Circular desde y hasta la Aldea del Cerezo por la Vegueta del Fresno (Córdoba)

En plena Sierra Morena, en el Parque Natural de la Sierra de Montoro y Cardeña, en los límites entre las provincias de Córdoba, Jaén y Ciudad Real, se encuentra la Aldea del Cerezo, que será principio y final de esta ruta.
Para realizar esta ruta es necesario permiso expreso de la Junta de Andalucía.
La autorización se puede obtener (con certificado digital) en este enlace:
https://www.cma.junta-andalucia.es/medioambiente/cupos-ciudadano/public/login/inicio.jsf?faces-redirect=true
o mediante solicitud a Delegación Territorial de Medio Ambiente de Córdoba, (Tel. 957 00 13 00).
El Cerezo fue una pequeña aldea de Cardeña que estuvo habitada hasta 1960, fundamentalmente, por pastores y en la actualidad, tomando como base sus casas de piedra, se ha montado un complejo de turismo rural.
El objetivo de la ruta es llegar al cauce del río Yeguas, en la zona donde se une a un par de arroyos (El del Pedrizal y el de las Canteras).
Para ello, la ruta es muy simple:
- Hasta la mitad de la misma (7,5 kms), en permanente descenso por pista en buenas condiciones en gran parte del recorrido.
- La vuelta, por pura física, será de continuo ascenso por la misma pista por donde se descendió, salvo el tramo entre los kms. 9 al 12 que se hace por otra variante.
- La dificultad principal de la ruta está entre los kms 11,50 a 12. Una finca privada no permite el paso y hay que bordearla en un descenso muy pronunciado y resbaladizo por un "endiablado" cortafuego. Bajando agarrado a la valla de la finca es el único recurso para salir airoso de allí.

A pesar de la pertinaz sequía que estamos sufriendo y la época en la que hicimos la ruta, los paisajes que se nos presentan son muy bonitos y variados.
Siempre viendo la cercana Sierra de Andújar, rodeados por laderas llenas de formaciones graníticas, por senderos franqueados por muros de piedra, con la compañía de los cauces muy pedregosos, accidentados y, desgraciadamente, casi secos de los arroyos antes mencionados y del río Yeguas, con la presencia de cerdos ibéricos, ovejas, vacas..., con la vigilancia aérea de buitres leonados, rapaces y otras especies y, sobre todo, buscando al verdadero protagonista y emblema de este parque natural: el lince.
No sabemos si algún lince nos vio a nosotros, lo que sí estamos seguros que nosotros no vimos a ninguno (nos pareció ver unas huellas, no sé si eran de lince, pero a nosotros nos parecieron).
En suma, bonita e interesante ruta.... que puede ser espectacular en primavera tras un otoño e invierno con abundantes lluvias. A ver si el cambio climático se apiada de nosotros y nos da la oportunidad de disfrutar en todo su esplendor este parque natural.