Cerro Corona, Monte Hacho y Loja histórica
near Loja, Andalucía (España)
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Itinerary description
NOTA ACLARATORIA: Teniendo en cuenta que desde 2023 se destruyó el puente colgante, el tramo que pasa por el Mirador de Los Infiernos de Loja, nos lo podemos ahorrar y al finalizar la bajada del Hacho, podemos regresar directamente a Loja, quedando la ruta en menos de 14 km si renunciamos al paseo por el casco histórico, quedando una ruta bonita, pero sin adornos extras, que se puede realizar fácilmente en unas 6 horas, como mucho.
Ruta circular desde Convento de Santa Clara pasando por:
- Puente Gran Capitán (0.8 km)
- Cerro de la Corona (6.3 km)
- Monte Hacho (10.5 km)
- Mirador de los Infiernos (14.9 km)
- Mirador Arqueológico de la Alcazaba (20.1 km)
Martes 6 de Febrero 2024, CERRO DE LA CORONA, MONTE HACHO Y LOJA HISTÓRICA.
Aparcamos nuestros vehículos en un parking terrizo cercano al Recinto Ferial de Loja, desde donde iniciamos nuestra caminata por la Calle Rafael Pérez del Álamo, dejando a nuestra derecha el "Puente Aliatar" que coincide con la carretera Loja-Priego, este puente lo distinguiremos porque a su entrada nos encontramos con una rotonda presidida por una gran llave, que representa las llaves de la ciudad. Continuamos por la calle Rafael Pérez del Álamo, para cruzar por el Puente del Gran Capitán, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, muy relacionado con esta ciudad tal y como nos recuerda mi paisano José Calvo Poyato en su maravilloso libro "EL GRAN CAPITÁN" (que recomiendo a todo amante de la novela histórica, sin temor a equivocarme).
DEspués de cruzar el Puente del Gran Capitán, nos adentramos en la barriada de San Francisco, llegando en pocos minutos a la estación de tren de Loja, que también tiene el nombre del barrio donde se encuentra y después de cruzar el puente peatonal, encaramos las empinadas calles por donde dejamos atrás las últimas casas del pueblo antes de encarar los zigzags, que algunos atrochan para ir ganando altura entre Los Tajos de La Quebrada a nuestra izquierda y los tajos del espolón Occidental del Hacho de Loja a nuestra derecha, hasta llegar a un collado donde nos encontramos con un numeroso grupo de cabras montesas, que pudimos contemplar a escasa distancia. Desde el mencionado collado ya contemplamos la meseta que forma la cumbre del cerro Corona, a cuya base llegamos por una cómoda pista terriza que nos lleva hasta el Cortijo de la Quinta, junto al cual vamos a pasar, antes de encarar una ascensión que si bien no es muy empinada, si pondrá a prueba nuestra experiencia (y paciencia) con el campo través en subida, donde tendremos que ir progresando, buscando los mejores pasos entre un mar de espartos, coscojas, majuelos, aulagas, roquedo y abundantes restos de corralones que nos hacen pensar en un antiguo asentamiento en esta cumbre, que a pasear de ser secundaria tiene amplias vistas al Este, Norte y Oeste (pues al sur, sus vistas quedan eclipsadas por el Hacho de Loja). Una vez en su meseta, atravesamos un mar de ortigas hasta alcanzar un pequeño promontorio de apenas uno o dos metros más que el resto de la meseta, donde situamos el "waypoint" de cumbre, tomando como referencia un grupo de almendros en flor. Esta montaña normalmente ignorada, está huérfana de vértice geodésico. No obstante, tiene su encanto y nuestro descenso por su vertiente sureste, resultó mucho más cómoda al ofrecernos algunos pasos más abiertos entre la vegetación que los que nos topamos en su ascensión por la vertiente suroeste. Llegando sin problemas al "Puerto del Cabrero".
Desde el Puerto del Cabrero, tomamos a nuestra derecha la pista terriza que se dirige al Cortijo del Hachuelo, pero ráìdamente esta pista se birfurca, tomando en este caso el ramal secundario que sale a la izquierda, que va ganando altura entre campos de almendros, primeras zonas de pinar y la parte alta de la cantera de áridos que dejaremos a nuestra izquierda, tras el cual debemos tomar una cerrada curva de derecha, para mantener un largo tramo recto de pista terriza, que dejaremos antes de llegar al final, para tomar un angosto, pero bien marcado senderito que en amplios zigzags, nos lleva hasta la zona de cumbre del Hacho, concretamente muy cerca, de la antigua "Caseta del Guarda" que también visitamos, justo antes de completar el último tramo hasta el vértice geodésico del Hacho (1.024 msnm), que a pesar de poder parecer una altura modesta, nos ofrece magníficas vistas de Loja a nuestros pies con la Sierra Loja al sur, asaeteadas por su inconfundible hilera de molinos del parque eólico.
