Cerro de Íllar (Sierra de Gádor)
near Illar, Andalucía (España)
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Itinerary description
Vuelta al solar de mis mayores, la Baja Alpujarra Almeriense, en el Valle del río Andarax, recorriendo la vertiente norte de la Sierra de Gádor para subir al Cerro de Íllar.
Desde Almería se llega a Benahadux por la N-340a y aquí se toma la A-348 hasta llegar a Íllar, pequeño pueblo de raigambre árabe (su nombre procede del vocablo Al Aliya, que significa “La Alta”, por su ubicación original en el Lugarejo, a mayor altura que la del núcleo actual).
Aparco junto a la Iglesia Parroquial de Santa Ana, cuya construcción (de tipología llamada “iglesia de cajón”) empezó en el primer tercio del siglo XVI en estilo mudéjar. Sigo calle abajo hasta la Glorieta, en la antigua entrada del pueblo; se construyó en 1926, con planta cuadrada, rodeada por un poyo, y una gran fuente de agua en su centro rodeada por cuatro palmeras. Por debajo queda la Fuente Principal (cuya construcción data de 1871 a 1879), con la misma anchura que la glorieta y siete caños por donde manaba el agua de la mina, que también recorría toda la extensión del vecino lavadero, antes de desembocar en la balsa (donde se almacena para el riego de los campos); el lavadero actual se reedificó a finales de los cincuenta del siglo pasado sobre uno anterior de la misma fecha que la fuente (luego remodelado en los noventa, con el conjunto del entorno), ya que el pueblo conoció cierta bonanza económica en el siglo XIX gracias al auge del cultivo de la uva de Ohanes (la sede del Ayuntamiento, en estilo historicista, es también de esta época).
Subo por otras calles paralelas a la principal, cuya disposición conserva un marcado sabor musulmán (Íllar formó parte de la Taha de Marchena, feudo tradicional de la familia al-Nayar, junto con otros nueve pueblos: Alsodux, Alhabia, Terque, Bentarique, Alhama, Huécija, Alicún, Instinción y Rágol). Por la calle Barranquete salgo del núcleo urbano, subiendo por una veredita hasta la A-348 y, tras cruzarla, por otra que sale de la curva de la vieja carretera para llegar a un camino asfaltado entre parcelas; lo continúo a la derecha en las dos siguientes bifurcaciones y finalmente a la izquierda para llegar a un camino de tierra, junto a un parral.
Al poco, pasada una balsa de riego, el camino se convierte en vereda, que sigue subiendo por la falda del cerro, donde me sorprende el amanecer (huelga decir que en esta época del año hay que salir muy temprano para hacer esta ruta por la desforestada Sierra de Gádor).
Tras disfrutar del espectáculo natural de la salida del sol, continúo el trabajoso ascenso por una senda bien definida, dejando a mi derecha el Barranco Colomina, hacia el Collado del Acebuchal, aprovechando las cortas paradas para recuperar el resuello y ver unas amplias panorámicas de los pueblos del Valle y de algunas cumbres de Sierra Nevada (parte del municipio se incluye en el Parque Nacional). Imprescindible calzado con buen agarre por la piedra descompuesta y suelta.
Más arriba la subida se suaviza y doy vistas al Cerro de Íllar. El sendero, en algún punto más escondido entre matas de esparto, va recorriendo su ladera noreste, a pocos metros de su cima, llegando al Collado del Aljibe, junto a las ruinas del viejo cortijo.
Cruzo unos antiguos bancales para retomar el sendero, que pronto empieza un acusado descenso (con algún tramo de mayor estrechura) hasta enlazar con la Vereda del Peñón Rodado. Este sendero está bien marcado, con tramos asegurados con muros bajos de piedra seca, pasando frente a los impresionantes tajos del Barranco del Infierno (los más altos de la provincia), dejando al otro lado del barranco los Cerros de la Cruz y de Los Encargos, y llegando al fin a terreno llano, en La Artesilla.
Sigo el sendero a la izquierda, aunque luego lo pierdo durante un tramo, antes de cruzar el Barranco del Garroferal, retomándolo salvado éste. Termina en el Pozo de Santa Ana, desde donde empieza una pista asfaltada que baja hasta las parcelaciones y lleva hasta la carretera.
Una ruta por descarnados parajes, siguiendo antiguas veredas holladas por nuestros padres (literalmente).
Desde Almería se llega a Benahadux por la N-340a y aquí se toma la A-348 hasta llegar a Íllar, pequeño pueblo de raigambre árabe (su nombre procede del vocablo Al Aliya, que significa “La Alta”, por su ubicación original en el Lugarejo, a mayor altura que la del núcleo actual).
