129. De Covalagua a Valderredible

INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 54 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 385 metros (superior al que estima Wikiloc).


PRELUDIO: EL ‘CALENTAMIENTO’

Volvió a suceder. Nos acostamos por la noche con un plan de ruta. Convencidos. ‘Incluso’ nos levantamos con el mismo plan. Nos pusimos en carretera con él en mente. Quince km después, lo reconsideramos, al unísono: “¿Y si… cambiamos?”. ¡Y, sí, cambiamos! …Menos mal que la ruta originalmente ideada estaba en la misma dirección que la nueva; ésta, 28 km más allá. ¡Como para ‘quedar’ con nosotros el día anterior como compañeros de caminata…!

En nuestra defensa (si cabe), diremos que el día se anunciaba tan magnánimo que invitaba a expandir horizontes; a estirar el tiempo. No importaba que la sesión matutina de senderismo se alargase; que, entre ir, ver, y volver, se adentrase en la tarde. Había que aprovechar cada segundo, que rapiñarle minutos de euforia y placentero sufrimiento a ese generoso día. De agua para beber, disponíamos. De ganas, a raudales.

Ya contábamos con que la cascada de Covalagua, lo que suponíamos podría haber sido la atracción estrella, estaría muy menguada. Pero no pensábamos que podría estar seca. Lo estaba. Aun así, primero, le pusimos imaginación a las estrías dejadas por el agua en las paredes de caída. Y, segundo, otros muchos atractivos, incluyendo una extemporánea y desubicada anécdota, vinieron a compensar la ausencia del antojo acuático.

LA RUTA

Pero antes empecemos por proporcionar algunos datos sobre la ruta en sí. Ésta se inicia en el Espacio Natural de Covalagua, en la nororiental comarca palentina de La Valdivia (no confundir con La Valdavia; noroccidental). Sube al páramo de La Lora, pasando por la Cueva de los Franceses y se prolonga en aquél hasta el menhir de Canto Hito.

La ruta llega luego hasta los cantiles que dan paso al valle de Valderredible (mayormente cántabro, aunque algo de burgalés y palentino tiene en sus extremos de oriente y poniente). Se descuelga entre esos cantiles y recorre un largo hayedo en paralelo a, y al pie de, ellos. Asciende de nuevo al páramo, bordea el valle desde arriba, y alcanza el mirador de Valcabado.

En un día claro, desde los 1.218 metros de altitud del mirador (y, en realidad, desde muchos otros puntos del páramo), sin ningún obstáculo delante, se nos ofrecen horizontes de casi ‘todo el mundo’ alrededor en muchas decenas de km (por algún lado, más de un centenar). Allí puede uno quedarse extasiado indefinidamente.

Pero en algún momento tendrás que iniciar el regreso desde Valcabado. Mientras lo haces, más o menos por los mismos parajes, también podrás seguir contemplando ese hermoso, grandioso paisaje; sin fronteras. Ahora con perspectivas y con luces diferentes. Primero, hasta la zona de la Cueva de los Franceses; después, hasta Covalagua.

La ruta ‘oficial’ está bien señalizada: carteles informativos, postes con letreros, grandes hitos cónicos de piedras, pequeños ‘dólmenes’ con señales de barras paralelas al ras del sendero, etc. Tan bien, que te puedes permitir apartarte de vez en cuando y retomarla sin pérdida ni menoscabo. Nosotros lo hicimos en dos ocasiones de cierta importancia:

-Una, tras superar el valle de Covalagua, subiendo por la vaguada en dirección a Valcabado. La hondonada apenas tiene vistas exteriores, en ella se acumula el calor, y el suelo del camino es algo áspero. Para aliviar la monotonía, en el km 7,5, y hasta el 8,9, nos desviamos a la izquierda, monte a través (por buen terreno), hasta los cortados occidentales de Valderredible. Fue una buena decisión.

-Otra, en el plácido descenso desde el mirador de Valcabado (km 12,3) hasta la Cueva de Los Franceses (km 13,9). Para no volver por la vaguada, tomamos prestada la carretera que une esos dos puntos. Apenas si pasaron dos coches, disfrutamos de estupendas vistas, un suelo liso y cómodo (que se agradece en la parte final de la excursión), y una deliciosa brisa. También nos pareció una excelente alternativa.

La mayor parte del recorrido se hace por espacios abiertos donde es fácil orientarse. En espacios más cerrados, como el propio valle de Covalagua y el bosque de hayas encarado a Valderredible, un definido sendero marca el camino. Como se observa en el trazado, hay varios entrelazamientos. Por algunos tramos se pasa dos veces, pero para nada fue saciante. No hay zonas exigentes físicamente, pero ten precaución si te acercas a los cortados.

LOS ATRACTIVOS

Hechas estas aclaraciones técnicas, resaltemos lo más llamativo en una excursión muy disfrutable. Para colmo de dicha, nos acompañó un día radiante, con un tiempo entre primaveral y veraniego (aunque al final, a las 13 h, ya apretaba el calor con sus 27 grados).

-El parque de Covalagua. Avanzado ya el verano, apenas había agua, excepto en alguna charca. Si la cascada hubiera vertido su cortina líquida, la excursión en su conjunto habría sido solemne, perfecta. Aun así, sin una pizca de ese elemento fluido cayendo por sus ‘cataratas’ de piedra (las formas sólidas que el agua ha dejado esculpidas), el lugar mantiene una pujante vegetación arbórea y notable encanto.