Una vez disfrutas las vistas y las sensaciones montañeras desde la cumbre, descartamos la posibilidad de almorzar en la misma, porque está empezando a soplar un viento un tanto frío y descendemos un corto trecho sobre nuestros pasos, pa4ra desviarnos a nuestra izquierda, dirección sureste, para "aterrizar" en una especie de ancha vaguada, que a modo de pequeño prado entre pinos, nos ofrece un lugar idílico para disfrutar de un agradable almuerzo tertulia de cine incluida. Finalizado el almuerzo, continuamos descendiendo por lo que parece la prolongación de esa vaguada que a través de un frondodo pinar nos ofrece la posibilidad de ir perdiendo altura en dirección suroeste, pasando por preciosos miradores naturales, hasta venir a salir a la barriada del Frontil, con un manantial tan rico y abundante que parece no haberse visto afectado por la sequía a juzgar por el magnífico aspecto de su lago, su acequia y la piscifactoría más abajo.
Una vez que dejamos atrás "El Frontil", llegamos en poco más de diez minutos al "Mirador de los Infiernos de Loja" que con lo mermado que está en estos momentos el cauce del Genil, es un auténtico infierno para la vista, pues la barrera natural de troncos, cañas, etc... que se ha ido agolpando con las crecidas, ha hecho de parapeto, para que allí se concentre toda la basura que arrastra el río desde aguas arriba, más la que allí se haya arrojado. Un auténtico estercolero más propio de un país tercermundista, que de una España que a nivel nacional presume de llevar a cabo una política ecológica modélico, que desde la Junta de Andalucía, nos vende el falso eslogan de "Andalucía imparable"; o que a nivel de la Diputación de Granada o el mismo Ayuntamiento de Loja, permiten que esta imagen de "Los Infiernos de Loja" que se supone debería ser un bonito rincón donde el río Genil nos sorprende con una serie de saltos y cascadas, se haya convertido literalmente en un estercolero.
Una vez que dejamos atrás el paraje de "Los Infiernos", progresamos por la orilla norte del Genil en paralelo a su cauce hasta llegar a los restos del puente colgante, que ya no está. Minutos más tarde nos enteremos por unas señoras del pueblo con las que nos cruzamos que el año pasado, en 2023, lo terminaron de quitar porque ya estaba en muy mal estado. Por lo que nos vemos obligados a regresar al casco urbano de Loja, caminando junto a la carretera de Priego. Habiéndonos podido ahorrar este último tramo de ruta, si después de bajar de la sierra, nos hubiésemos dirigido directamente al Puente Aliatar, por donde en cualquier caso, regresamos tal y como estaba previsto.
Volvemos a pasar por el aparcamiento donde habíamos aparcado por la mañana para aligerarnos de equipaje y comenzar un pequeño recorrido urbano por la Loja histórica pasando por el Convento de Santa Catalina, La EStatua del Gran Capitán, El Palacio de Narvaez, La Puerta del Jaufín, La Plaza de la Constitución (donde se encuentra la mejor confitería de Loja), la Iglesia Mayor de La Encarcanción, El TEatro Imperial, El Mirador de Boabdil, el entorno de la Alcazaba y por último la Iglesia de San Gabriel. Las dos iglesias por las que pasamos se encontraban abiertas y la grandeza de su interior donde se mezclaban estilos renacentistas y mudejar, nos hablan de la imprtancia histórica y estratñegica que en su día tuvo Loja. "La Flor entre Espinas".
PASAJES DE LA HISTORIA (Por Juan Antonio Cebrián y Bruno Cardeñosa), del programa radiofónico "La Rosa de los Vientos":
En el poniente granadino -con el agua como protagonista-, nos encontramos en la última frontera de Al Ándalus “Madinat Lawsa” con el monumento a la figura histórica de Morayma y Aliatar, ilustres vecinos de Loja junto con el poeta, historiador y filósofo Ibn al-Jatib (Loja, 15 de noviembre de 1313-Fez, 1374) que tendrá una gran influencia en la corte granadina.
