DÍA 58 (casi) Ascenso al Volcán La Malinche

La noche ser preveía fría y vaya si lo fue. Dormimos como pudimos. Poco y mal con lo que la salida pues fue algo tardía. Como pudimos, a las nueve y cuarto ya estábamos desayunados y listos para comenzar.
Desde el inicio las piernas estaban cansadas. Lo poco dormido y la pateada del día anterior se notaban. De todas maneras queríamos subir, para eso habíamos venido. El inicio tranquilo. Pendiente uniforme y el camino bien balizado. Eso fueron unos tres kilómetros, tal vez un poco más. A partir de ahí ya empieza la verdadera subida. Aún dentro del bosque durante casi dos kilómetros más. Después se sale al claro, al pastizal. Desde allí deben quedar poco más de dos kilómetros para hacer cima pero, se puede ver que la pendiente no hará sino endurecerse. Paramos, comimos una fruta y unas galletas. Continuamos. Se termina el pastizal. Quedan rocas y arena. La arena resbala así que, para subir, no es muy recomendable. Quedan las rocas. Como subir una escalera pero de 600 metros de altura y donde algunos escalones se mueven. Seguimos. Ya vemos la cresta por la que comenzaríamos a última parte del ascenso. Primero empezamos a ver el Pico Orizaba, la montaña (el volcán) más alta de México y a la que queremos acercarnos los próximos días. Juanito a ella, la sierra negra. Poco después, del otro lado, a nuestra derecha, comienza a asomar el Iztaccihuatl. Poco después aparece el Popocatepetl. ¡El mejo mirador de México! ¡Tenemos ante nosotros tres las tres mayores montañas de México! Llegamos al inicio de esta última parte. Estamos ya a 4200 metros de altitud. Se nos hace tarde. Estamos cansados. Quedan 200 metros de subida para coronar pero, decidimos que hasta aquí llegamos. Queda el descenso, la parte más peligrosa y además subir a la bici 16 kilómetros hasta Huamantla. Casi todo bajada pero hay que estar aún más atento y las manos, frías, tienen que ser capaces de reaccionar y frenar a cada momento.
La bajada se recomendaba por el arenal así que así lo hicimos. Deslizando llegamos hasta el bosque y de allí al camping. Subimos a las bicis. ¡Y a bajar!