Cumbres Verdes-Barranco Huenes-Acequia 7 Ojos-Mina Carreras-Collado Sevilla-Fuente Hervidero- Bco. Satajardas-Cueva Picón.

Comenzaremos esta atractiva y recomendable ruta en la CALLE PELÍCANO de la localidad de La Zubia. A pocos metros enlazaremos con el CAMINO DE LAS SATAJARDAS y lo seguiremos hasta llegar al DEPÓSITO DE AGUA. Aquí nos desviaremos a la izquierda en dirección al PARQUE MUNICIPAL DE LAS CANTERAS.

El Parque de las Canteras es un espacio creado en unas antiguas canteras para obtener áridos que estuvieron en funcionamiento durante unos 30 años. Durante ese tiempo esta minería a cielo abierto modificó el relieve, perdiéndose todo la cubierta vegetal y el suelo y dejando solo la roca madre. Entre el 2010 y 2011 se realizó una primera restauración tratando de conseguir adecuar la morfológica y paisajista del área, dotar de la necesaria seguridad para las personas y los bienes, dedicar el espacio restaurado a un uso recreativo no intenso, y a un uso forestal mediante la recuperación de sus características naturales.

La restauración, finalmente, se realizó planteando un “objetivo no finalista”, es decir, que permita “en fases más avanzadas” desarrollar modelos de restauración complementarios. Esta actuación abarcó unas 57 Ha, la plantación de unos 43.000 plantas, la construcción de varios miradores, un red de 5,5Km de senderos, etc. Fue una intervención ambiciosa pero que desgraciadamente no tuvo la necesaria continuidad en el tiempo para lograr unos resultados mejores.

Actualmente se sigue reforestando con algunos programas organizados por Ecocampus Granada y Asociación Reforesta.

Siguiendo un tramo del SENDERO DE LOS MIRADORES, cruzaremos el Barranco de Satajardas y tras pasar por varios desvíos en una zona desarbolada, cruzaremos una pista y tomaremos el SENDERO DE LOS LLANOS, que se adentra en un bosque de pinos y atraviesa el BARRANCO DE MACALABÍ.

Después caminaremos por el paraje del COTO DE LOS RABELOS, llegando a las inmediaciones de una urbanización. Aquí encontramos las ruinas del pintoresco CORTIJO DE MACOCOS y un tramo de la ACEQUIA DE LOS SIETE OJOS, que describiremos y por la que transitaremos más adelante.

Descenderemos un corto tramo algo pronunciado por un sendero que enlaza con una cómoda pista que desciende hasta el cauce del ARROYO DE HUENES . Seguiremos por la pista que discurre en paralelo a dicho arroyo, pero a una cierta altura. Esta pista discurre por las inmediaciones de otro precioso y ruinoso cortijo, con su era incluida, es el CORTIJO DE LA PERRERA, que ya se encuentra en el término de Monachil. Siempre tomando la derecha en las siguientes intersecciones, cruzaremos las CHORRERAS DEL HUENES, y ascenderemos hasta el CORTIJILLO, una pequeña explotación ganadera de ovejas y cabras.

Poco después pasaremos cerca de un ACUEDUCTO, que pertenece a la ACEQUIA DE LOS SIETE OJOS O DE HUENES, a la que llagaremos en unas decenas de metros. Cruzaremos esta acequia y nos desviaremos por un sendero que discurre junto a la acequia, e incluso por encima de ella a veces.

Un débil sonido de agua serpenteante delata la existencia de esta acequia que viene desde el camino entre el Hervidero y el puente de los Siete Ojos, discurre paralela al cauce del arroyo del Huenes, que se intuye al fondo de los tajos y barrancos que recogen las correntías de las laderas del Trevenque. Es agua que irradia tonalidades doradas al reflejar el color de las rocas calcáreas y que habitantes de otros tiempos pensaron que podría encerrar vetas auríferas como las que convirtieron al Darro en el río de oro.