Según Ibn Hayyan, en su obra “al-Muqtabis”, la ciudad de Loja se edificó a orillas del río Genil en el año 893 por al-Mutarrif, hijo del emir Abd Allah a su regreso de una expedición sobre el territorio de Bobastro.
Sobre Loja, Ibn Sa`is escribió: “Entre Loja y Granada hay una jornada de distancia, una de las más agradables porque discurre a través de ríos y bajo frondosos árboles durante un largo trecho. ¡Bendito sea Dios, que ha creado tanta belleza!.
Dice al-Mimyari: si tuvierais que casar el cielo con la tierra, éste sería el lugar más apropiado. Loja esta a orillas del río Genil…”
Ibn Al-Jatib, natural de la misma, visir de los reyes Jusuf I y Mohamed V la definió como ciudad de “…rostro risueño y aspecto fascinador, con ríos de copiosas corrientes y muchos arroyuelos; la de frondosas arboledas, cuyas ramas agotaba la brisa; la de jardines y fuentes de verdadera delicia; la de molinos volteados y mujeres hermosas, que curaban los males del corazón; la de abundante caza y racimos de uva que adornaban como sartales los cuellos de las vides; la de las minas de sal, molinos de aceite y copiosas hortalizas…”.
Callejeando por su casco histórico entre callejuelas angostas y empinadas llegamos al barrio de la alcazaba, al cual accedemos a través de un arco de herradura. La primera figura que nos encontramos sentada y afligida frente a la torre de la antigua mezquita aljama es "Morayma" ((Loja, 1467-Laujar de Andarax, 1493), cuyo incierto futuro estará directamente relacionado con la desdicha de Boabdil.
Morayma era la hija de Aliatar, legendario caudillo musulmán que luchara en defensa del reino nazarí durante la Guerra de Granada. Este histórico personaje se llamaba Ibrahim Alí-Atar (1400-1483) y llegó a ser alcaide de Loja desde 1462 hasta 1483. Boabdil al regresar del campo de batalla se enamoró de la bella Morayma. Cuenta la leyenda que llegó a ser la única mujer en la vida de Boabdi y que la amó de verdad.
Aliatar y sus guerreros hicieron un ataque por sorpresa al campamento cristiano a orillas del Genil en el que derrotaron a los cristianos obligándoles a replegarse desordenadamente. Entre los muertos figuró Rodrigo Téllez Girón “Gran Maestre de la Orden de Calatrava y alcaide de la fortaleza de Priego. Esa victoria supuso para Boabdil, retener a las tropas cristianas durante algún tiempo y reforzar su posición frente a su padre “Muley Hacén”. También aumentó aún más el prestigio de Aliatar, que pasó de defender Loja a atacar la frontera castellana.
Pero Aliatar morirá “octogenario” durante la batalla de Lucena en 1483. El viejo y legendario caudillo será recordado por su prestigio militar. El ejército cristiano logró sobrepasar al musulmán alcanzando el triunfo y apresando a Boabdil “Abu abd Allah «az-Zughbî», el Chico” (Mohamed XII).
La alcazaba de la ciudad de Loja responde al esquema denominado de muralla y barrera, en el cual cobra especial relevancia la torre barbacana. En las recientes excavaciones realizadas en la zona próxima a la Torre se han documentado restos constructivos de la época califal, pero las fuentes indican una primera edificación de la Alcazaba a finales del siglo IX (893); y una segunda fase edificatoria en el siglo XIII (después de 1232, cuando la ciudad vuelve a manos musulmanas tras la breve ocupación por los ejércitos del rey cristiano Fernando III). También, y en último lugar parece que el monarca nazarí Abu-al-Walid Ismail (1314-1325) pudo llevar a cabo reformas en la Alcazaba.
En el periodo califal, estas fértiles tierras muestran un fuerte grado de prosperidad. Durante el siglo X se reforzaron las defensas de la ciudad, construyéndose “la noria de Genaza”, así como numerosas torres y atalayas por todo el territorio lojeño. Asimismo, de esta época data el conjunto de alhajas de oro y plata que se conocen como “El tesorillo de Loja”.