-La infinitud del páramo. El páramo, aunque ya bastante agostado, aún conservaba el verdor en muchas plantas aferradas a la superficie del terreno (incluidos el brezo y el perenne boj a ras del suelo). Las violáceas florecillas ‘quitameriendas’ empezaban a brotar y hacerse sitio, anticipando el final del verano por estos venteados parajes de cruda climatología.

-El menhir de Canto Hito. En medio del páramo, en el centro de ninguna parte, mención especial merece este monumento megalítico. Como un emblema, ahí se mantenía, de una pieza, en posición de difícil equilibrio, entre erguido y agónico; impertérrito ante la ley de la gravedad. Debe tener ‘raíces’ o cimientos sólidos o profundos para soportar esa inclinación.

El menhir es de roca caliza, una pieza de 3,25 metros de altura (la parte visible) desde el suelo, y 80 cm de anchura, con sección rectangular. Dada su considerable inclinación (65 a 70 grados respecto a la posición perpendicular de 90 grados), la longitud real (visible) del megalito puede acercarse a los 4 metros. Es más, para mantener esa inclinación, su base seguramente se hunda en el suelo más de 1 metro adicional.

Está rodeado por un círculo de piedras; quizá parte de un túmulo funerario. Dentro de la cultura megalítica (III milenio A.C.), pudo ser utilizado como elemento ritual o simbólico; o, tal vez, también como un marcador de territorio. Sea como fuere, su imponente presencia resulta prodigiosa.

-Los escenarios visibles más allá del páramo. En cuanto nos encaramamos a él, emerge a nuestra izquierda la aserrada Montaña Palentina, con los prominentes centinelas Curavacas y Espigüete. Asimismo, en un resquicio entre esa sierra y las lomas del Alto Campóo, se hacía hueco, en segundo plano, una sección de los Picos de Europa. El contraste cromático era evidente: el (casi) blanco granítico de éstos contra el gris oscuro de los otros. Enhiestos y picudos. Al posar en ellos la mirada, rebota hacia el cielo.

-Panorámicas de Valderredible. Desde los límites septentrionales y más elevados del páramo, se nos ofrece una aparición en total contraste con el adusto altiplano: el verdoso y profundo valle de Valderredible, surcado por el río Ebro. Con sus ‘mil y un’ pueblos sembrados aquí y allí y allá. Con frecuencia, este húmedo valle se encuentra nublado. Este día se vistió de luz.

-El hayedo. Bajo los cortados que separan el páramo de La Lora y el valle de Valderredible se recuesta un hayedo. Como hacen a menudo, tiende su lozana espesura sobre una inclinada pendiente. Otro planeta. En un sábado de agosto, y haciendo un tiempo espléndido, era comprensible que algunas personas más (media docena) quisieran también transportarse a ese mundo de paz y ensueño.

LA ANÉCDOTA

No podía faltar una anécdota. Como de costumbre, fue cómica o, cuando menos, merecedora de una sonrisa; aparte de sorpresiva, por inusual e incoherente en aquel contexto. En esta ocasión, fuimos meros espectadores mudos; diríase que invisibles.

Al llegar al mirador de Valcabado, en su amplia estructura sobre Valderredible, había una pareja joven (chico y chica) bailando y con música (de su teléfono; claramente audible). Muy agarrados. Mutuamente. Pacíficamente.

A unos 10 metros de ellos, en los bancos, nos detuvimos a contemplar y admirar el valle por última vez. Y también a beber y cambiarnos los calcetines. Había que satisfacer necesidades y también mimar los pies. Aún nos quedaba una hora de camino de vuelta.

Ajenos a nosotros, el acercamiento físico de los ‘tortolitos’ (tómese como cariñoso el apelativo; coloquial, “Pareja de enamorados”, según la R.A.E.) fue ‘in crescendo’…. Para un observador independiente y objetivo, eso era un ‘Sí’ incontestable, consentido.

Si continúo, a algún alma sensible (incluida la mía, tal vez), pudiera parecerle demasiado atrevida mi descripción…. Bueno, es fácil imaginarse que el magnífico paisaje les inspiraba y les estimulaba. Aunque, repensándolo, no parecían tener ojos para él.

Varios minutos después, bajaron al umbroso y lujuriante bosque de hayas…. Nosotros, ‘superadas’ hace tiempo las pasiones juveniles, a la vez que ‘conocedores’ de la naturaleza humana, retomamos el abierto páramo en dirección contraria….

(Nótese en la última frase mi modesta ironía auto-complaciente y auto-indulgente).

RUTAS CERCANAS:

De las múltiples rutas realizadas por el Geoparque de Las Loras, con aspectos geográficos comunes a la presente, citaremos las más próximas (todas en tierras burgalesas):

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/geoparque-de-las-loras-desde-valdelucio-92736885

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fuenteodra-y-pena-lora-96470479

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/lora-de-la-mesa-desde-valtierra-97077182

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/portillo-del-infierno-pena-ulana-y-pena-castillo-101324391

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pena-castro-y-valdeamaya-104342571