Castro Urdiales: cima 'La Ermita' y Monumento del Inmaculado Corazón de Maria, playas de Ostende, Brazomar, y Dicido (Mioño).
near Brazomar, Cantabria (España)
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Trail photos
Itinerary description
Nos dirigimos hacia Sámano, atravesamos el puente que va por debajo de la autopista, y giramos a la derecha para ascender por una carretera vecinal, y a continuación por una pista que nos lleva a la Ermita y gran monumento del Sagrado Corazón de María, ubicados en la cima de nombre " La Ermita" de 203 m de altura, desde donde las vistas de Castro y sus alrededores son excelentes.
Volvemos un pequeño tramo sobre nuestros pasos y entramos en un espectacular bosquecillo de encinas.
Salimos a la carretera saltando un vallado, enseguida cruzamos un puente-carretera por encima de la autopista, entramos en el pueblo de Castro Urdiales, y llegamos a la playa de Ostende (playa artificial en forma de concha), la recorremos, vemos a nuestra derecha la punta de los Cuervos, mirador natural, terminamos de recorrer la playa y nos dirigimos a los preciosos acantilados, donde hay un paseo habilitado.
Vamos contemplando sus pozas y grutas formadas por el efecto del mar, también hay restos de un puente y un cargadero de mineral (restos del pasado minero de la zona), junto a la Punta de la Pepina.
Llegamos al cementerio de la Ballena que merece visita aparte y damos la vuelta.
Volvemos a la playa de Ostende y seguimos por la costa, pasamos por la playa interior de piedra llamada el Pedregal Seña Santiago, y por la Punta de la Atalaya.
Antes de llegar al ayuntamiento, giramos a la izquierda y nos acercamos a la imponente Iglesia de Santa María de la Asunción, actualmente en obras, y al bonito Castillo-Faro de Santa Ana.
Por unas escaleras laterales, bajamos al Puerto, donde además está el bonito Puente Medieval, la Ermita de Santa Ana, con restos arqueológicos dentro,...,precioso rincón.
Continuamos hacia el Ayuntamiento y seguimos por el concurrido paseo marítimo, hacia la playa de Brazomar y a continuación al parque de Cotolino.
Subimos a la zona de acantilados con sus dos bonitas calas. Entrevemos otro cargadero, el de Dicido, cerca de la Punta de Saltacaballos.
Bajamos hasta la playa de Dicido, perteneciente a la localidad castreña de Mioño, localidad que atravesamos, y llegamos al tunel de Valverde en la via verde de Castro Alen, nuevos vestigios del pasado minero de la zona pues por ahí pasaba el antiguo ferrocarril.
Pasamos el túnel y ya apenas falta nada para llegar al punto de partida.
Bonita ruta mañanera.
Waypoints
Izquierda por el paso canadiense.
Cima 'La Ermita', con su gran escultura del Sagrado Corazón de María, sobre una ermita. Espléndidas panorámicas.
Panorámica del Castillo-Faro de Santa Ana y la Iglesia de Santa María de la Asunción.
Iglesia de Santa María de la Asunción, y Castillo-Faro de Santa Ana.
Castillo de Santa Ana Es una fortaleza del siglo XII situada sobre un promontorio rocoso en Castro Urdiales, en una península donde también está la iglesia de Santa María de la Asunción. Se trata de uno de los pocos castillos que se conservan en Cantabria y constituía el principal lugar defensivo de la villa. Su estructura tiene forma pentagonal con fuertes cubos angulares. Es de mampostería y su construcción se cree similar a la de la Iglesia de Santa María Formaba junto con la Iglesia, el entramado defensivo cerrado por la muralla de la villa, que desde aquí bajaba hasta la puebla vieja, rodeándola. Su posición estratégica permitía que en caso de verse obligados a huir, los sitiados pudieran hacerlo por el mar. De hecho, cuando la ciudad fue conquistada en 1814 por los franceses, muchos castreños acudieron a la fortaleza para poder huir, embarcándose en buques ingleses. Fue construido en torno al año 1163. Realizado en mampostería y sin vanos al exterior, tiene forma pentagonal, aunque inicialmente debió ser de planta cuadrada. El Faro: El faro de Castro Urdiales (siglo XIX) se encuentra adyacente al castillo y fue encendido por primera vez el 19 de noviembre de 1853. La Iglesia de Santa María de la Asunción: Monumento gótico más importante de Cantabria, actualmente abierto al culto. En el siglo XIII, el rey Alfonso VIII impulsó la construcción de este templo de planta basilical al que se accede por una escalinata flanqueada por dos torres. En origen tuvo tres portadas de las que se conservan dos. La principal, en la fachada oeste, enmarcada por un gran arco apuntado abocinado mediante tres arquivoltas y guardapolvo. La puerta de los hombres, de estilo clasicista, es posterior; se construyó en el siglo XVIII. El interior está dividido en tres naves paralelas y un ábside poligonal. La nave central, de doble altura que las laterales, tiene tres pisos: el primero con arcadas, el segundo con triforio y arcos ciegos, y el tercero con grandes ventanales. La escultura interior es rica, abundan los motivos vegetales de tradición cisterciense. La iglesia conserva piezas de gran interés, entre ellas dos figuras policromadas a tamaño natural: un Cristo gótico de madera de principios del XIV, y una Virgen de piedra de finales del siglo XIII o principios del XIV. Destaca el retablo del Santo Cristo, de estilo prechurrigueresco, con un lienzo de Zurbarán. El estilo de la iglesia está influenciado por el gótico francés de la zona normanda y por la catedral de Burgos que se construyó en la misma época.