La ciudad de Loja, a partir del siglo XIV, se conoce como “Madinat Lawsa” y quedaba incluida en la cora de Elvira. Las torres son de tipología diversa (cuadrangulares, de variación circular y semicircular y octogonal), pero existe un uso generalizado del aparejo mixto de mamposteria y del sillarejo para regularización y refuerzo de ángulos. También hay “tabiya”, es decir, tapial de calicanto y de terriza en algunos paños de muralla y en algunas torres de la zona alta de la alcazaba.
No cabe duda que Ibn al-Jatib (Loja 1313-Fez 1374) es considerado la figura lojeña más importante y representativa del antiguo Reino nazarí de Granada. Pasó la mayor parte de su vida en Granada ocupando altos cargos políticos, siendo merecedor de haber sido doble visir. Sus más de 70 obras de campos tan diversos como la historia, poesía, relato de viajes, medicina y muchas otras disciplinas, son fuente inagotable para entender los hechos de su época.
Las angostas y sinuosas callejuelas que desembocan en la alcazaba están repletas de poemas en honor del poeta Ibn al-Jatib. La ciudad de Loja se construyó en el año 893 por al-Mutarrif, hijo del emir Ábd Allah. A partir del siglo XIV, se conocerá como “Madinat Lawsa” llegando a tener 39 torres y 10 puertas, siendo considerada por los reyes cristianos como “la llave de la antigua Garnatha “Granada”.
Loja adquiere su auténtica dimensión urbana durante la Edad Media como Puerta de Granada. Al-Jatib describió las bellezas de Loja en sus viajes por la antigua Al Ándalus.
Loja será considerada en aquellos tiempos una ciudad estratégica de la máxima importancia, considerada “la llave de Granada” por las tropas cristianas. Tras un asedio de varios días, el mismo Boabdil entregará la ciudad al rey Fernando de Aragón en 1486.
Salimos de Loja pasando por la fachada de la iglesia de la Encarnación (s. XVI-XVIII) construida sobre el solar de la antigua Mezquita Aljama. Su torre campanario se ha convertido en emblema y faro de Loja, visible desde muchos lugares de la ciudad y sus alrededores.
Otra ciudad importante en la última frontera andalusí fue la antigua Hisn Montefrid (Montefrío) que llegó a formar parte de un sistema defensivo -que junto con Alhama de Granada, Loja, Íllora y Moclín formarían parte de “la última frontera de al Ándalus”-, antes de su conquista por los Reyes Católicos el 26 de junio de 1486, pero esa ya es otra historia...
Ruta circular desde Convento de Santa Clara pasando por:
- Puente Gran Capitán (0.8 km)
- Cerro de la Corona (6.3 km)
- Monte Hacho (10.5 km)
- Mirador de los Infiernos (14.9 km)
- Mirador Arqueológico de la Alcazaba (20.1 km)
Martes 6 de Febrero 2024, CERRO DE LA CORONA, MONTE HACHO Y LOJA HISTÓRICA.
Aparcamos nuestros vehículos en un parking terrizo cercano al Recinto Ferial de Loja, desde donde iniciamos nuestra caminata por la Calle Rafael Pérez del Álamo, dejando a nuestra derecha el "Puente Aliatar" que coincide con la carretera Loja-Priego, este puente lo distinguiremos porque a su entrada nos encontramos con una rotonda presidida por una gran llave, que representa las llaves de la ciudad. Continuamos por la calle Rafael Pérez del Álamo, para cruzar por el Puente del Gran Capitán, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, muy relacionado con esta ciudad tal y como nos recuerda mi paisano José Calvo Poyato en su maravilloso libro "EL GRAN CAPITÁN" (que recomiendo a todo amante de la novela histórica, sin temor a equivocarme).
