Circular Royo-Odrea El Griego.

Salimos desde Royo-Odrea, nos encaminamos a la parte alta de la aldea y a continuación vamos hacia la izquierda buscando la zona conocida como El Calentín. Caminamos por una pequeña rambla, o río intermitente, hasta llegar a una pista en el kilómetro tres.
Continuamos por ella siempre ascendiendo alrededor de un kilómetro. La abandonamos en la zona conocida como Las Casutas y seguimos por el Barranco del Pocico. Las lluvias caídas ayer hacen de esta zona un paraje espectacular para el senderismo en contacto con la naturaleza. Sin dejar de subir llegamos al Collado de Liétor y a una zona de robles. El camino que llevamos nos sacaría la carretera de Ayna a Bogarra. Giramos a la derecha por una senda y en bajada llegamos al Griego. Toca reponer fuerzas en esta aldea ayniega donde se respira un silencio sepulcral. Se agradece estar alejados de los ruidos de la ciudad. Nos damos una vuelta por la aldea y continuamos nuestra ruta regresando a nuestro punto de partida por una preciosa senda por donde, a tramos, discurre el agua. Un paseo más que agradable. Nos encontramos algunos pinos que han sido cortados para permitir nuestro paso. Se nota que está transitada por las bicicletas. Sin prisa pero sin pausa llegamos al Arroyo de la Fuente de la Parra. En otra época sitio de recreo para muchos ayniegos que pasaban el día con sus merenderas disfrutando de un entorno de cuento. Llegamos a las casas del Arroyo de los Gatos, bastante deterioradas. El paso del tiempo no perdona, en los años ochenta aún vivía gente aquí. Al fondo observamos una mole de piedra que nos impresiona. Nos anuncia que estamos llegando al Pontarrón. Nos queda una bajada entretenida con unas vistas espectaculares del puente más grande del "Mundo" donde aprovechamos para obtener nuestras últimas instantáneas. Ponemos fin a una ruta cómoda en el mismo punto donde la iniciamos. Un disfrute para los sentidos.
Unas cervezas en La Toba de Ayna podrán el punto y seguido a una buena mañana senderista.