Cruz de Juanar y Cerro Lastonar, en Ojén, Marbella

La ruta de hoy, la haremos por la zona de Marbella, más concretamente en Ojén ( al lado sur de Marbella)

Subiremos a la Cruz del Juanar (1.178 m.), y llegaremos hasta el Cerro de Lastonar (1.275 m.)

Después de dejar el vehículo en la zona de aparcamiento, cercana la cancela de entrada peatonal, comenzamos nuestro sendero.

En primer lugar, en el cruce, vamos a la izquierda, subimos las escaleras y llegamos al Mirador del Corzo.

Las panorámicas desde este punto y, a primera hora de la mañana, son una gozada.

Las fotos de turno y volvemos por el mismo sitio hasta el cruce, donde ya seguimos recto.

En un principio, entre pinares, hasta que ya comenzamos el camino de ascenso continuado y sobre piedra, lo que hace que la subida sea, en algunos tramos, algo más durilla.

Paramos de vez en cuando para contemplar vistas a nuestra espalda.

Llegamos a la Cruz de Juanar, que hoy, por ser fiesta y, además puente de Todos los Santos, pues estaba bastante concurrido.

Cuenta la historia, que la cruz de hierro negro que corona el pico del Juanar, tiene una curiosa leyenda:

Una día gris de lluvias y tormentas, un grupo de marineros de la vecina Marbella, tras faenar, se dirigen de regreso a puerto.

Lluvias, truenos, acero en el cielo, aguacero de proporciones bíblicas, era lo que se cernía sobre su embarcación. Las olas les llevaban de acá para allá, la brújula estaba inutilzada a causa de las tormentas eléctrica.

Desorientados, con la proa perdida, se santiguaban y pedían un milagro a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros.

Necesitaban atistar una referencia en el horizonte que les permitiera orientarse y poner pies en suelos marbellíes, a salvo de la furia que esa noche azotaba la mar.

Allí apareció aquel pico, a levante de la Concha visible desde el mar.

Súplicas atendidas, plegarias contestadas. Se produjo el milagro.

Con la vista fija en la montaña fijaron rumbo.

Se prometieron a sí mismos, que si lograban depositar su vida al refugio de buen puerto, subirían hasta aquel lugar y con los hierros de la propia embarcación construirían una cruz para rendir pleitesía a la monaña salvadora.

Así se hizo. Con parte del armazón construyeron una cruz y la subieron, 1178 metros de altura.

Desde entonces, allí está, siempre encerada y acompañada de flores, otero, vigía. Faro natural de navegantes. Inmensa se ve, observada desde el mar.

Característica de Marbella, refugio de tormentas para Ojén, condensador de nubes, atrapador de nieblas y brumas. La Cruz de Juanar, que ahora está acompañada de una pálida estatua de la Virgen dle Carmen. Ambas dos miran el Mediterráneo y velan por los marinos que salen a faenar.

Como toda leyenda, siempre tiene su parte de verdad y su parte de fantasía. Aunque, en este caso, he decidido  poner solo la leyenda, la historia la dejaremos para otra ocasión.

Y, como siempre, después de contemplar un rato las vistas, las fotos de turno... emprendemos el sendero de vuelta sobre nuestros pasos.

Al llegar al cruce, tomamos camino dirección La Concha, aunque hoy solo llegaremos hasta el Cerro Lastonar, ya que, como comenté antes, está muy concurrido todo este camino y, sumado a la dificultad que entrañan algunos tramos del sendero por los que hay que pasar, hizo que decidiéramos no continuar y dejar el pico de La Concha para la siguiente ocasión.

En este punto nos paramos a tomar algo y reponer fuerza y emprendemos el camino de vuelta.

La vuelta la hacemos en su mayoría, por el  mismo camino. Hasta llegar nuevamente a los aparcamientos y punto de partida, terminando así la rutita de hoy.

Una ruta muy bonita, con su dosis de dificultad, no hay duda, pero que con cuidado y al ritmo que cada uno necesite, se hace sin mayores problemas.

Una de las imprescindibles en nuestra lista, y...que sin ninguna duda, merece ese pequeño esfuerzo.