DEspués de cruzar el Puente del Gran Capitán, nos adentramos en la barriada de San Francisco, llegando en pocos minutos a la estación de tren de Loja, que también tiene el nombre del barrio donde se encuentra y después de cruzar el puente peatonal, encaramos las empinadas calles por donde dejamos atrás las últimas casas del pueblo antes de encarar los zigzags, que algunos atrochan para ir ganando altura entre Los Tajos de La Quebrada a nuestra izquierda y los tajos del espolón Occidental del Hacho de Loja a nuestra derecha, hasta llegar a un collado donde nos encontramos con un numeroso grupo de cabras montesas, que pudimos contemplar a escasa distancia. Desde el mencionado collado ya contemplamos la meseta que forma la cumbre del cerro Corona, a cuya base llegamos por una cómoda pista terriza que nos lleva hasta el Cortijo de la Quinta, junto al cual vamos a pasar, antes de encarar una ascensión que si bien no es muy empinada, si pondrá a prueba nuestra experiencia (y paciencia) con el campo través en subida, donde tendremos que ir progresando, buscando los mejores pasos entre un mar de espartos, coscojas, majuelos, aulagas, roquedo y abundantes restos de corralones que nos hacen pensar en un antiguo asentamiento en esta cumbre, que a pasear de ser secundaria tiene amplias vistas al Este, Norte y Oeste (pues al sur, sus vistas quedan eclipsadas por el Hacho de Loja). Una vez en su meseta, atravesamos un mar de ortigas hasta alcanzar un pequeño promontorio de apenas uno o dos metros más que el resto de la meseta, donde situamos el "waypoint" de cumbre, tomando como referencia un grupo de almendros en flor. Esta montaña normalmente ignorada, está huérfana de vértice geodésico. No obstante, tiene su encanto y nuestro descenso por su vertiente sureste, resultó mucho más cómoda al ofrecernos algunos pasos más abiertos entre la vegetación que los que nos topamos en su ascensión por la vertiente suroeste. Llegando sin problemas al "Puerto del Cabrero".
Desde el Puerto del Cabrero, tomamos a nuestra derecha la pista terriza que se dirige al Cortijo del Hachuelo, pero ráìdamente esta pista se birfurca, tomando en este caso el ramal secundario que sale a la izquierda, que va ganando altura entre campos de almendros, primeras zonas de pinar y la parte alta de la cantera de áridos que dejaremos a nuestra izquierda, tras el cual debemos tomar una cerrada curva de derecha, para mantener un largo tramo recto de pista terriza, que dejaremos antes de llegar al final, para tomar un angosto, pero bien marcado senderito que en amplios zigzags, nos lleva hasta la zona de cumbre del Hacho, concretamente muy cerca, de la antigua "Caseta del Guarda" que también visitamos, justo antes de completar el último tramo hasta el vértice geodésico del Hacho (1.024 msnm), que a pesar de poder parecer una altura modesta, nos ofrece magníficas vistas de Loja a nuestros pies con la Sierra Loja al sur, asaeteadas por su inconfundible hilera de molinos del parque eólico.
Una vez disfrutas las vistas y las sensaciones montañeras desde la cumbre, descartamos la posibilidad de almorzar en la misma, porque está empezando a soplar un viento un tanto frío y descendemos un corto trecho sobre nuestros pasos, pa4ra desviarnos a nuestra izquierda, dirección sureste, para "aterrizar" en una especie de ancha vaguada, que a modo de pequeño prado entre pinos, nos ofrece un lugar idílico para disfrutar de un agradable almuerzo tertulia de cine incluida. Finalizado el almuerzo, continuamos descendiendo por lo que parece la prolongación de esa vaguada que a través de un frondodo pinar nos ofrece la posibilidad de ir perdiendo altura en dirección suroeste, pasando por preciosos miradores naturales, hasta venir a salir a la barriada del Frontil, con un manantial tan rico y abundante que parece no haberse visto afectado por la sequía a juzgar por el magnífico aspecto de su lago, su acequia y la piscifactoría más abajo.
Una vez que dejamos atrás "El Frontil", llegamos en poco más de diez minutos al "Mirador de los Infiernos de Loja" que con lo mermado que está en estos momentos el cauce del Genil, es un auténtico infierno para la vista, pues la barrera natural de troncos, cañas, etc... que se ha ido agolpando con las crecidas, ha hecho de parapeto, para que allí se concentre toda la basura que arrastra el río desde aguas arriba, más la que allí se haya arrojado. Un auténtico estercolero más propio de un país tercermundista, que de una España que a nivel nacional presume de llevar a cabo una política ecológica modélico, que desde la Junta de Andalucía, nos vende el falso eslogan de "Andalucía imparable"; o que a nivel de la Diputación de Granada o el mismo Ayuntamiento de Loja, permiten que esta imagen de "Los Infiernos de Loja" que se supone debería ser un bonito rincón donde el río Genil nos sorprende con una serie de saltos y cascadas, se haya convertido literalmente en un estercolero.