La acequia discurre muy cerca, pero algo más alta, del Srroyo de Huenes, que nace en la cara noreste del Trevenque, unos kilómetros más arriba, acumula el fruto del deshielo de la media montaña nevadense y las afloraciones que desde los múltiples barrancos arenosos que discurren desde la Cortijuela al valle de Colinas Bermejas, Monachil y Granada, alimentan un arroyo oculto por una densa vegetación de ribera: zarzamoras, rosales silvestres con Rosa pimpinellifolia, de miles de aguijones; canina, con espinas en forma de diente de perro; sauces y madreselvas, donde es habitual escuchar el canto de pinzones, bisbitas, jilgueros, ruiseñores y ver juveniles de alcaudón que aprenden a ensartar a sus presas en los espinos.

Entre esa maraña verde, discurre un pequeño cauce artificial, una humilde acequia que podría llamarse del Hervidero, ya que fue el propietario de las fincas situadas en ese paraje y otros agricultores quienes hace algo más de tres décadas decidieron construirla para llevar agua a sus cultivos. El dueño del conocido merendero, Miguel, al que llaman ‘El Macareno’, cuenta que la intención fue recoger el agua del manantial de los Siete Ojos, una de las múltiples surgencias que aparecen en el cauce del Huenes incluso cuando el arroyo no lleva agua, y conducirla al paraje de los Llanos, en las proximidades de Colinas Bermejas. Durante un tiempo, llegó a abastecer a una parte de la población de La Zubia.

La acequia se ha convertido en un sendero oculto que une la conexión del carril de la Cortijuela con el camino del cerro de Huenes y lleva hasta el puente de los Siete Ojos por el fondo del barranco. Se puede andar sobre el pretil del cauce, que en algunos puntos posee una gran pendiente y el agua corre a gran velocidad, y por la senda de fauna y ganado que bordea la acequia. Son poco más de 700 metros que recorren lo más profundo del barranco y desvelan el interior de un denso bosque de ribera.

El camino se hace despacio, atentos a los sonidos de las aves, al roce de las ramas, al tímido paso de animales que no es posible ver, pero que se intuyen entre las ramas entrelazadas de pinos y matorral. En el ascenso, a la derecha aguas arriba, los claros en la vegetación dejan ver el camino de la Cortijuela y la cuerda del Trevenque, desde la que descienden las arenas dolomíticas que identifican la quebrada orografía de esta zona a 1.700 metros de altitud.

Recorrer la acequia aguas arriba es una peculiar forma de acceder al cruce de caminos que desde este punto, conecta una compleja red de senderos que se adentran en el centro de un territorio árido y difícil. El punto donde es posible volver por el cómodo camino del Hervidero, o seguir hacia otros descubrimientos en el corazón de la sierra.

En este bello ascenso caminaremos bajo las colosales paredes de LOS TAJOS DEL FUERTE, para, poco después, desviarnos a la izquierda monte arriba hasta llagar a la abandonada MINA CARRERAS O DE LAS MIL ARAÑAS. Esta mina de explotación de plomo fue abandonada en los años 60 del pasado siglo, y por las que nos podemos adentrar casi 400 metros hacia el corazón de la montaña. Para ello tendremos que llevar frontal o linterna, ya que en su interior la oscuridad es total. Dentro se pueden ver murciélagos y pasados unos 400 metros llegaremos a una bifurcación, la mina sigue recto o se asciende por unas rudimentarias escaleras de metal a un nivel superior con otra galería. Nosotros para evitar riesgos, al llegar a este punto nos dimos la vuelta.

Desandaremos el ascenso a la cueva para seguir la ruta ahora por el cauce del arroyo de Huenes. Pasaremos por los restos de una antigua CALERA. Continuaremos por el frondoso y verde BARRANCO DE LAS MAJADILLAS, bajo los impresionantes TAJOS COLORAOS. Retomaremos la acequia cruzando el barranco por un paso aéreo, sin peligro, por un acueducto de la propia acequia. El sendero asciende brusca y serpenteantemente inmerso en un bello bosque; siempre hay que seguir el cauce de la acequia.

