Desfiladero de los Tornos; Canal de S. Martín ; Portillos Anchos; Las Amoladeras. Desde Cidad de Ebro. GR-85. Sierra de Tudanca.

Circular por la sierra de Tudanca.

Salimos desde Cidad de Ebro, junto a su particular puente sin barandillas, siguiendo el GR-85 hacia Tudanca.

Seguimos la ribera del río Ebro sentido ascendente por su margen derecha.

El camino está perfectamente marcado.
En la primera parte se pueden observar las peñas doradas del otro lado del río.
Ahí se puede vislumbrar tímidamente las barandas del mirador del Ebro, próximo al coqueto pueblo de Vallejo.

Más adelante, un bosque de robles crea un túnel sombrío con el sendero atravesándolo hasta llegar a las ruinas de un poblado y sus huertas.

Cerca se encuentra un caño de agua en una captación de agua vallada.

La senda va siempre paralela al río.
Así hasta llegar a un cruce donde se puede escoger si tomar la senda señalizada del GR-85 o el sendero arbolado que sigue por la misma orilla.
Nosotros escogemos esta última opción.

Cuando llegamos a unas mesas de picnic salimos del Soto bosque y aparecemos en Fuente Honda.
Se trata de una surgencia de agua a tan sólo 20 metros del río, donde deposita sus claras aguas.

Justo ahí, desde la fuente, comienza el ascenso hacia el alto de los Tornos.
La subida se realiza entre encinas, con un sendero lastroso pero sin dificultad.

Al otro lado del desfiladero aparecen las peñas en forma de circo que conforman los Tornos.

Se llega a lo alto y las vistas hacia Tudanca con el río partiendo la sierra son maravillosas.

Se desciende tranquilamente para evitar deslizarse por las piedras sueltas del sendero torneado y se llega prácticamente a la altura del río.

Poco más adelante, se toma una senda marcada por el ganado que sube hasta la base de unas peñas y de ahí se sigue la canal que asciende hacia el alto del Porterín encajados en este barranco que tuvo carboneras y que hoy se va cerrando al no existir apenas actividades rurales.

La subida es continua y cuando uno se da cuenta, se llega al collado donde unos pastizales se van inundando con matorrales de bosque bajo.

Una poza, hoy seca, marca el cambio de dirección hacia el norte para ascender de forma más exigente y llegar bajo las riscas de los Portillos Anchos.

Los pasos están marcados por hitos de piedras y cuando se llega al cordal de esta sierra de Tudanca es muy gratificante.

Se ve todo.

Las brenas abundan en la parte más alta de este gran balcón y de aquí se desciende en vertical para llegar al sendero que baja ya en zigzag entre encinas y argomas para llegar al collado del Campillo.

No tiene pérdida este sendero de bajada al tener en la senda continuos hitos.

Desde este camino bajamos por la izquierda, hacia el oeste, hasta llegar al cruce para ir por la derecha y llegar al portillo de las Amoladeras.

Desde ahí, el desfiladero de los Tornos luce con identidad propia.

Tan solo resta bajar a Cidad y tomar una refrescacha en el bar situado junto al río.

Ruta cómoda y muy recomendable para descubrir por qué son maravillosas nuestros espacios.