Una vez que dejamos atrás el paraje de "Los Infiernos", progresamos por la orilla norte del Genil en paralelo a su cauce hasta llegar a los restos del puente colgante, que ya no está. Minutos más tarde nos enteremos por unas señoras del pueblo con las que nos cruzamos que el año pasado, en 2023, lo terminaron de quitar porque ya estaba en muy mal estado. Por lo que nos vemos obligados a regresar al casco urbano de Loja, caminando junto a la carretera de Priego. Habiéndonos podido ahorrar este último tramo de ruta, si después de bajar de la sierra, nos hubiésemos dirigido directamente al Puente Aliatar, por donde en cualquier caso, regresamos tal y como estaba previsto.
Volvemos a pasar por el aparcamiento donde habíamos aparcado por la mañana para aligerarnos de equipaje y comenzar un pequeño recorrido urbano por la Loja histórica pasando por el Convento de Santa Catalina, La EStatua del Gran Capitán, El Palacio de Narvaez, La Puerta del Jaufín, La Plaza de la Constitución (donde se encuentra la mejor confitería de Loja), la Iglesia Mayor de La Encarcanción, El TEatro Imperial, El Mirador de Boabdil, el entorno de la Alcazaba y por último la Iglesia de San Gabriel. Las dos iglesias por las que pasamos se encontraban abiertas y la grandeza de su interior donde se mezclaban estilos renacentistas y mudejar, nos hablan de la imprtancia histórica y estratñegica que en su día tuvo Loja. "La Flor entre Espinas".
PASAJES DE LA HISTORIA (Por Juan Antonio Cebrián y Bruno Cardeñosa), del programa radiofónico "La Rosa de los Vientos":
En el poniente granadino -con el agua como protagonista-, nos encontramos en la última frontera de Al Ándalus “Madinat Lawsa” con el monumento a la figura histórica de Morayma y Aliatar, ilustres vecinos de Loja junto con el poeta, historiador y filósofo Ibn al-Jatib (Loja, 15 de noviembre de 1313-Fez, 1374) que tendrá una gran influencia en la corte granadina.
Según Ibn Hayyan, en su obra “al-Muqtabis”, la ciudad de Loja se edificó a orillas del río Genil en el año 893 por al-Mutarrif, hijo del emir Abd Allah a su regreso de una expedición sobre el territorio de Bobastro.
Sobre Loja, Ibn Sa`is escribió: “Entre Loja y Granada hay una jornada de distancia, una de las más agradables porque discurre a través de ríos y bajo frondosos árboles durante un largo trecho. ¡Bendito sea Dios, que ha creado tanta belleza!.
Dice al-Mimyari: si tuvierais que casar el cielo con la tierra, éste sería el lugar más apropiado. Loja esta a orillas del río Genil…”
Ibn Al-Jatib, natural de la misma, visir de los reyes Jusuf I y Mohamed V la definió como ciudad de “…rostro risueño y aspecto fascinador, con ríos de copiosas corrientes y muchos arroyuelos; la de frondosas arboledas, cuyas ramas agotaba la brisa; la de jardines y fuentes de verdadera delicia; la de molinos volteados y mujeres hermosas, que curaban los males del corazón; la de abundante caza y racimos de uva que adornaban como sartales los cuellos de las vides; la de las minas de sal, molinos de aceite y copiosas hortalizas…”.
Callejeando por su casco histórico entre callejuelas angostas y empinadas llegamos al barrio de la alcazaba, al cual accedemos a través de un arco de herradura. La primera figura que nos encontramos sentada y afligida frente a la torre de la antigua mezquita aljama es "Morayma" ((Loja, 1467-Laujar de Andarax, 1493), cuyo incierto futuro estará directamente relacionado con la desdicha de Boabdil.
Morayma era la hija de Aliatar, legendario caudillo musulmán que luchara en defensa del reino nazarí durante la Guerra de Granada. Este histórico personaje se llamaba Ibrahim Alí-Atar (1400-1483) y llegó a ser alcaide de Loja desde 1462 hasta 1483. Boabdil al regresar del campo de batalla se enamoró de la bella Morayma. Cuenta la leyenda que llegó a ser la única mujer en la vida de Boabdi y que la amó de verdad.
Aliatar y sus guerreros hicieron un ataque por sorpresa al campamento cristiano a orillas del Genil en el que derrotaron a los cristianos obligándoles a replegarse desordenadamente. Entre los muertos figuró Rodrigo Téllez Girón “Gran Maestre de la Orden de Calatrava y alcaide de la fortaleza de Priego. Esa victoria supuso para Boabdil, retener a las tropas cristianas durante algún tiempo y reforzar su posición frente a su padre “Muley Hacén”. También aumentó aún más el prestigio de Aliatar, que pasó de defender Loja a atacar la frontera castellana.
