Desierto de las Palmas. Del Convento Nuevo al Bartolo, Ermitas y Convento Viejo, por el PR-CV-451.

El Parque Natural del Desierto de las Palmas debe su nombre a la existencia de un lugar de retiro espiritual de una de las órdenes mendicantes (los Carmelitas Descalzos, cuya presencia ponen de relieve el Monasterio Antiguo, en ruinas y aspecto de muy antiguo, aunque fue construido en el siglo XVII, y el Monasterio Nuevo, que impresiona como bastante reciente aunque en realidad es del siglo XVIII) y a la abundancia de palmitos en la zona. Hemos estado por los alrededores en distintas ocasiones y siempre nos ha llamado la atención el elevado número de construcciones que se dispersan por el paraje en las laderas orientales. Algunas de ellas son ermitas, otras son fuentes, algunas parecen oratorios en una observación desde la lejanía. Y así, de repente, surgió la idea de ir a verlas, puesto que el bosque mediterráneo y el rodeno de la zona nos aseguran bonitos senderos y apacibles caminos, y las construcciones que vemos desde la lejanía aportarán, sin lugar a dudas, un plus de belleza e interés cultural que puede convertir nuestro camino en un sendero muy interesante. Y puede que hasta relativamente novedoso, porque nos apartamos de los caminos más habituales para seguir en ocasiones senderos no marcados y utilizar en otras ocasiones fragmentos de otras rutas, que ensamblamos según conviene a nuestro discurrir, rompiendo en ocasiones la previsión teórica de ruta para evitar tramos que ahora parecen haber sido invadidos por el bosque, o que han sido cerrados al paso por obra humana, bien para respetar la propiedad privada o bien para ofrecer cierta protección a algunos restos arquitectónicos. Para el diseño de la ruta comenzamos a trabajar sobre una propuesta de Ramflor (referencia 10059879), aunque luego pasamos directamente al mapa, que nos llevó a una especie de fusión entre el trazado del sendero PR-CV-451 y la ruta 7 del parque, con algunas zonas de evasión entre medias a través de pasos no marcados, por lo que nuestra recomendación es estar atentos al GPS para seguir la ruta y evitar extravíos.
El Monasterio (aunque en muchos sitios se habla de Convent Vell o Convent Nou) está habitado por frailes dedicados a la oración y pertenecientes a la orden de los Carmelitas Descalzos, fundada por Santa Teresa de Jesús, por lo que también se le conoce como Carmelo Teresiano. Un primer Monasterio se inicio en 1694, en la Masía de Gavarrell, pero fue abandonado y pocos años más tardes se inició una nueva construcción en el Bancal de la Colada, que fué habitada a partir de 1709, aunque la iglesia no se terminó hasta 1733. Esas edificaciones, correspondientes al Convento Viejo, sufirieron un severo deterioro por las lluvias de 1783, que ocasionaron diveros movimientos de tierras y obligaron a la sustitución del Convento, desde 1784, por otro situado en el Bancal de la Portería, a un nivel más alto. Durante la invasión francesa los monjes escondieron, salvándolos así del robo por las tropas invasoras, algunos de los bienes del Monasterio. Tras la desamortización el pueblo de Benicassim pidió la supresión de esa orden para el Monasterio, que mantuvo su existencia. Más tarde, para mantenerse, los monjes empezaron a recolectar hierbas aromáticas con las que se fabricaba el licor carmelitano, primero en el propio convento y luego en una fábrica de Benicassim. Durante la guerra civil fueron asesinados 16 monjes de la comunidad.
Cerca del Monasterio se encuentra la Casa de Oración, atendida por hermanas Carmelitas Misioneras. Pero una de las caracteristicas más notables de este lugar es la gran cantidad de ermitas y otras construcciones a las que se retiraban los monjes durante largos períodos de tiempo para dedicarse a la vida contemplativa. Ello era resultado de su norma de vida, regida por la Regla de San Alberto, Patriarca de Jerusalén, que sigue la tradición eremítica y en la que se destacan la soledad, el silencio, el ayuno, la abstinencia de carne y la vida retirada. Por ello construían sus conventos en lugares alejados de las ciudades, y de ahí el calificativo de Desiertos.
Nuestra ruta comienza en un aparcamiento, al borde de la carretera CV-147, a la que hemos entrado desde Benicassim, frente a la entrada del Convent Nou del Monasterio. Ahí veremos un camino no asfaltado, con una señal de prohibición de paso a vehículos, y marcas del sendero PR-CV-451, por el que iniciamos el ascenso señalizado hacia el Bartolo. Unos 700 metros más adelante dejaremos el camino, para continuar por un bonito sendero de rodeno, que sigue el trazado del PR mientras sube con presteza hacia las cercanías de la Cruz del Bartolo, donde sale a la pista que sigue subiendo hacia las antenas del pico. Abandonaremos esa pista poco más adelante, para seguir por un corto sendero que nos lleva directamente hacia la Ermita de San Miguel y la columna donde se ubica el vértice geodésico; este es un lugar de cierto interés, porque fue utilizado como referencia de triangulación previa al cálculo de la longitud exacta del metro, y la fijación del meridiano local, trabajo unido para siempre en la historia a la figura del francés Méchain.
