradable, sin dificultad alguna, es excelente para realizarlo con niños.
Tras varias revueltas y con la presencia de helechos, alcanzamos el punto de inflexión al cruzar sobre el exiguo Río de la Ribera del Maíllo, marcado como coto de pesca, momento en el que comenzamos el regreso acompañados por retamas y escobas y con la vista en los alisos y fresnos que pueblan las orillas del pequeño río que discurre más abajo. Cuando llevemos cerca de cinco kilómetros y medio de descenso, nos saldrá una pista ascendente a la izquierda que muere en la falda del monte.
Durante el último kilómetro de nuestro recorrido, atisbaremos algunos tapiales en un claro, donde se cultivaban algunas huertas y todavía nos llega el balido de las ovejas. Poco más adelante, descubrimos una pequeña y acogedora represa que nos invita a descansar en el banco artesanal que allí se encuentra pese al inquietante nombre del paraje: la Pesquera de las Víboras.
Justo al alcanzar la cota más baja del paseo, veremos un panel explicativo a nuestra izquierda que nos informa de estar en presencia de un ecosistema húmedo de turbera incipiente, muy escaso en el Parque y actualmente en regresión. Son lugares que permanecen encharcados prácticamente el año entero con un agua pobre en nutrientes y con un Ph muy ácido. Es el vestigio que queda de un pasado climático más frío y duro. Estos condicionantes hacen que la materia orgánica no se descomponga bien y se vaya acumulando en los fondos, formando la turba que crece un milímetro al año. En ellas prosperan diferentes tipos de plantas como el brezo de turbera, con sus pequeñas y rosadas flores acampanadas en racimos, el junco blanco o la molinia, una hierba de la familia de las gramíneas. También son característicos de las turberas los esfagnos, unos musgos con gran capacidad para retener agua, como si se creyeran esponjas.
Alcanzamos entonces la pequeña carretera que poco a poco termina perdiéndose. Giraremos a nuestra derecha, por un camino que se abre en una curva abierta hasta alcanzar la carretera por donde vinimos, y poco más allá, el camino por donde comenzamos el ascenso.
Otra ruta con las que podremos disfrutar desde El Maíllo, es la PRSA-7 que nos lleva hacia la Peña de Francia. Comienza en el merendero de la Hoya y nos llevará unas cinco horas completar los quince quilómetros de recorrido.
Una opción a mayores sería subir al Pico el Robledo, en un recorrido de dieciséis kilómetros que nos permitirá visitar durante el descenso las ruinas del convento de la Casa Baja, hoy convertido en vaquería.

Servicios: alojamiento, bar-restaurante.
Otros puntos de interés: convento abandonado, turbera, Peña de Francia.

Si quieres descargarte el libro 26 Paseos Inesperados por las Sierras de Salamanca:
https://adriss.net/wp-content/uploads/2022/04/Guia-26-PASEOS-INESPERADOS.pdf

Otras propuestas en la revista Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/revistas-electronicas/

Y para saber más de las Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/