Panorámica de Castro Urdiales desde el Puerto. Castillo- Faro de Santa Ana desde el Puerto.
PUENTE: El mal llamado por todo el mundo “puente romano”, está también situado en el puerto, frente al peñón de Santa Ana. Sin embargo, la construcción de este puente se localiza en la edad media, aunque debido a un temporal la parte superior tuvo que ser reconstruida hace algunos años. Está construido en piedra con forma de arco ojival y formaba parte de un conjunto de puentes y pasarela que unían el promontorio donde se sitúa el castillo-faro con la ermita de Santa Ana aislada de la tierra ya que al peñón lo rodeaba el mar hasta la construcción del actual puerto. El puente y la pasarela hermanas de éste, fueron derruidos a principios del siglo XX para facilitar la instalación de la maquinaria encargada de construir el rompeolas. A los pies del puente sorprende la presencia de un entrante de mar confinado en una gran construcción a modo de piscina de piedra cuadrangular que se llena y vacía según el nivel de la marea.
Ermita de Santa Ana y panoramicas desde ella.
Situado al pie del rompeolas en un rincón del puerto se encuentra el peñón de roca natural conocido hoy en día como el peñón de Santa Ana. Antes de la construcción del citado rompeolas, esta imponente pared de piedra hacía las veces de paso natural de todas las embarcaciones que salían de puerto a la mar. Era conocido entonces como el Cantu Santa Ana o Canto de Santa Ana. En la parte superior del peñasco divisamos una pequeña construcción de planta rectangular con pórtico adintelado, construida en piedra con techumbre de madera a cuatro aguas. Los orígenes de esta construcción nos llevan hasta la época romana durante la cual se levantaba en este rincón del Cantábrico la colonia Flavióbriga, aunque bien es verdad que excavaciones realizadas en años anteriores han descubierto restos que avalan la utilización de esta atalaya desde el periodo magdaleniense en el paleolítico superior. Son numerosas las fases constructivas que ha sufrido el edificio por lo que desentrañar la época y la función de cada uno de los restos encontrados (muros, cimientos, etc) ha resultado realmente difícil. Además, debemos tener en cuenta que gran parte de los objetos encontrados forman parte del material de relleno que a lo largo de los siglos ha sido traídos desde las proximidades de la iglesia Sta. María de la Asunción, antiguo cementerio medieval. Aún así, de entre los restos visibles en el suelo acristalado del interior, encontramos los restos de una posible construcción romana. Se cree que pudo tratarse de un faro debido a la situación estratégica del peñón dentro del puerto. El resto de construcciones solapadas entre sí, abarcan desde la edad media hasta la actualidad. La función de este edificio durante la edad media hasta el siglo XVIII fue la de centro religioso a modo de ermita y más importante aún, la de centro político y administrativo. La ermita de Sta. Ana fue el lugar de reunión del Cabildo de Navegantes y Mareantes de San Andrés, institución importantísima dentro de la vida y la hostoria de la villa marinera. Los motivos de sus numerosos derrumbes y reconstrucciones han sido varios: épocas de crisis, guerras, desuso, desastres climatológicos… La escalinata de piedra que se desarrolla desde la base hasta el pórtico, recoge en su primer tramo, parte de los escalones del desaparecido Teatro de la Villa situado en la Plaza de La Barrera y derruido en 1979 . Estas escaleras son accesibles durante todo el año, no así el edificio. Éste suele abrir sólo durante la temporada estival. No obstante recomendamos siempre dirigirse a la oficina de turismo regional situada en el Parque Amestoy.
Panoramica de los montes: Serantes, Punta Lucero, y Montaño. Punta de Saltacaballos, asoma el cargadero.
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