EL BOSQUE DEL TEJEDELO DESDE REQUEJO.

CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
Este bosque tan singular se ubica en la Sierra de Gamoneda, más concretamente al abrigo del valle regado por el arroyo Tejedelo y orientado al norte.
El suelo donde hunden sus raíces los árboles, arbustos y matorrales de esta masa boscosa son ácidos al predominar rocas ígneas plutónicas como las granodioritas y las metamórficas como los gneis y las pizarras. La característica de este suelo es su pobreza en materia orgánica.
La ruta es fácil de ejecutar y puede significar una jornada de verdadero disfrute del entorno natural.
El protagonismo lo tiene la vegetación, desde mi punto de vista. Ya desde el inicio vamos caminando por una amplia pista entre robles, sanguiños y serbales en unos 3 km; los matorrales presentes en todo el recorrido son los brezos y las carqueixas.
Terminada la pista nos vamos orientando hacia S por senda cómoda y, ahora, entre brezos que nos recuerdan los incendios de este verano, debido en gran medida a la poca atención y al abandono de nuestros montes desde hace ya bastantes años.
Una vez alcanzado el bosque de robles la sombra nos va a acompañar durante gran parte del recorrido; en verano se agradece.
Hasta llegar al mirador de la peña del Veladero por este robledal con rico sotobosque de helechos, vamos observando que también crecen buenos ejemplares de serbal de los cazadores, acebos, avellanos, algunos pequeños tejos y sanguiños luciendo sus frutos rojos. En la zonas más húmedas encontramos algunos sauces.
El mirador de la peña del Veladero es un perfecto balcón para disfrutar del paisaje. De fondo tenemos las dos grandes sierras que cierran este magnífico entorno verde: la sierra Segundera y la sierra de la Cabrera. Ante nosotros tenemos todo este bosque con predominio del robe melojo y en su corazón la gran joya: los tejos milenarios.
Continuamos nuestra ruta hasta alcanzar los ansiados tejos. Toda una maravilla el poder contemplar estos árboles tan antiguos . Algunos ejemplares tienen un tronco descomunal. Intentamos cerrar los ojos ante la obra humana en forma de pasarelas de madera que le quitan encanto a este lugar tan singular. Seguro que la intención ha sido la de proteger los tejos pero el resultado no ha podido ser más desafortunado. Pienso que solo una educación medioambiental puede proteger estos entornos, este tipo de "chapuzas" seguro que no. En este aspecto nos llevamos una buena decepción y no fuimos los únicos.
Con la espina clavada por ver estas actuaciones por parte de nuestra administración carente de ideas originales, educativas y prácticas continuamos descendiendo por el robledal hasta enlazar con la senda de subida.
Desde este punto el itinerario es el mismo que el seguido en la subida.
Ruta fácil y muy recomendable para gozar de la naturaleza en nuestra Comunidad Autónoma.
Aunque fácil siempre es preciso recordar el ir bien equipados: calzado, sombrero, agua...y una mínima forma física para hacer unos 12 km.