Ecopista do Río Minho: De Vilanova de Cerveira a Valença do Minho

En esta caminata Los Senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas caminamos sobre La Ecovía do Río Minho en tierras de Portugal.

Iniciamos en la estación de tren de Vilanova da Cerveira y ya con pies y bastones sobre la ecovía nos recibe el Río Miño en El Parque O Castelinho.

Es muy temprano, el sol se hace el remolón y las barcas descansan en las mansas aguas.

Sabemos que la altiva figura del ciervo sigue nuestros movimientos desde su atalaya. Le saludamos mientras nos acercamos al Fuerte de Lovelhe. Construído durante la Guerra de La Restauración, allá por el S. XVII, estaba integrado en una línea defensiva construída entre el Miño y la Costa Atlántica.

Y sin darnos cuenta avistamos la imponente estructura del Puente Internacional da Amizade que sobre las aguas del Miño une tierras lusas e hispanas.

A su vera una pequeña área recreativa.

Continuamos camino y nos topamos con un curioso monumento a la memoria de “Carla”.

Muy cerca de La Praia da Lenta, un espacio que cuenta con diversos áreas de esparcimiento incluido un observatorio de aves.

Seguimos la estela del Miño que durante el trayecto nos ofrecerá variadas estampas llenas de color y belleza.

Estamos siempre rodeados de la masa arbórea propia de la zona mientras diminutas barcas ponen la nota colorida en las grises aguas del Miño.

Tendremos varios lugares en donde según las mareas aparecerán pequeñas playas fluviales, a veces acompañadas de la correspondiente área de recreo, como por ejemplo antes y después del Área de lazer de Montorros.

Veces habrá en que pisaremos sobre puentes o pasarelas de madera que sortean regatos que entregan su líquido elemento al Miño.

A la par que los árboles de las dos orillas se reflejan en el dulce espejo.

La caminata siguiendo la serpeante senda se hace fácil para el caminante pudiendo ir relajadamente sin estorbar el sueño placentero de las barcas.

Emociona pisar sobre la superficie empedrada del medieval Puente da Veiga Da Mira por donde transitan también los peregrinos a Santiago.

Va el caminante acercándose al punto de destino y lo hace siempre con el rumor de las aguas como música de fondo.

El corazón se alegra cuando vemos El Monumento a La Virgen de La Cabeza y enfilamos la empinada escalera hasta su capilla.

Significando el punto final de este paseo tranquilo y rumoroso.