Interceptaremos el con el camino que va a la Fuenfría en el Cerro de Huenes a la altura del PUENTE. Lo tomaremos a la derecha dirigiéndonos a la Pista de la Cortijuela. Una vez en esta la tomaremos nuevamente a la derecha dirigiéndonos al emblemático punto de partida de muchas rutas; EL COLLADO DE SEVILLA Y EL CANAL DE LA ESPARTERA; donde se puede disfrutar de unas maravillosas panorámicas: El Cerro y Barranco de Huenes 1798 m, el Cerro Tamboril 1775 m, el Pico de la Carne 1806 m, el Cerro del Sol y el rey de la media montaña El Pico del Trevenque 2097 m. el Pico del Caballo 3011 m., toda la cuerda de Los Alayos y todo el valle del Río Dílar. Todo un espectáculo.

Continuando con la ruta descenderemos por la CÑADA REAL DE HUÉTOR VEGA A DÍLAR. Tras pasar por la efímera FUENTE DEL CURA, una diminuta fuente que más bien es un trozo de tubería que se encuentra en la margen izquierda de la Cañada. Muy cerca nos desviaremos por un sendero a la derecha que se dirige a LA FUENTE DEL HERVIDERO, que es uno de los lugares de mayor actividad de media montaña de Sierra Nevada, tanto en primavera como en otoño, debido fundamentalmente al rápido y fácil acceso desde el pueblo de La Zubia, a la variedad de senderos para recorrer a pie o en bici, y a la espectacularidad de su paisaje.


La Fuente del Hervidero se encuentra en el término municipal de Monachil. Se localiza al pie de un cortijo construido a mediados de los años 20 del siglo pasado. Esta fuente debe su singular nombre “del Hervidero” a que el manantial de agua brota directamente del suelo, moviendo la tierra del fondo, y parece que la tierra esté hirviendo. Hay una gran alberca repleta de nenúfares y carpas, algunas de un considerable tamaño. Junto al cortijo podemos disfrutar de una frondosa vegetación con algunos nogales y cerezos.

Desde La Fuente del Hervidero parten varias rutas senderistas, como el sendero Canal de la Espartera – Arenales de Trevenque, o la ruta del cerro del Huenes entre otras. A través de estos senderos podremos conocer parte de la riqueza natural del Parque Nacional de Sierra Nevada, como el Canal de la Espartera, el Cortijo Rosales, el Refugio Forestal de Fuente Fría, el jardín botánico de La Cortijuela, el Puente de los Siete Ojos o el Trevenque.

En la Fuente del Hervidero se encuentra el Bar Restaurante Macareno, un estupendo lugar para degustar comidas sencillas y caseras, en un marco incomparable con vistas al Trevenque. Aquí hicimos una parada para degustar unas buenas raciones regadas con abundante cerveza y tomar fuerzas para afrontar el resto de la ruta.

Retomaremos la Cañada Real para posteriormente desviarnos a la derecha, seguiremos ahora transitando por el precioso BARRANCO DE SATAJARDAS caminando por un cómodo sendero que en descenso lo cruza. Algo después enlazaremos con el PR-A 327 y lo seguiremos durante un tramo para después abandonarlo para desviarnos a la izquierda por la VEREDA DE LAS TRES VEREDICAS. Esta vereda cruza el BARRANCO DEL TOMILLO y continúa en descenso en paralelo a este barranco hasta llegar a su confluencia con el BARRANCO PICÓN donde encontramos la CUEVA DEL PICÓN.

CUEVA DEL PICON

Desgraciadamente, y por actitudes incívicas, sobre de todo de algunas mujeres, la entrada a esta cueva la encontramos repleta de pañuelos de papel usados tras orinar y un fuerte olor a orines. Con tanto campo, no sería preferible hacerlo en otro lugar y llevarse los pañuelos para no dejar huella. También encontramos el cadáver de un conejo en la misma entrada. Tras este desagradable inicio, y una vez dentro de la cueva a la que se accede gateando por una pequeña abertura, nos llevamos una grata sorpresa, sus techo estaba lleno de murciélagos que como modelos se dejaron fotografiar sin estremecerse. Es un lugar muy frecuentado por los ciclistas que se dejan caer por los caminos del barranco a gran velocidad dando pequeños saltos en los pequeños trampolines que hay.


Continuaremos por la ladera derecha del Barranco Picón para enlazar con el Camino de Satajardas. Ya solo nos resta desandar el camino de ida hasta llegar al punto de inicio y final de esta interesante y recomendable ruta.