Circular-Est. Gaucín-Casa huerto Rabiosa-El Escribano-Maroto-LLano Grande-Puerto Zurera-Est. Gaucín
near El Colmenar, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Vegetación, predominan los alcornoques, pinos, brezos, aulagas, quejigos, fresnos etc, me habian comentado que también hay una planta carnivora endemica de esta zona y norte de Marruecos, la atrapamoscas o Drosophyllum lusitanicum, pero la verdad no vi ninguna, lo que si pude ver son ciervos y Jabalís, otra cosa distinta es fotografiarlos.
Comenzamos aparcando en la Estación de Gaucín y bajamos al rio guadiaro, por la calle Lepanto, llegamos al rio y nos encontramos una señales indicativas, seguimos por la derecha, hay que pasar por la orilla del rio por tres o cuatro piedras grandes, y comenzamos una senda, los primeros metros cerradas en cañas pequeñas , después se despeja, seguimos paralelos al rio y pasamos junto a una especie de pista para caballos, seguimos por un carril, pasamos junto a la presa, y seguimos por el carril 300 metros, tenemos cuidado de no pasarnos pues saldremos a nuestra derecha por una senda muy estrecha por la vegetación, subimos y cruzamos las vias del tren, atravesamos una cancela y seguimos en la bifurcación por la derecha, conveniente llevar el gps a mano, subimos hasta la casa del huerto de la rabiosa y seguimos paralelos a la alambrada, a cien metros nos encontraremos un cruce de sendas, seguimos de frente en subida atravesamos un carril y seguimos de frente , atravesamos el escribano y llegamos a una cancela y un carril más ancho, seguimos por la izquierda durante 300 metros, dejamos el carril por la derecha, al principio no hay senda solo matorral, a los pocos metros encontramos los restos de un antiguo carril, subimos pasamos junto a los restos del cortijo y seguimos subiendo atravesamos maroto y el robledal, veremos restos de un antiguo morisco, y cruzaremos muchos pequeños arroyuelos y algún que otro nacimiento de agua, cruzamos llano ancho y comenzaremos una bajada bastante potente llegaremos a un carril ancho y seguimos por la izquierda, hasta puerto zurera, y la carretera MA-512, giramos a la derecha y seguimos siempre por la carretera hasta llegar a la Estación de Gaucín.
Moriscos ¿Dónde vivían los pastores y los carboneros, todos aquellos lugareños que hasta no hace mucho habitaban el actual P.N. de los Alcornocales ? ¿En dónde se guarecían de la lluvia y de la solana? ¿En dónde pernoctaban o pasaban los pocos ratos libres que sus duros oficios les permitían? En los moriscos son las viviendas que desde hace siglos han construido los habitantes de nuestras sierras, sobre todo pastores y carboneros, los parias de la época. Sobra comentar que no eran dueños del solar donde se erigían. La tierra pertenecía al ayuntamiento, o la mayoría de las veces, a un propietario privado; y entre ambas partes no solía mediar contrato escrito alguno.
Pero, ¿por qué esta denominación de «morisco«? Lo desconozco, pero quizás se deba a esa afición popular de atribuir restos o construcciones antiguas de los que no se sabe muy bien su origen a los «moros»; o a que viviendas similares levantaban los moriscos, cuando tras las sucesivas expulsiones en los s. XVI y XVII, algunos se refugiaron en las sierras y bosques para huir de la «justicia» castellana.
Esa es la principal característica del morisco: la adaptabilidad. Se construían con los materiales que proporcionaba el entorno; básicamente piedras, ramas de árboles, matorral y barro. Cuando iban a ser utilizados por temporadas se levantaban únicamente con materiales vegetales, pero cuando la vivienda ya se convertía en el hogar habitual de la familia, se hacía uso de la piedra arenisca, fácil de trabajar. Podían encontrarse solos, aislados, o agrupados en poblados. Este era el caso del poblado de carboneros que al parecer se hallaba cerca de la Venta de Ojén, donde se realizarían los negocios relacionados con el carbón vegetal: compra-venta, cargas, transportes, etc.
La estructura del chozo morisco era sencilla y funcional. Según las necesidades eran circulares o rectangulares. El circular se usaba como cocina y «sala» de estar y el rectangular como dormitorio. En ambos casos las paredes solían medir 1,5 m. de altura, y los bloques de piedra estar unidos o no con argamasa. Si ésta era la arcilla del lugar se lograba al parecer un buen aislamiento térmico en verano y en invierno. Para la solería también se usaba la arenisca, cuando no otra vez el barro «colorao», apisonado.
En cuanto a la techumbre, pienso que la que presenta forma cónica es la que más llama la atención y que más singularidad presta a la vivienda. Para el armazón se utilizaba el quejigo o el aliso, árboles que resisten mejor las inclemencias atmosféricas y el ataque de bichos. Las vigas principales eran llamadas «cumbreras», y sustentaban a las secundarias, las «costillas», que encajaban en los muros mediante una muesca o «mortaja». Luego, la estructura era cubierta con matorral de diversas especies, siendo el más usual el brezo de escoba, el «escobón», que puede alcanzar hasta los tres metros de altura. En los sitios cercanos a la antigua Laguna de la Janda, también se usaba la castañuela. Este tipo de techado impedía que la lluvia calara y a la vez permitía que el humo saliese al exterior. A veces, por lo visto, utilizaban panas de corcho para conseguir un mejor aislamiento. Sabiduría popular por los cuatro costados.
Escobón (Cytisus striatus)
En el exterior, otros elementos constructivos de vital importancia facilitaban la vida a nuestros paisanos. Era raro el chozo que no tuviera aledaño un huerto, o un corral, con los que se satisfacían gran parte de las necesidades alimenticias de la familia, completadas con la caza y la compra de productos en los pueblos cercanos. También tenían a mano, para uso individual o mancomunado, supongo, los característicos hornos de piedra para hacer pan. Restos de algunos de ellos pueden verse aún por esos montes.
