Dolomitas D'Ampezzo: Pico Lagazuoi (2778 msnm) por el Sendero de los Austríacos (Sentiero dei Kaiserjagersteig). IBP 102

La ruta de hoy no es solo una ruta de montaña... es una ruta que recorre un pedazo de la historia de la 1ª Guerra Mundial, cuyo frente Austro-Italiano se situó en los Alpes. El macizo de Lagazuoi, como muchos otros cercanos, fue usado por ambos bandos como línea de defensa contra los ataques enemigos, por lo que es frecuente encontrar en toda la zona vestigios militares. En el caso del pico Lagazuoi lo que encontramos son trincheras, puestos de observación y multitud de galerías excavadas en la roca por ambos ejércitos. Algunas de estas galerías miden más de un kilómetro. Para acceder a algunas de ellas es preciso hacerlos por senderos equipados (sentieros atrezzatos, en italiano) con clavijas y/o cables de vida; de hecho, las vías ferratas como tales nacieron en los Dolomitas, cuando se decidió aprovechar la multitud de tramos equipados construidos en la Iª Guerra Mundial para dar servicio a las posiciones del frente, para el uso deportivo.

Puesto que vamos a recorrer parte de un sendero equipado, hemos alquilado en Cortina D'Ampezzo el equipo de ferrata necesario (12€ por equipo: arnés + disipadora; el casco va aparte pero nosotros llevamos el nuestro).

Dejamos el coche en el parking del Paso Falzarego, junto al teleférico que sube desde el Paso hasta el Rifugio Lagazuoi.

Cruzamos la carretera y tomamos un senderillo que desemboca en una pista con un desnivel ascendente considerable. Enseguida tomamos un desvío a nuestra izquierda marcado como "Sentiero dei Kaiserjagersteig", transitando ahora por un sendero que continua ganando altura.

Atravesamos el pedregal que constituye la base del Lagazuoi, terreno dolomítico puro y duro. Tras un buen tramo de subida llegamos a las primeras trincheras austríacas. Continuamos nuestro camino de subida poco a poco.

Las vistas sobre el Paso Falzarego, Cinque Torrri, Nuvolau y La Marmolada son excelentes.

La parte más dura de la subida se afronta con un zigzagueo continuo del sendero. Una vez acabada esa parte llegamos a la zona en la que es preciso asegurarse (hay senderistas que hacen todo el recorrido sin equipo pero, en mi opinión, no es aconsejable), por lo que paramos para colocarnos los cascos, los arneses y las disipadoras.

Unas clavijas en la roca son nuestro primer contacto con el sendero equipado. Se superan sin dificultad. Pronto llegamos a un puente colgante, muy propio para tomar unas fotos. Después del puente llega el tramo más expuesto, aunque con cable de vida, en el que hay que ir con cuidado y hacer alguna trepadilla.

Finalizado ese tramo encontramos las primeras galerías así que encendemos los frontales. La sensación de caminar por donde los sufridos soldados lo hicieron hace un siglo es muy emocionante.

Salimos de las galerías y continuamos nuestro camino hasta la cima, pasando más adelante por una zona en la que pervive un enorme bloque de hielo que deja un estrecho paso entre él y la pared de roca, sin dificultad ni peligro alguno. Seguimos encontranbdo tramos equipados con cable de vida.

Por fin llegamos a la antecima del Pico Lagazuoi, donde encontramos bastantes senderistas, muchos de los cuales han subido cómodamente en el teleférico. Para llegar al vértice geodésico giramos bruscamente en dirección este y nos encaminamos hacia él, marcado por una cruz.

Tras hacernos las fotos de rigor nos dirigimos hacia el Rifugio Lagazuoi, a una cota un poco más baja pero muy cerca. Su terraza al sol ofrece unas vistas impresionantes de todos los picos que nos rodean, incluida la Tofana di Rozes, lugar muy concurrido por escaladores.

Tras descansar en la terraza del refugio y reponer fuerzas con un bocata y una deliciosa y fresquita cerveza, nos dirigimos hacia las galerías italianas para descender hasta el Paso Falzarego (se puede descender también en el teleférico o por una pista). El sendero para acceder a esta parte de las galerías se inicia junto la terminal del teleférico... tras un breve tramo al aire libre, nos adentramos en dichas galerías, mucho más largas e intrincadas que las austríacas.

La galería más larga mide casi 1 kilómetro continuo, llena de escalones descendentes, tramos con cable de vida y demás elementos para "facilitar" su tránsito. Dentro la oscuridad es absoluta, por lo que hay que llevar frontal... además la humedad es constante por lo que hay que pisar con cuidado para no resbalar.

De vez en cuando encontramos algún ventanuco que da al exterior y que suponía alguna posición de disparo para los soldados... también encontramos zonas en las que se recrean las condiciones de vida de los soldados: cubículos para dormir, comer o refugiarse, tramos con sacos terreros.... En una de las salidas encontramos una trinchera protegida con alambre de espino.

Aunque la galería se recorra en sentido de descenso debo decir que cansa bastante porque los escalones no son nada cómodos, así que hay que tenerlo en cuenta. Increiblemente encontramos un par de senderistas que la están haciendo en sentido contrario, subiendo... y sin luces !!! (hay gente para todo).

Una vez finalizado el tramo de la galería italiana, el sendero continua descendiendo al aire libre en un zigzag interminable hasta conectar con la pista que lleva al Paso Falzarego.

Llegado al Paso, nos sentamos junto a la tienda de souvenirs, mientras tomamos un refresco, para admirar la mole rocosa del Lagazuoi, horadada como un queso Gruyere por metros y metros de galerías ocultas a la vista.

Tengo que decir que todo el grupo coincidió en que es una de las rutas más interesantes y divertidas que hemos hecho en la zona.

Velocidad promedio en movimiento: 2,96 km/h
Velocidad promedio con descansos: 1,25 km/h
Tiempo en movimiento: 2 horas y 12 minutos
Tiempo total empleado: 5 horas y 13 minutos

Aconsejable equipo de ferratas. Imprescindible frontal o linterna.

Abastecimiento de agua: Rifugio Lagazuoi, Merendero del Paso Falzarego