Dólmenes de Gorafe, llano de Olivares, puntal de Don Diego, Casa de cristal, La Majadilla

Ruta realizada por los Ruter@s Cañer@s en un bonito día donde nos ha acompañado una temperatura ideal para realizarla.
Dejamos los autos en el aparcamiento que hay antes de llegar a Gorafe, en el paraje denominado LLano de Olivares. Desde aquí empezamos ruta por el camino que nos va llevando paralelo al cortado y que está repleto de dólmenes, en dirección al desierto. Al poco derivamos en un bonito mirador donde hay también una agrupación de dólmenes.
Siguiendo este mismo camino llegamos a una casa abandonada, junto a la cual hay unas cuevas, Cuevas El Torriblanco, sitio donde se puede quedar uno haciendo noche por un módico precio y desde el que podemos disfrutar de unas vistas impresionantes de todo el valle, con el desierto al fondo y el pueblo de Gorafe justo debajo del cortado.
Hablando con la familia que lleva las cuevas, nos recomienda seguir un poco más por el camino hasta el Puntal de Don Diego, son unos tres kilómetros en total que añadimos a la ruta, pero que merece la pena nada más por las vistas, desde donde podemos ver el Cerro Jabalcón y el pantano del Negratín a sus pies. Desde aquí también se observa la famosa Casa de Cristal que aparece en el programa de Jesús Calleja.
Decidimos tomar el desvío para llegar allí pero nos encontramos con la sorpresa de que está cerrado el camino un poco antes de llegar, pues están de obras. Pero un simpático vecino nos dice que en breve la abrirán al público cuando terminen las obras y se podrá ver.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta las casas cueva y bajamos por un sendero sinuoso hasta desembocar al mismo Gorafe, desde el cual, pasado el ayuntamiento y el centro de Interpretación nos adentramos por el camino, el cual está bien señalizado y que queda a la izquierda, para subir a Las Majadillas, cruzando el rio y ascendiendo por un camino empinado, protegido por vallado de madera hasta llegar a los dólmenes que hay en esta ladera. Quizá de los mejor conservados del entorno, más grandes.
Después de comernos el bocata de rigor, retornamos por el mismo camino hasta el pueblo, el cual dejamos por una carretera con buena pendiente de subida que nos devuelve al Llano de Olivares, el cual seguimos hasta el lugar de inicio.