Continuamos desde el Bartolo por la pista de acceso, para salir pocos metros después por la derecha, para llegar de inmediato a la salida de una pista hormigonada hacia la derecha. Aquí teniamos previsto encontrar, saliendo por nuestra izquierda, un sendero que nos llevaría directamente hasta el alto del Colomer. Identificamos el sendero, estrecho y muy pendiente, pero casi totalmente tapado por espesa vegetación que, en nuestra opinión, le hace actualmente impracticable. Así que volvemos atrás y continuamos por una pista, el Camí Nou del Bartolo, que pasa a ser de tierra algo más adelante, tras hacer un agudo giro a la derecha, y continúa por la ladera de El Colomer. Algo mas adelante saldremos por la izquierda, en el inicio del Camí de la Senyora, para poco más adelante girar a la derecha y volver por mejor pista hacia el Camí Nou del Bartolo, por el que ahora bajaremos hacia el Pla dels Bous y, luego, al Pla de les Muletes. Aquí abandonamos el camino, para girar a la derecha hacia la ruta 7 del Parque. Casi al inicio veremos una notable cueva en la falda de la montaña; nos asomamos y vemos que se continúa con un estrecho pasadizo que se prolonga bastante; es el Avenc de les Muletes, y en la zona vecina existen otras varias simas, aunque no haremos nada para acceder a ellas.
La ruta 7 es un sendero muy bonito, que merece la pena conocer y nos llevará hacia el Pla de Montserrat, donde encontraremos de inmediato la Ermita de Montserrat. Muy cerca está la ermita de San Eutimio y, al otro lado de la carretera, las de Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Continuando por la misma ruta llegaremos a la Ermita y Fuente de San José, y aquí cruzamos la carretera CV-147, para continuar por un corto y estrecho sendero no señalizado que llega a un sendero más marcado, donde giramos a nuestra derecha para ir a ver el Monasterio Viejo. El acceso está impedido por una valla metálica, que en un punto ha sido derribada, aunque un sendero algo cubierto por la vegetacón recorre el contorno norte del Monasterio. No entramos en la zona protegida por la valla, pero seguimos el sendero hasta el final, para ver en lo posible los restos del Convent Vell, que más adelante volveremos a ver desde otros puntos.
Volvemos atrás, al lugar de unión con el pequeño sendero anterior, y giramos a la derecha para continuar por lo que está marcado como PR, que rodea el Bancal de la Colada, pasando cerca de la ermita de San Elías, para luego llegar a la Fuente y la Ermita del Naixement. Aquí las vistas de la iglesia del Convent Vell, con buena luz, son excelentes.
Seguiremos luego hacia la Horta de Baix, cruzaremos el Barranc del Desert y seguiremos hacia el Corral de San Elías, para girar a la derecha antes de meternos en el Barranco de la Pollosa e iniciar el ascenso hacia la Font de la Teula y el Convent Vell, que ahora vemos mucho más de cerca y con una luz mucho más favorable. En la zona veremos múltiples construcciones que consideramos oratorios o eremitorios, mientras pasamos por un estrecho sendero con bastante vegetación, y pronto llegamos a la Font del Crist, desde donde un sendero más cómodo y ancho nos lleva en pocos minutos hasta el Restaurante del Monasterio de las Palmas. Nada más ver la carta decidimos que era una buena elección, pausamos la grabación y entramos a comer, en un local con excelentes vistas y muy buena cocina. Al acabar reactivamos la grabación y completamos la subida hasta el lugar donde habíamos dejado el coche, y termina la ruta.
En conjunto una ruta muy bonita e interesante, con espléndidas vistas al entorno próximo y lejano, en un día que ha ido mejorando progresivamente y ha acabado siendo casi primaveral y despejado. Un gran día de senderismo. De longitud media y desnivel igualmente moderado no es una ruta de gran exigencia, al ritmo adecuado, y los senderos y pistas por los que se desarrolla (con algunas partes hormigonadas, aunque hemos intentado eliminar en lo posible los tramos de asfalto) son bastante cómodos. Calzado de montaña (no necesariamente botas), bastones, sombrero aunque hoy se agradecía el sol cuando salió, agua suficiente y algo de comida son recomendaciones lógicas. La protección contra el sol es escasa en buena parte del trayecto, por lo que tal vez no sea una buena propuesta en el calor del verano profundo.