Col de Suzon

Paseos de Ikandu
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Hoy nos hemos trasladado hasta el Circo d´Anéou, situado en territorio francés pasando Portalet, para acometer la ascensión al monte Saoubiste. Para ello nos adentramos en los rasos del circo que en verano están repletos de una inmensa actividad ganadera ya que por estos parajes pastan vacas, caballos y sobre todo ovejas latxas cuya leche sirve para elaborar los exquisitos quesos brebis que son comercializados en diversas cabañas del lugar.

Una vez dentro de los rasos cogemos una pista que nos va a llevar a una cabaña desde la cual giraremos a la derecha para alcanzar el collado de Pombie. En el acercamiento al collado podremos contemplar el monte Peyreget así como poco a poco se irá mostrando, conforme nos acercamos, la imponente silueta rocosa del Midi d´Ossau.

Llegados al refugio de Pombie observaremos la existencia de un pequeño ibón en las mismas faldas del coloso y desde ese mismo punto, incluso un poco antes, ya podremos visualizar el collado de Suzon y, junto a él, el resalte rocoso de la cima del monte Saoubiste. Tras pasar la morrena, que ralentizará nuestros pasos, llegamos al collado de Suzon desde donde observaremos el majestuoso Midi .
Midi.

El Midi, a pesar de su majestuosa imagen, lo conforman los restos de un colosal volcán de la era primaria. Poco queda de aquel inmenso volcán que se formó hace más de 250 millones de años. Lo que ha llegado hasta nuestros días es la lava solidificada que se hallaba en el interior de la chimenea de dicho volcán. Esto sirve para comprender su verticalidad y la diferencia de materiales que podemos encontrar con los montes vecinos. Esa verticalidad de la que hace gala es la culpable que en época invernal las paredes de esta bella montaña no presentan, apenas, restos de nieve presentando un color oscuro que contrasta con el blancor del manto nival de los alrededores.

A los pies del monte Midi aún quedan vestigios de la última acción glaciar sobre su superficie. Un enorme glaciar se apropió de sus laderas y fue removiendo grandes cantidades de rocas. Hoy en día este fenómeno se puede apreciar en la morrena bajo su ladera.

Escalada por primera vez, por un pastor del valle de Aspe, en 1.787 esta montaña es para los amantes a la escalada sinónimo de paraíso ya que son múltiples las vías, de diferentes dificultades, que rodean a este coloso. Hoy en día se recomienda ir encordado en cualquiera de ellas.