Circular Rioscuro - Pico Cueto Nidio (1.773 m)
near Ríoscuro, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Dejamos el coche en la plaza mayor del bonito y bien conservado pueblo de Rioscuro donde hay sitios para aparcar con comodidad al lado del bar llamado La Capilla (debido a que se trata de una antigua capilla reconvertida en bar).
Comenzamos a caminar en dirección a la iglesia, continuamos por el pueblo hasta llegar al palacio de los Arias, allí cruzamos la carretera y al lado del edificio de una central hidroeléctrica pasaremos por un bonito puente de piedra que tiene una señalización hacia dos de los objetivos del día, la Braña de Vilforcos y el pico Cueto Nidio.
El camino hasta la Braña de Vilforcos transcurre en su totalidad por pista en continua subida hasta llegar al kilómetro 3,6. Allí nos encontramos a nuestra derecha con un desvío hacia un buen conservado refugio público típico de las montañas leonesas; nos acercamos hasta el para ver las vistas. Regresamos de nuevo a la pista y continuamos en bajada hasta llegar a la Braña de Vilforcos donde nos encontramos con edificaciones perfectamente rehabilitadas. Después, bajamos al arroyo Barroso, lo cruzamos y continuamos por el bosque durante unos 850 metros para poder contemplar unos inmensos ejemplares de abedules y de tejos que se encuentran en medio de un bosque virgen. Regresamos sobre nuestros pasos y ahora nos toca adentrarnos en una ladera llena de abedules transitando por un sendero que en algunas ocasiones no está claro. Esta subida tiene bastante pendiente y nos llevará a dar con un gran prado llamado Los Acebalones; allí, en su parte superior encontraremos una pista que nos llevará hasta la base del pico Cueto Nidio, donde encontraremos otra pista que da servicio a las cuatro grandes antenas situadas en la cumbre. Esta subida que en apariencia a lo lejos parece fácil resulta exigente por su pendiente de subida constante y con bastante pendiente.
Llegados al Cueto Nidio, también llamado el mirador de Laciana, nos encontramos con unas buenas vistas a su alrededor. Debajo, a vista de pájaro, tenemos a nuestros pies Villablino. Al pie de la cruz allí existente aprovechamos para comer algo mientras vemos a lo lejos el puerto de Leitariegos, el Cornón, Peña Ubiña y sus picos hacia la ladera norte, mientras que al sur tenemos grandes bosques tupidos de arbolados que son hábitat de muchos osos (nos contó un pastor que son tantos que en Villablino a partir de las 12 de la noche no es extraño encontrar alguno rebuscando dentro de algún contenedor de basura. También nos contó que el oso les había matado este año varías vacas en distintas brañas) y dicen que una de las mayores reservas de Urogallos.
Descendemos para continuar hacia el otro objetivo del día: El Castro de La Muela. Bajamos hacia un collado y allí encontramos una pista que transcurre por un bosque de abedules que se encuentran cubiertos totalmente con líquenes. Esa pista desemboca en otro collado abierto sin árboles y desde allí continuamos por un sendero bien marcado que transcurre por hermosos bosques de abedules y de robles.
En el km 13,6 debemos desviarnos a nuestra derecha para continuar por otra senda que por el medio de un robledal nos llevará hasta el castro astur. Este tramo de sendero resulta incómodo de transitar debido a la mucha pendiente que tiene.
Llegados al Castro de La Muela, recorremos sus ruinas, primero la parte fortificada que tiene unos muros imponentes y después unas ruinas de lo que debieron ser poblados. En las fotografías se pueden leer las leyendas que describen todo ello.
Al lado, hay un bonito mirador que da hacia Rioscuro.
Después, por cómoda pista entre bosque nos llevará hasta el bar La Capilla donde una merecida cerveza con limón nos espera.
Comenzamos a caminar en dirección a la iglesia, continuamos por el pueblo hasta llegar al palacio de los Arias, allí cruzamos la carretera y al lado del edificio de una central hidroeléctrica pasaremos por un bonito puente de piedra que tiene una señalización hacia dos de los objetivos del día, la Braña de Vilforcos y el pico Cueto Nidio.
El camino hasta la Braña de Vilforcos transcurre en su totalidad por pista en continua subida hasta llegar al kilómetro 3,6. Allí nos encontramos a nuestra derecha con un desvío hacia un buen conservado refugio público típico de las montañas leonesas; nos acercamos hasta el para ver las vistas. Regresamos de nuevo a la pista y continuamos en bajada hasta llegar a la Braña de Vilforcos donde nos encontramos con edificaciones perfectamente rehabilitadas. Después, bajamos al arroyo Barroso, lo cruzamos y continuamos por el bosque durante unos 850 metros para poder contemplar unos inmensos ejemplares de abedules y de tejos que se encuentran en medio de un bosque virgen. Regresamos sobre nuestros pasos y ahora nos toca adentrarnos en una ladera llena de abedules transitando por un sendero que en algunas ocasiones no está claro. Esta subida tiene bastante pendiente y nos llevará a dar con un gran prado llamado Los Acebalones; allí, en su parte superior encontraremos una pista que nos llevará hasta la base del pico Cueto Nidio, donde encontraremos otra pista que da servicio a las cuatro grandes antenas situadas en la cumbre. Esta subida que en apariencia a lo lejos parece fácil resulta exigente por su pendiente de subida constante y con bastante pendiente.
Llegados al Cueto Nidio, también llamado el mirador de Laciana, nos encontramos con unas buenas vistas a su alrededor. Debajo, a vista de pájaro, tenemos a nuestros pies Villablino. Al pie de la cruz allí existente aprovechamos para comer algo mientras vemos a lo lejos el puerto de Leitariegos, el Cornón, Peña Ubiña y sus picos hacia la ladera norte, mientras que al sur tenemos grandes bosques tupidos de arbolados que son hábitat de muchos osos (nos contó un pastor que son tantos que en Villablino a partir de las 12 de la noche no es extraño encontrar alguno rebuscando dentro de algún contenedor de basura. También nos contó que el oso les había matado este año varías vacas en distintas brañas) y dicen que una de las mayores reservas de Urogallos.
Descendemos para continuar hacia el otro objetivo del día: El Castro de La Muela. Bajamos hacia un collado y allí encontramos una pista que transcurre por un bosque de abedules que se encuentran cubiertos totalmente con líquenes. Esa pista desemboca en otro collado abierto sin árboles y desde allí continuamos por un sendero bien marcado que transcurre por hermosos bosques de abedules y de robles.
En el km 13,6 debemos desviarnos a nuestra derecha para continuar por otra senda que por el medio de un robledal nos llevará hasta el castro astur. Este tramo de sendero resulta incómodo de transitar debido a la mucha pendiente que tiene.
Llegados al Castro de La Muela, recorremos sus ruinas, primero la parte fortificada que tiene unos muros imponentes y después unas ruinas de lo que debieron ser poblados. En las fotografías se pueden leer las leyendas que describen todo ello.
Al lado, hay un bonito mirador que da hacia Rioscuro.
Después, por cómoda pista entre bosque nos llevará hasta el bar La Capilla donde una merecida cerveza con limón nos espera.
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