Cerro de Bugambilias

Toda información compartida en este espacio no describe la realidad total del entorno y el esfuerzo realizado, ya que se basa en una experiencia y percepción personal, se debe tomar solo como referencia, es responsabilidad de la persona que decida seguirla por lo que se sugiere investigar condiciones climatológicas y otras referencias para no correr riesgos.

Al medio día y después de un desayuno festivo y muy tradicional, mi esposo y yo decidimos ir a conocer el cerro de Bugambilias, puesto que ya nos lo habían recomendado demasiado.
Como la decisión fue tomada de último momento, debíamos hacer algunos pendientes previamente, así como regresar a casa para cambiarnos la ropa y llevar algunos elementos esenciales como la linterna, impermeable y por supuesto líquidos para hidratarnos.
Adicionalmente revisamos las condiciones del tráfico, que cabe mencionar que siempre hay bastante por Av. López Mateos, cuando por fin llegamos al punto de partida, que es por el colegio Cumbres, nos estacionamos y apreciamos a simple vista que había dos senderos, comenzamos por el de la izquierda y realmente fue muy agradable.
El camino está debidamente señalizado, con buen ritmo realizamos nuestra caminata, disfrutando de impresionantes vistas de la ciudad.
Hacia demasiado calor, el ambiente estaba muy húmedo y cuando llegamos a la parte más alta comenzó una tormenta que duró algunos minutos.
Afortunadamente llevábamos impermeables, por lo que nos sentamos un poco a disfrutar de la lluvia.
Posteriormente continuamos nuestro camino y conocimos otra parte del camino no tan transitado, para lo cual bajamos bastante, para volver tuvimos primero que subir pensando que regresaríamos por donde habíamos subido, platicando Gabriel y yo decidimos regresar por la brecha, regresando otra vez un poco, pudimos conocer otro de los caminos que también está en buenas condiciones y con señalización.
Aunque es un recorrido tranquilo, siempre tomar en cuenta el clima y las condiciones del camino, ya que tiene bastantes piedras piedras ( pequeñas).
Finalmente, una parte del camino ya era sin luz del día, por lo que sí utilizamos la linterna.
Pudimos llegar a nuestro auto, muy contentos y satisfechos por nuestra aventura.