De Canillas de Aceituno al Puente Colgante

Comenzamos el sendero en un aparcamiento público y nuestro camino empieza subiendo por las calles del pueblo hasta llegar a un cartel que indica el inicio del Sendero de La Maroma (el pico más alto de la provincia de Málaga) pero nosotros nos desviamos a la derecha, por un camino de tierra estrecho y que va acompañado de una acequia. Nos guiamos por la acequia y avanzamos por el sendero.

La primera parada para divisar el paisaje la hacemos tras recorrer apenas un kilómetro, en una alberca. Continuamos el sendero donde siempre tenemos la montaña a nuestra izquierda y el paisaje a la derecha, las vistas son impresionantes. Podemos observar el pantano de La Viñuela, algunos pueblos de la Axarquía y el mar; en días claros incluso se puede ver el continente africano.

Durante el recorrido nos cruzamos con varias edificaciones antiguas, construidas en piedra y bastante deterioradas por el paso del tiempo. Llegamos hasta una caseta de color amarillo y a partir de ahí ya empezamos a ver pasarelas de hierro atornilladas y aseguradas a la roca que nos dan una idea de que nos acercamos al famoso puente colgante. Pronto encontramos un cartel indicativo que nos orienta hacia nuestro destino, el puente. Se encuentra en una bajada bastante pronunciada, es conveniente llevar un palo o bastón para ir más firmes y seguros. Tras 200-300 metros, llegamos al puente y disfrutamos de él.

La vuelta la hacemos por el mismo camino, no sin antes hacer una parada tras la subida y cruzar la pasarela, donde hay un pequeño claro para poder tender la manta y disfrutar de la comida con unas vistas maravillosas.

Al llegar al aparcamiento público donde empezamos el sendero, nos asomamos a un mirador y vimos un parque infantil al que decidimos ir para que los niños jugaran un poco mientras aprovechamos para tomar café en el bar de al lado. Un acierto de ruta. La recomiendo al 100%.

Esta ruta la hicimos con nuestros peques de 3 y 4 años, por lo que no visitamos las pozas ni continuamos el sendero hacia Sedella debido a la dificultad que ofrecía el terreno.