Aparco junto a la Iglesia Parroquial de Santa Ana, cuya construcción (de tipología llamada “iglesia de cajón”) empezó en el primer tercio del siglo XVI en estilo mudéjar. Sigo calle abajo hasta la Glorieta, en la antigua entrada del pueblo; se construyó en 1926, con planta cuadrada, rodeada por un poyo, y una gran fuente de agua en su centro rodeada por cuatro palmeras. Por debajo queda la Fuente Principal (cuya construcción data de 1871 a 1879), con la misma anchura que la glorieta y siete caños por donde manaba el agua de la mina, que también recorría toda la extensión del vecino lavadero, antes de desembocar en la balsa (donde se almacena para el riego de los campos); el lavadero actual se reedificó a finales de los cincuenta del siglo pasado sobre uno anterior de la misma fecha que la fuente (luego remodelado en los noventa, con el conjunto del entorno), ya que el pueblo conoció cierta bonanza económica en el siglo XIX gracias al auge del cultivo de la uva de Ohanes (la sede del Ayuntamiento, en estilo historicista, es también de esta época).
Subo por otras calles paralelas a la principal, cuya disposición conserva un marcado sabor musulmán (Íllar formó parte de la Taha de Marchena, feudo tradicional de la familia al-Nayar, junto con otros nueve pueblos: Alsodux, Alhabia, Terque, Bentarique, Alhama, Huécija, Alicún, Instinción y Rágol). Por la calle Barranquete salgo del núcleo urbano, subiendo por una veredita hasta la A-348 y, tras cruzarla, por otra que sale de la curva de la vieja carretera para llegar a un camino asfaltado entre parcelas; lo continúo a la derecha en las dos siguientes bifurcaciones y finalmente a la izquierda para llegar a un camino de tierra, junto a un parral.
Al poco, pasada una balsa de riego, el camino se convierte en vereda, que sigue subiendo por la falda del cerro, donde me sorprende el amanecer (huelga decir que en esta época del año hay que salir muy temprano para hacer esta ruta por la desforestada Sierra de Gádor).
Tras disfrutar del espectáculo natural de la salida del sol, continúo el trabajoso ascenso por una senda bien definida, dejando a mi derecha el Barranco Colomina, hacia el Collado del Acebuchal, aprovechando las cortas paradas para recuperar el resuello y ver unas amplias panorámicas de los pueblos del Valle y de algunas cumbres de Sierra Nevada (parte del municipio se incluye en el Parque Nacional). Imprescindible calzado con buen agarre por la piedra descompuesta y suelta.
Más arriba la subida se suaviza y doy vistas al Cerro de Íllar. El sendero, en algún punto más escondido entre matas de esparto, va recorriendo su ladera noreste, a pocos metros de su cima, llegando al Collado del Aljibe, junto a las ruinas del viejo cortijo.
Cruzo unos antiguos bancales para retomar el sendero, que pronto empieza un acusado descenso (con algún tramo de mayor estrechura) hasta enlazar con la Vereda del Peñón Rodado. Este sendero está bien marcado, con tramos asegurados con muros bajos de piedra seca, pasando frente a los impresionantes tajos del Barranco del Infierno (los más altos de la provincia), dejando al otro lado del barranco los Cerros de la Cruz y de Los Encargos, y llegando al fin a terreno llano, en La Artesilla.
Sigo el sendero a la izquierda, aunque luego lo pierdo durante un tramo, antes de cruzar el Barranco del Garroferal, retomándolo salvado éste. Termina en el Pozo de Santa Ana, desde donde empieza una pista asfaltada que baja hasta las parcelaciones y lleva hasta la carretera.
Una ruta por descarnados parajes, siguiendo antiguas veredas holladas por nuestros padres (literalmente).
Waypoints
Religious site
1,414 ft
Iglesia Parroquial de Santa Ana (siglo XVI)
De nave única rectangular con armadura de artesa, capilla mayor de planta cuadrada adosada y unida a través de un arco toral (cubierta con una armadura de paños) y sacristía con una pequeña portada barroca de estuco; tejado a dos aguas con un pronunciado alero
Waypoint
1,352 ft
Lavadero tradicional
Lavadero cubierto con pilar corrido con piedras de lavar, rodeado de arcos de medio punto
Fountain
1,355 ft
Fuente Principal (siglo XIX)
Consta de un pilar corrido de piedra con siete huecos labrados en el fondo para colocar los cántaros y sobre el mismo, siete caños; y otro pilar corrido (pozanco) con un entablamento de cuatro caños rematado por un penacho
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