Cortijo de Luis - Vega de Enix - El Pulpitillo - Alto Yegueros - Cortijo del Risco - Enix - Vega - Cortijo de Luis
near Enix, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Debo empezar diciendo que mis padres eran de Enix. Y la vida de mis abuelos por ambas partes se desarrolló en Enix. Por ello la descripción que yo haga de esta ruta está marcada por estos hechos, que tienen la importancia y trascendencia que tienen. Visto desde lejos, la imagen del pueblo se parece un tanto a la de antes, a la de mediados del siglo pasado: un pequeño pueblo blanco colgado entre cerros, próximo a la costa almeriense y a la misma capital. Pero cuando caminas por sus calles la diferencia con aquella época es brutal. Ahora es una joya. Todas las calles están limpias, cementadas e iluminadas. Aunque se ha construido algo, no ha sido excesivo y no ha roto la fisonomía antigua. Durante mi infancia y adolescencia subí con mis padres a Enix en innumerables ocasiones y he dormido en casa de mi abuela muchas veces. Entonces los techos eran de cañas y launa. Recuerdo que en la vivienda había una bombilla colgando del techo en solo algunas habitaciones aunque seguían usándose candiles y quinqués, se cocinaba en una chimenea con estreves y no había cuarto de baño ni agua corriente. Había que ir a la fuente del pueblo en un burro con 4 cantaros para el surtido de agua de una jornada.
Cualquiera que quiera hacer esta travesía puede hacerlo desde Enix, aparcando en el pueblo e iniciar la marcha desde allí para finalizarla en el mismo sitio. Pero como yo tengo familiares cercanos que viven en ese entorno, fuimos directamente al cortijo de un primo y ese fue el principio y final de nuestra marcha, el cortijo de Luis. La ruta la hice con mi primo Leopoldo, mi sobrino Tano y Paqui mi mujer. Bajamos y seguimos por la vega para luego subir hasta la antigua carretera de Almería que seguimos durante un corto trayecto y luego iniciar la subida del cerro hasta llegar al Pulpitillo. Después seguimos un sendero tras girar a la izquierda y a partir de aquí, dado que fuimos cresteando en altura durante unos 5 kms, las vistas de litoral almeriense y varios pueblos cercanos son impresionantes, desde cabo de Gata a Roquetas de Mar, incluyendo la impactante imagen del “mar de plástico” que presenta la agricultura almeriense de esta zona. Tras caminar un poco llegamos al cortijo de Torelló ya derruido. Pero quedamos impresionados por el grosor de sus muros y sobre todo por el gran aljibe diseñado para recoger el agua de la loma al este del cortijo. Con una eficiencia absoluta dado que el aljibe se conservaba entero y ¡aun lleno de agua!. En los tiempos de habitabilidad de esa vivienda no había electricidad ni agua corriente pero sus gentes sabían muy bien como defenderse del frio, del calor y como tener agua permanentemente. Continuamos el sendero en dirección oeste que dejamos en un determinado momento para subir monte a través al alto de Yegueros, vértice geodésico de la zona con 1.087 m de altitud. Tras tomar de nuevo el sendero avanzamos en igual dirección hasta la zona del cortijo del Risco. Y allí iniciamos la bajada por zona libre y algo pendiente hasta encontrar una vereda que hacía el descenso mas cómodo. A la izquierda entonces se situaba el Marchal de Spencer donde vivieron mis abuelos maternos y donde se criaron y vivieron sus 12 hijos, incluyendo mi madre. Mi abuelo José “el Artista” cuidaba la finca que era propiedad de un inglés, José D Spencer y de sus herederos. Actualmente el cortijo es propiedad de unos empresarios almerienses. Al llegar de nuevo a la carretera caminamos hasta la Fuente para beber sus aguas… otra vez. Es un manantial natural que ha dado de beber a todas las gentes del pueblo desde siempre. Y ya llegamos a Enix. Pero en vez de ir a la plaza, optamos por callejear. Y así llegamos a la calle Almería donde está la casa de mi abuela (ahora propiedad de ingleses). Fuertes vibraciones al pararme y fotografiarme en su puerta. Comenté con mi primo que recordaba bien que al bajar la calle de enfrente de la puerta y girar a la izquierda había una casa con un pequeño jardín delantero donde vivían con sus padres dos niñas preciosas y Leo recordaba aún como se llamaban. Así es que bajamos la calle y allí estaba la casa y el jardín. Pero las niñas ya no estaban, claro. Y seguimos ya hacia la vega de Enix para finalizar la ruta. Aunque antes pasamos delante del cortijo y la finca de la Bancalá, ahora propiedad de ciudadanos suizos. Allí vivieron mis abuelos paternos, mi padre y sus hermanos. Y de nuevo otra vez notar en la garganta y en la piel esa emoción difícil de explicar y fácil de entender. Un poco mas de camino y llegamos al cortijo de Luis y en su porche nos esperaba gente siempre hospitalaria con una cerveza fresca y unas tapitas.
Ha sido muy reconfortante comprobar que el pueblo ha sabido reformarse justo lo exacto para hacerse bonito sin romper con su imagen y asegurar su futuro. Pero las montañas que lo abrigan y las piedras de los cerros siguen siendo las mismas. Durante la travesía esas piedras nos contaban cosas.