Restos de un horno de piedra para hacer pan
¿Qué más podían pedir? pregunto con ironía. Pues mucho más, seguramente me contestarían esos pastores y carboneros. Los testimonios orales o escritos que han perdurado nos hablan de una vida durísima, pero donde las necesidades básicas al menos estaban cubiertas. En otros lugares, otros trabajadores del campo lo pasaban aún peor. A algunos de nosotros, desde nuestro punto de vista urbano y acomodado, ese tipo de vida nos parecerá idílico y atractivo, un estilo de vida más natural y humano, pero claro, no pensamos en la cantidad de esfuerzo que había que invertir para sobrevivir y hacer esa fotografía posible. De todos modos, más de uno, entre los que me incluyo, se iba una temporadita a uno de esos chozos.
Para ir terminando, quisiera reseñar el paralelismo ancestral de este tipo de edificaciones con las viviendas del Neolítico y la Edad de los Metales. Hace entre 8 mil y 4 mil años, cuando la agricultura y la ganadería empiezan a ser una realidad, aparecen los primeros asentamientos urbanos. Las casas que construirían estos pobladores marcarán la pauta en los siglos venideros. Aprovecharán, cómo no, los materiales del entorno, y serán curiosamente de estructura circular, con la techumbre cónica. Miles de años después, un pastor del neolítico hubiera encontrado muy familiar estos moriscos. Se sentiría en su propia casa.
Un ejemplo claro de este tipo de poblados o chozas de la Edad del Cobre lo tenemos cerca. Es el poblado prehistórico de los Millares, a 17 km. de Almeria, uno de los yacimientos más importantes de Europa. Y el de la cultura del Algar, que sería su sucesora. Las similitudes son notables.
Los griegos, como es de esperar también tienen algo que decir en este asunto. Hablamos de los Tholos, que además de designar a un tipo de construcción funeraria, eran las casas circulares de la Grecia prehistórica. Los restos más antiguos se encontraron en Chipre, y son del 5.800 a.c. Eran chozas con paredes de tapial y cañizo, enfoscadas con barro, y presentaban cubiertas de tipo cupular.
Reconstrucción de una choza de un castro celta, en Galicia
El pueblo Celta, con sus representantes en tierras del norte peninsular, tampoco se quiere quedar aparte. De sobras conocidos son sus Castros, poblados fortificados donde destacan las estructuras circulares de sus viviendas. Posiblemente sean el origen, o uno de ellos, del resto de chozos circulares de pastores que desde siglos atrás y hasta hoy día pueblan los montes de Cantabria, Asturias, Galicia, e incluso Extremadura, parientes hermanos de nuestros moriscos. Quizás esta hipótesis dé credulidad al siguiente comentario que a continuación expongo.
En mi humilde y amateurosa labor de documentación encontré una información que apunta hacia esa hipótesis, la cual transcribo literalmente. Está extraída del libro «Guías naturalistas de la provincia de Cádiz III: Sierras del Aljibe y del Campo de Gibraltar«, publicado por la Diputación de Cádiz en 1988, y dice así:
«En las Sierras de Ojén y Luna se encuentran unos chozos rojizos de planta circular y cubierta cónica. Su origen es más antiguo. Se remonta a los pobladores que se desplazaron desde zonas del norte durante el siglo XVII»
¿Será ese el verdadero origen de los moriscos? ¿Gentes del norte que vienen a repoblar nuestras sierras y que traen en el morral sus costumbres y su forma de construir? Es en estas ocasiones cuando de verdad lamento no ser una especie de Percy Fawcett de los Alcornocales, haber estudiado Arqueología, ser un rico heredero para no tener que trabajar, y estar un poco más zumbado por el campo para echarme al monte y que no me importe estar meses intentando aclarar este misterio, este arcano de nuestra etnografía fuente https://dcaminata.wordpress.com/2011/05/17/los-moriscos-las-viviendas-tradicionales-en-los-alcornocales/
Waypoints
Aparcamiento
Aparcamos en la MA- 512 Avd Santiago coordenadas 36.53995108964397, -5.385736631939127 y seguimos hasta llegar a las vias del tren
Seguimos por la derecha
Hay que pasar por las piedras grandes a la derecha y después seguir paralelos al rio, durante unos 20 metros las cañas estan espesas
Cruzamos las vias
Cruzamos por un paso las vias, justo al pasarlas hay un cancela y despues una bifurcación cogemos a la derecha,
Seguimos por la derecha
A partir de aquí recomiendo tener el gps a mano, los caminos a veces se pierden y a veces se bifurcan, y todos los cruces no he podido marcarlos solo los mas importantes
Seguimos por la derecha
Llegamos a un carril y seguimos por la derecha a unos cien metros abandonamos el carril por la izquierda
Cancela y seguimos a la izquierda
Pasamos otra cancela y justo al pasarla un carril, seguimos por la izquierda
Seguimos por la derecha
al principio no hay camino y despues aparecen los restos de un viejo carril, pasamos junto a las ruinas de un antiguo cortijo
Seguimos por la derecha
seguimos por la derecha y pasamos el arroyo de la fresnilla, a partir de aquí pasaremos muchos arroyuelos y nacimientos
Seguimos por la derecha
pasamos algunos de los muchos arroyuelos y nos encontraremos un abrevadero y una fuente
Llegamos a un carril
Seguimos por la izquierda y veremos abajo en el valle la Estación de Gaucín y enfrente el pico Hacho
Seguimos por la izquierda
pasamos junto a los restos de la casa de llano grande y seguimos hacia la Estación
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