Pero Aliatar morirá “octogenario” durante la batalla de Lucena en 1483. El viejo y legendario caudillo será recordado por su prestigio militar. El ejército cristiano logró sobrepasar al musulmán alcanzando el triunfo y apresando a Boabdil “Abu abd Allah «az-Zughbî», el Chico” (Mohamed XII).
La alcazaba de la ciudad de Loja responde al esquema denominado de muralla y barrera, en el cual cobra especial relevancia la torre barbacana. En las recientes excavaciones realizadas en la zona próxima a la Torre se han documentado restos constructivos de la época califal, pero las fuentes indican una primera edificación de la Alcazaba a finales del siglo IX (893); y una segunda fase edificatoria en el siglo XIII (después de 1232, cuando la ciudad vuelve a manos musulmanas tras la breve ocupación por los ejércitos del rey cristiano Fernando III). También, y en último lugar parece que el monarca nazarí Abu-al-Walid Ismail (1314-1325) pudo llevar a cabo reformas en la Alcazaba.
En el periodo califal, estas fértiles tierras muestran un fuerte grado de prosperidad. Durante el siglo X se reforzaron las defensas de la ciudad, construyéndose “la noria de Genaza”, así como numerosas torres y atalayas por todo el territorio lojeño. Asimismo, de esta época data el conjunto de alhajas de oro y plata que se conocen como “El tesorillo de Loja”.
La ciudad de Loja, a partir del siglo XIV, se conoce como “Madinat Lawsa” y quedaba incluida en la cora de Elvira. Las torres son de tipología diversa (cuadrangulares, de variación circular y semicircular y octogonal), pero existe un uso generalizado del aparejo mixto de mamposteria y del sillarejo para regularización y refuerzo de ángulos. También hay “tabiya”, es decir, tapial de calicanto y de terriza en algunos paños de muralla y en algunas torres de la zona alta de la alcazaba.
No cabe duda que Ibn al-Jatib (Loja 1313-Fez 1374) es considerado la figura lojeña más importante y representativa del antiguo Reino nazarí de Granada. Pasó la mayor parte de su vida en Granada ocupando altos cargos políticos, siendo merecedor de haber sido doble visir. Sus más de 70 obras de campos tan diversos como la historia, poesía, relato de viajes, medicina y muchas otras disciplinas, son fuente inagotable para entender los hechos de su época.
Las angostas y sinuosas callejuelas que desembocan en la alcazaba están repletas de poemas en honor del poeta Ibn al-Jatib. La ciudad de Loja se construyó en el año 893 por al-Mutarrif, hijo del emir Ábd Allah. A partir del siglo XIV, se conocerá como “Madinat Lawsa” llegando a tener 39 torres y 10 puertas, siendo considerada por los reyes cristianos como “la llave de la antigua Garnatha “Granada”.
Loja adquiere su auténtica dimensión urbana durante la Edad Media como Puerta de Granada. Al-Jatib describió las bellezas de Loja en sus viajes por la antigua Al Ándalus.
Loja será considerada en aquellos tiempos una ciudad estratégica de la máxima importancia, considerada “la llave de Granada” por las tropas cristianas. Tras un asedio de varios días, el mismo Boabdil entregará la ciudad al rey Fernando de Aragón en 1486.
Salimos de Loja pasando por la fachada de la iglesia de la Encarnación (s. XVI-XVIII) construida sobre el solar de la antigua Mezquita Aljama. Su torre campanario se ha convertido en emblema y faro de Loja, visible desde muchos lugares de la ciudad y sus alrededores.
Otra ciudad importante en la última frontera andalusí fue la antigua Hisn Montefrid (Montefrío) que llegó a formar parte de un sistema defensivo -que junto con Alhama de Granada, Loja, Íllora y Moclín formarían parte de “la última frontera de al Ándalus”-, antes de su conquista por los Reyes Católicos el 26 de junio de 1486, pero esa ya es otra historia...
Waypoints
Parking en Loja City
Bifurcación
Waypoint
Cerro Corona (973 msnm)
Puerto del Cabrero
Puente peatonal sobre la vía del tren
Desvio de doble horquilla
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Mirador de Los Infiernos
Mucha basura acumulada por la traída del río, de aguas arriba
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