De la Cabecica del Trigo al Lago Mina María (Cehegín)

Desde La Copa de Bullas tomamos la carretera a Arroyo Hurtado, pero antes de llegar nos desviamos por otra carretera que sale a la derecha. Cuando se acaba el asfalto seguimos unos cientos de metros y aparcamos en un ensanche que hay a la izquierda, a unos pasos de unas casas y un recinto con una grúa.

Estamos a los pies de la Cabecica del Trigo, un pequeño y agudo cerro que destaca, a la izquierda del recinto mencionado. En la cumbre hay restos argáricos.

Nuestra ruta de hoy es bien sencilla: se trata de seguir el camino por el que hemos llegado aquí hasta el lago de Mina María.

El camino no presenta desniveles pronunciados, salvo en su llegada a la zona minera. Caminamos entre el omnipresente bosque mediterráneo de pinos, lentiscos, coscojas y espartos. Al pasar el Cabezo de las Balas y Los Postes (a la izquierda) se abren las vistas. Hacia la derecha el Almorchón destaca (el Almorchón siempre destaca), y a la izquierda La Florida y el Cerro Cambrones, en el Coto de las Maravillas.

Abajo vislumbramos el lago, y más a la izquierda la Casa de La Florida. El camino desciende y muy pronto estamos a la altura de las aguas de este curioso lago:
"Se trata de una antigua mina de explotación de magnetita a cielo abierto que quedó inundada por el freático del río [Quípar]." ("Guía de la naturaleza de Cehegín". Pedro Abellán Ródenas, David Sánchez Fernández. Ayuntamiento de Cehegín. 2010).

Al parecer esto sucedió en 1988, y las aguas tienen una profundidad de más de cien metros. El sitio infunde cierto desasosiego, como todos los lugares deshabitados en los que quedan vestigios de una gran actividad, y aunque aún hay actividad en la zona, la soledad y el silencio tiene cierto peso.

Decidimos continuar por el camino hasta una casa que destaca algo más adelante. Se trata de la Casa de Ingenieros (en el mapa, Casa de la Oficina). Para llegar a ella el camino cruza el río Quípar entre tarays, con su siempre escaso caudal.

La casa está ruinosa, así que apenas entramos por curiosidad. Merodeamos un poco y damos media vuelta. Nos espera una hora y media de paseo tranquilo hasta regresar al coche y dar por conocido otro curioso paraje del noroeste murciano.