Cualquiera que quiera hacer esta travesía puede hacerlo desde Enix, aparcando en el pueblo e iniciar la marcha desde allí para finalizarla en el mismo sitio. Pero como yo tengo familiares cercanos que viven en ese entorno, fuimos directamente al cortijo de un primo y ese fue el principio y final de nuestra marcha, el cortijo de Luis. La ruta la hice con mi primo Leopoldo, mi sobrino Tano y Paqui mi mujer. Bajamos y seguimos por la vega para luego subir hasta la antigua carretera de Almería que seguimos durante un corto trayecto y luego iniciar la subida del cerro hasta llegar al Pulpitillo. Después seguimos un sendero tras girar a la izquierda y a partir de aquí, dado que fuimos cresteando en altura durante unos 5 kms, las vistas de litoral almeriense y varios pueblos cercanos son impresionantes, desde cabo de Gata a Roquetas de Mar, incluyendo la impactante imagen del “mar de plástico” que presenta la agricultura almeriense de esta zona. Tras caminar un poco llegamos al cortijo de Torelló ya derruido. Pero quedamos impresionados por el grosor de sus muros y sobre todo por el gran aljibe diseñado para recoger el agua de la loma al este del cortijo. Con una eficiencia absoluta dado que el aljibe se conservaba entero y ¡aun lleno de agua!. En los tiempos de habitabilidad de esa vivienda no había electricidad ni agua corriente pero sus gentes sabían muy bien como defenderse del frio, del calor y como tener agua permanentemente. Continuamos el sendero en dirección oeste que dejamos en un determinado momento para subir monte a través al alto de Yegueros, vértice geodésico de la zona con 1.087 m de altitud. Tras tomar de nuevo el sendero avanzamos en igual dirección hasta la zona del cortijo del Risco. Y allí iniciamos la bajada por zona libre y algo pendiente hasta encontrar una vereda que hacía el descenso mas cómodo. A la izquierda entonces se situaba el Marchal de Spencer donde vivieron mis abuelos maternos y donde se criaron y vivieron sus 12 hijos, incluyendo mi madre. Mi abuelo José “el Artista” cuidaba la finca que era propiedad de un inglés, José D Spencer y de sus herederos. Actualmente el cortijo es propiedad de unos empresarios almerienses. Al llegar de nuevo a la carretera caminamos hasta la Fuente para beber sus aguas… otra vez. Es un manantial natural que ha dado de beber a todas las gentes del pueblo desde siempre. Y ya llegamos a Enix. Pero en vez de ir a la plaza, optamos por callejear. Y así llegamos a la calle Almería donde está la casa de mi abuela (ahora propiedad de ingleses). Fuertes vibraciones al pararme y fotografiarme en su puerta. Comenté con mi primo que recordaba bien que al bajar la calle de enfrente de la puerta y girar a la izquierda había una casa con un pequeño jardín delantero donde vivían con sus padres dos niñas preciosas y Leo recordaba aún como se llamaban. Así es que bajamos la calle y allí estaba la casa y el jardín. Pero las niñas ya no estaban, claro. Y seguimos ya hacia la vega de Enix para finalizar la ruta. Aunque antes pasamos delante del cortijo y la finca de la Bancalá, ahora propiedad de ciudadanos suizos. Allí vivieron mis abuelos paternos, mi padre y sus hermanos. Y de nuevo otra vez notar en la garganta y en la piel esa emoción difícil de explicar y fácil de entender. Un poco mas de camino y llegamos al cortijo de Luis y en su porche nos esperaba gente siempre hospitalaria con una cerveza fresca y unas tapitas.
Ha sido muy reconfortante comprobar que el pueblo ha sabido reformarse justo lo exacto para hacerse bonito sin romper con su imagen y asegurar su futuro. Pero las montañas que lo abrigan y las piedras de los cerros siguen siendo las mismas. Durante la travesía esas piedras nos contaban cosas.
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Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Hola:
Como ya me dijiste que habías seguido varias rutas mías era una obligación para mí hacer algún día una de las tuyas.
Desde muy pequeño miraba a esta sierra y deseaba subir a ella. Curioso es que ya había hecho varias rutas por allí cerca y no hubiera hecho precisamente la que más deseaba hacer. Siempre fui un poco (o muy) desastre.
He realizado el periplo también desde el cortijo de Luis, que ya sabemos que es muy amable y hospitalario. Por la tarde le hice una visita a Leopoldo en Aguadulce.
La ruta es apta para todo tipo de amantes de la montaña, con sólo dos pequeños tramos de monte a través, uno el de aproximación a la cima y regreso de ella hacia el sendero que traíamos, y otro el que señalas, en donde el trazado original se ha perdido aunque se intuye. Se nota que son caminos de herradura, ya que aún quedan restos de trabajos de mampostería.
Aviso de un peligro provocado, como casi siempre, por la mano del hombre: Tras el vértice geodésico hay un artefacto grande metálico tirado en el suelo, artefacto antiguamente, y todavía ahora, amarrado por dos cables de acero grueso que nos quedan a la altura de mitad de la pierna. Yo no los vi y el trompazo que di a causa de uno de ellos fue de órdago, así que tened cuidado ahí.
Una vez recuperado el sendero tras la visita a la cima éste comienza el descenso por una ladera y existe una bifurcación: Hay que tomar la senda de la izquierda, la de la derecha no, que está marcada en una roca por pintura blanca.
Lástima que los chorros de la fuente sean tan exiguos desde hace años. Hace décadas eran bien poderosos.
Gracias y un abrazo.
Muy bien. Probablemente es una de las rutas frecuentadas por nuestros antepasados. La otra sería la bajada de Enix a Almería (en dirección este desde el cortijo de Luis). Yo hice un intento de hacerla al revés, en subida. Pero el GPS me dijo adiós y opte por regresar por lo andado. queda perndiente.
Fuerte abrazo!