CZ-SG-2023-12-16 El Galayo y Calar de las Palomas

Dejamos el coche en el cruce de caminos de la Laguna de la Cañada de la Cruz. La laguna está seca, nunca la he visto con agua y el terreno está labrado así que sospecho que lleva mucho tiempo así. Nada más bajar del coche vemos a un guarda rural que nos avisa de que están cazando en el término municipal de Santiago de la Espada, pero no por donde tenemos previsto caminar, así que continuamos con el plan inicial.

Echamos a andar por el camino que sale al Sureste (Camino a Valdefuentes) y al llegar a la altura de una tinada en uso tuvimos que caminar fuera porque estaba ocupado por una manada de vacas, y mejor no tontear con ellas. Al cabo de unos 300 metros lo abandonamos para subir directamente a la cuerda que nos lleva hasta el collado Oeste de El Galayo, y tras una fuerte subida alcanzamos la cima y disfrutamos de unas vistas impagables.

Iniciamos el descenso por el hombro más suave, hacia el Sur, y cuando se va poniendo inclinado aprovechamos un sendero de animales para suavizar la bajada, que pronto abandonamos porque sospechamos que nos devolvería al collado Oeste, y directamente nos dirigimos a la masa de árboles que atravesamos para dirigirnos a un tornajo de chapa en la otra vertiente de la vaguada. El tornajo toma el agua de la Fuente de La Juana, pero el tubo está roto y el agua congelada, por lo que está vacío, pero la pocilla de la fuente sí que tiene agua.

Continuamos por la vaguada que viene del Sur, donde vemos una chabola de pastor, y nos dirigimos hacia el camino que abandonamos hace un rato para subir a El Galayo. Atravesamos el camino y buscamos la subida más cómoda hacia el Calar de Las Palomas, y pasamos por un par de pequeños abrigos circulares de piedras que, por su pequeño tamaño y el casquillo de bala que encontramos más adelante en otro igual sospechamos que son puestos de caza. Los buitres nos acompañan en la subida, muchos buitres, preciosos, jugando con las corrientes a pocos metros de nosotros.

Nos dirigimos sorteando dolinas hacia el vértice geodésico y vamos estudiando la cresta Noreste, que es la más cercana a nosotros; su aspecto no es tranquilizador, pero optamos por acceder al collado previo por un tranco que vemos (resulta un acierto), y desde ahí tomamos un sendero que abandonamos en otro pequeño collado, que atravesamos por un paso entre las rocas y ya sí, desde ahí alcanzamos el vértice bordeando otra dolina.

Las vistas son sencillamente espectaculares, hace un día radiante y despejado que nos permite tener una panorámica de 360 grados de toda la sierra, de todas las sierras: Banderillas, Campos de Hernán Pelea, Las Villas, La Cabrilla, Sierra Morena, La Sagra, La Guillimona, el Peñón del Toro, Sierra Nevada, la Sierra de Baza... alucinante.

Bajamos directamente hacia la Tinada de Las Palomas, al Noroeste (desde el vértice no vemos la tinada, la tapa la ladera, pero sí un antiguo cerco de piedras sobre un cerro que está en la misma dirección). A media ladera encontramos un sendero bien marcado que con cuidado de no perderlo nos deja suavemente en un collado que desciende en dirección Norte, prácicamente directamente hacia donde hemos dejado el coche. Continuamos andando por el hombro que arranca desde el collado, y tras pasar por otro puesto de caza y un pluviómetro (en uso) alcanzamos la pista, justos para comer.

Hicimos la ruta en un día estupendo de invierno; no la recomiendo si hace mal tiempo, viento, o si hace calor.


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AVISOS:

1. Uso el teléfono móvil para guardar la ruta y lógicamente su precisión no es tan exacta como un GPS de montaña (especialmente en cuanto a desnivel acumulado).

2. No hay rutas mías ni tuyas, la montaña estaba ahí antes que nosotros, y seguirá estando cuando nos hayamos ido: otros la andaron y otros la andarán.

3. Algunas rutas están incompletas, otras son de investigación o contienen errores (las subo como copia de seguridad y apoyo a mi mala memoria).

4. No confíes ciegamente en este track, espero que te sea útil pero si lo usa la responsabilidad es sólo tuya.