Ecce Homo por arista sur, vuelta por Malvecino

Ascensión al cerro Ecce Homo desde el parking del Parque Natural. Se asciende por las pistas principales que salen a la derecha, pero en lugar de rodearlo por el Este por la pista normal cogemos el desvío que sale a la izquierda a la altura de los pinos antes de empezar a rodear el Ecce Homo.
Se avanza por la cresta de lomas que tras un subibaja desemboca al pie de la "arista". La pendiente aquí se acentúa, sin ninguna dificultad mayor que el terreno resbaladizo si ha llovido hace poco. El único paso reseñable aparece justo a la altura de la característica torre de conglomerado anaranjado (se puede subir a la cima de la torre pero ojo, el conglomerado se descompone con facilidad) muy corto pero que algún excursionista no habituado podría no verlo del todo claro (le doy I+, no está nada mal para un cerro modestito!). Para evitarlo se puede rodear por la izquierda desde un poco más abajo saliendo a la cima por el Oeste, hay varias marcas de senda.

Una vez superado el paso ya estamos en la cima.

Bajada por el lado Norte por el camino que sale a mitad de la explanada cimera. Se llega a una intersección que recta sigue en dirección al cerro de la Tortuga pero donde un cartel prohíbe el paso por tratarse de terrenos privados, así que tomamos el desvío a la izquierda cogiendo un senderito entretenido que va subiendo y bajando salvando las lomas y los barrancos. Llegamos a las entradas a la Cueva de los Gigantes, muchas de ellas con la entrada derruida y otras que aún conservan un abertura por la que habría que pasar a rastras. Cuando era niña venía a pasar el día con los amigos en las cuevas; ahora ya no veo del todo claro lo de entrar ahí sobre todo yendo sola, aunque me quedo con las ganas. La leyenda dice que estas cuevas construidas por los árabes llegan hasta Guadalajara.

Continuando unos minutos más llegamos a las ruinas del castillo árabe, donde podemos detenernos a imaginar cómo sería el lugar en pleno siglo X.

De camino culminamos la ruta subiendo al cerro Malvecino, desde cuya cima privilegiada se obtiene una buena panorámica 360º de la zona. Existe otra cueva en la base de este cerro que yo no localicé por desconocimiento, pero que tengo que volver a visitar.

Vuelta al parking en unos 20 minutos más.

Se trata de una ruta muy fácil pero a la vez muy variada, para realizar sin salir de Alcalá. La pendiente en la ruta de acenso poco frecuentada le da emoción a la actividad, y la visita a las cuevas y el castillo la hacen entretenida.