Cuatro etapas en una del Camino Natural de la Ruta del Cantábrico. De Ribadeo a San Cibrao.

La ruta está súper ilustrada por otras fuentes, así que me remito a nuestra experiencia.
Primera etapa, Ribadeo-Reinante 20km + o -. Toda ella transcurre sin mucha dificultad por la costa entre mar y prados de tojos y brezos floridos. A mitad de camino pasas por Rinlo y su famosa Cofradía donde dan un arroz caldoso con bogavante de aupa. Como buen martes está cerrado. Más vale que estuvimos el día anterior y el arroz lo llevamos puesto. Interesantes ejemplos de lo que fueron las cetárias te acercan a las Catedrales que verás más o menos según te toquen las mareas pero, eso sí, siempre con gente. El final lo marca La Yenka, perfecto restaurante para recuperar fuerzas y no solo porque sea el único de la zona. La pernocta no es cómoda pues implica un kilómetro y pico hacia el interior y sin otra oferta posible.
Segunda etapa, Reinante-Foz 20 km+ o -. Tras el km y pico recuperamos la costa y hacemos una primera parte parecida a la de ayer. Hasta llegar a la punta de San Bartolo. Ahí casi tocas Foz con las manos pero no, hay que rodear la ría Foz-Masma. La revuelta se hace entre eucaliptos y una interesante visita a la laguna de los patos. Pierde interés cuando vas paralelo a la nacional, tienes unas cuantas cuestas y otra revuelta al río Centinó. Elegimos el hospedaje que quedaba más alto en un pueblo en cuesta y llegamos con la lengua fuera.
Tercera etapa, de Foz a Burela 20 km + o -. De toda la ruta nos ha gustado la variedad y las sorpresas que te deparan tus pasos. No todas son agradables como encontrarte un par de desprendimientos, uno de ellos sin avisar, y un par de despistes nuestros después de Cangas. Hay que recalcar que la ruta está muy bien señalizada. Burela te recibe con un paseo circular que evitamos para ir rectos a por la cerveza reponedora en el céntrico lugar de dormida
La idea inicial era llegar hasta aquí, pero la autoridad competente te dice que hagas la
Cuarta etapa, Burela-San Cibrao 11 km + o -. La mas corta y además sin mochilas que se quedan en Burela. Porque hay que destacar que todo lo que hemos hecho está muy bien comunicado ya sea en tren o en autobús. Eso nos ha permitido volver a por el coche a Ribadeo en tren o en autobús de San Cibrao a Burela.
Así es que arrancamos sin cargas ni prisas, y al poco pasamos por la playa de A Marosa, dónde a la tarde caerá un baño tirando a fresco. Otro elemento del viaje ha sido la niebla que nos ha acompañado los dos últimos días. No ves el paisaje pero vas sin calores. Niebla que nos abandona justo cuando cruzamos un polígono industrial con el sol pegando de lleno. Más vale que luego entras en el pueblo pasando por el pazo de Pedrosa lo que te reconcilia con la ruta. Eso y el mismo San Cibrao, el pueblo más coqueto y con más sabor de los visitados. Rematamos en el bar junto a la Cofradía y así damos por terminada está parte del Camino Natural de la Ruta del Cantábrico.