De Justiz, por Marla e Iturrain, a Txurtxipi (Jaizkibel, Hondarribia)

***“Hoy a la búsqueda de lirios por Jaizkibel en el vallecito y regata de Txurtxipi, con bichos de 2 y 4 patas”, dice uno de nosotros.
***Por la carretera GI 3440 (km 13), nos desviamos nada más pasar el amplio aparcamiento que hay en la curva a la izquierda y llegamos al restaurante Justiz, donde dejamos el coche, y empezamos a caminar.
***Descendemos hasta la costa y tomando dirección Oeste, caminamos por Marla, por las campas con historia, por el aterrizaje forzoso y posterior despegue de la avioneta de Roland Garros en 1911.
***Seguimos en dirección Oeste, y atravesamos la regata Iturrain.
***Llegamos a Txurtxipi, regata que trae agua todo el año, y pequeño valle, y pasamos cerca del importante yacimiento J 3, donde se encontraron en 2003, restos óseos de un varón de 30-40 años, enterrado en posición fetal (en decúbito lateral) en un conchero (que ha neutralizado la acidez del suelo y ha hecho que estos huesos hayan llegado hasta hoy día), datado hace más de 8.000 años. La copia de este esqueleto se expuso en Hondarribia (Arma Plaza) en 2018, y en Donosti, San Telmo Museoa (exposición 'Heriotza’) en 2019.
***Vemos las rocas de arenisca con vistosos colores, cuyos motivos nos parecen formas casi abstractas. Al otro lado de la erreka, en la margen izquierda, todavía muchas armerias euscadiensis, que nos llaman la atención.
***Y también en esta margen izquierda, encontramos numerosos lirios acuáticos amarillos (‘Limniris pseudacorus’, ‘ezpataina’ o ‘liri-gorria’)
***Continuamos, tras atravesarlo de nuevo, por la margen derecha del riachuelo, para comenzar el regreso, por un ancho y cómodo camino a través del bosque, con robles americanos entre otros árboles. Y ya en continuo y suave ascenso, llegamos a la carretera GI 3440, por la que tras caminar un último km, llegamos de nuevo al aparcamiento de Justiz, donde hoy tomamos el aperitivo.
***Vuelta muy agradable, y recorrido cómodo y bien bonito, con Enrique, Javier M. Javier N. Iker y “Laika” (casi todos “fotógrafos”, que aportan sus imágenes), durante un poco más de 7 km y algo más de 200 m de desnivel acumulado. Aunque no haya salido el sol, poco importa porque, según los entendidos, los cielos nubosos dan más juego para el paisaje y las fotos.