Dehesa de Navalcarbón de Las Rozas de Madrid - Vestigios de la Guerra Civil - Búnker.
near Las Rozas de Madrid, Madrid (España)
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Itinerary description
Dehesa de Navalcarbón de Las Rozas de Madrid - Vestigios de la Guerra Civil – Búnker. Parque Regional del Curso Medio del Rio Guadarrama
Ruta realizada a partir de la información de Alfredo Merino, publicada en la Revista Metrópoli, y editada por el Periódico El Mundo con el nombre Dehesa Navalcarbón. En ella podremos encontrar mayor nivel de detalle sobre la ruta, así como otras muchas rutas publicadas por este periodista.
Un buen número de caminos recorren esta dehesa donde abunda fundamentalmente pinos, y dado que es llana es posible de efectuar muchos recorridos distintos.
Alfredo Merino propone comenzar frente a la ermita de Nuestra Señora de Retamar en la Calle Castillo de Simancas donde hay un amplísimo aparcamiento. Sin embargo, nosotros hemos comenzado más al sur, frente al Polideportivo Dehesa de Navalcarbón, donde también hay un aparcamiento, coordenadas 40.508016 -3.890028.
La dehesa es un estupendo sitio para pasear, pero esconde dos joyas históricas entre sus límites. El primero, el Canal de Navalcarbón al sur más próximo al polideportivo, y el segundo, los vestigios de la Guerra Civil en la zona norte, entre la M-50 y la A-6.
Sobre el canal, podemos leemos lo siguiente en uno de los paneles informativos:
“”El Canal de Navalcarbón fue proyectado por el ingeniero Carlos Lemaur en el año 1781 bajo el reinado de Carlos III.
El proyecto se denominaba “relación del proyecto de un canal navegable desde el río Guadarrama al océano que pasará por Madrid, Aranjuez, La Mancha y la Sierra Morena: orden y método para acertar en su ejecución”.
Se trataba de unir la corte con el Guadalquivir a su paso por Sevilla con un canal navegable. Este serviría como elemento de comunicación para el transporte de grano de Castilla y de los materiales necesarios camino de las Américas.
El canal se iba alimentando de los escasos recursos fluviales a su paso por la meseta y por la serranía andaluza. Para ello era necesario tomar las aguas de los diversos ríos y arroyos, encauzarla siguiendo un curso y salvar las diferencias de cota con exclusas.
La primera fuente del canal se establecía a pocos kilómetros de aquí, en la presa del Gasco, en la rivera del Guadarrama.
Se desarrollaría una primera fase, la más costosa, entre el Gasco y la corte; esta sería la que diera fama al canal y con la que se podrían transportar los materiales para la construcción de los siguientes tramos.
Las obras dan comienzo en el invierno de 1787 con tan solo 100 hombres. Al final de la primavera se hayan concluidas las cuatro leguas que medían entre la presa y las Rozas.
En marzo de 1799, tras una fuerte tormenta, se produjo un deslizamiento de la parte central de la presa, arruinándose en su totalidad. Una vez coronada, hubiera doblado en altura a la presa más alta de la época.
Poco después se ordena la suspensión de las obras, quedando interrumpida la obra hidráulica del siglo XVIII.””
Con respecto a los vestigios de la guerra se componen de fortines de mampostería, observatorio blindado, puesto de mando, puestos fusil ametrallador, búnkeres de distinto tamaño con su forma de ojo de cerradura y una red de trincheras que comunicaban las distintas posiciones, y que hoy en día, aún es posible ver.
Ruta realizada a partir de la información de Alfredo Merino, publicada en la Revista Metrópoli, y editada por el Periódico El Mundo con el nombre Dehesa Navalcarbón. En ella podremos encontrar mayor nivel de detalle sobre la ruta, así como otras muchas rutas publicadas por este periodista.
Un buen número de caminos recorren esta dehesa donde abunda fundamentalmente pinos, y dado que es llana es posible de efectuar muchos recorridos distintos.
Alfredo Merino propone comenzar frente a la ermita de Nuestra Señora de Retamar en la Calle Castillo de Simancas donde hay un amplísimo aparcamiento. Sin embargo, nosotros hemos comenzado más al sur, frente al Polideportivo Dehesa de Navalcarbón, donde también hay un aparcamiento, coordenadas 40.508016 -3.890028.
La dehesa es un estupendo sitio para pasear, pero esconde dos joyas históricas entre sus límites. El primero, el Canal de Navalcarbón al sur más próximo al polideportivo, y el segundo, los vestigios de la Guerra Civil en la zona norte, entre la M-50 y la A-6.
Sobre el canal, podemos leemos lo siguiente en uno de los paneles informativos:
“”El Canal de Navalcarbón fue proyectado por el ingeniero Carlos Lemaur en el año 1781 bajo el reinado de Carlos III.
El proyecto se denominaba “relación del proyecto de un canal navegable desde el río Guadarrama al océano que pasará por Madrid, Aranjuez, La Mancha y la Sierra Morena: orden y método para acertar en su ejecución”.
Se trataba de unir la corte con el Guadalquivir a su paso por Sevilla con un canal navegable. Este serviría como elemento de comunicación para el transporte de grano de Castilla y de los materiales necesarios camino de las Américas.
El canal se iba alimentando de los escasos recursos fluviales a su paso por la meseta y por la serranía andaluza. Para ello era necesario tomar las aguas de los diversos ríos y arroyos, encauzarla siguiendo un curso y salvar las diferencias de cota con exclusas.
La primera fuente del canal se establecía a pocos kilómetros de aquí, en la presa del Gasco, en la rivera del Guadarrama.
Se desarrollaría una primera fase, la más costosa, entre el Gasco y la corte; esta sería la que diera fama al canal y con la que se podrían transportar los materiales para la construcción de los siguientes tramos.
Las obras dan comienzo en el invierno de 1787 con tan solo 100 hombres. Al final de la primavera se hayan concluidas las cuatro leguas que medían entre la presa y las Rozas.
En marzo de 1799, tras una fuerte tormenta, se produjo un deslizamiento de la parte central de la presa, arruinándose en su totalidad. Una vez coronada, hubiera doblado en altura a la presa más alta de la época.
Poco después se ordena la suspensión de las obras, quedando interrumpida la obra hidráulica del siglo XVIII.””
Con respecto a los vestigios de la guerra se componen de fortines de mampostería, observatorio blindado, puesto de mando, puestos fusil ametrallador, búnkeres de distinto tamaño con su forma de ojo de cerradura y una red de trincheras que comunicaban las distintas posiciones, y que hoy en día, aún es posible ver.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Complica mucho la ruta metiéndote entre matojos en vez de seguir el simple camino que está marcado a través de ruta roja y azul