De la Casa del Francés al Barranco del Tendejón (Zarzadilla de Totana)

Ruta 8 del libro "Sierra de Pedro Ponce. La montaña olvidada". Juan Antonio Moya Sáez. Natursport. 2006.

Ruta corta y muy resultona. La califico como moderada porque el primer tramo del Barranco del Tendejón es algo puñetero porque la vegetación está muy cerrada en algunos puntos, incluso habiendo un par de árboles caídos que han complicado un poco el paso.

Por lo demás, la ruta es muy cómoda. Yo dejé el coche medio kilómetro antes de la Casa del Francés. Al llegar a ésta debemos bajar al huerto de almendros junto a la valla. Enseguida daremos con un camino que seguimos en bajada, pasando por una encina de porte considerable. Bordeando los campos de almendros nos aproximamos al barranco, al que nos introduciremos intermitentemente, a veces pisando su lecho y otras subiendo el talud, siempre buscando el paso más cómodo.

Lo mejor, sin duda, es a partir de la confluencia con el Barranco del Francés, donde el suelo es de piedra y hay pequeñas pozas. El entorno, completamente alejado de la civilización, es para disfrutarlo echando un rato, aunque no demasiado, está repleto de huellas de jabalíes y no debemos acaparar su zona de baño.

Se puede llegar hasta un salto de varios metros de caída, por donde es imposible pasar. Quizás se pueda bajar navegando por la derecha, no he investigado, ya que pocos metros después del primer salto hay otro, al parecer aún mayor. Sería interesante llegar ahí, pero desde abajo, ascendiendo el Barranco del Francés, aunque desconozco si será transitable.

De vuelta a la confluencia de barrancos dejaremos a la izquierda el sugerente Barranco de los Frailes (dan ganas de meterse por él, tiene una pinta estupenda) hasta que llegamos al cruce de hace unos minutos. Ahora giramos a la derecha, ascendiendo por el lecho rocoso del Barranco del Francés (el de la izquierda, por donde vinimos, es el del Tendejón). Es un tramo muy divertido y sin complicaciones.

Llegaremos a la desembocadura de un camino que, a la derecha, pasa junto a una pequeña chopera. Lo ascendemos hasta una bifurcación donde nos topamos con un inesperado y llamativo altar. Aquí abandonamos el camino para introducirnos entre los pinos en busca de la carretera, a escasos 50 metros. Giramos a la izquierda y en pocos minutos habremos completado una muy interesante ruta.