Cascadas del Purgatorio desde el Área recreativa Las Presillas

Las Cascadas del Purgatorio son un conjunto de cascadas situadas en la zona central de la sierra de Guadarrama, en la cabecera del valle del Lozoya, en la vertiente norte de la alineación montañosa de Cuerda Larga. Administrativamente, se encuentran dentro del término municipal de Rascafría, en el noroeste de la Comunidad de Madrid.

Estas majestuosas cascadas, con saltos de agua de más de 10 metros de altura, se forman en el salto del cauce del río Aguilón para salvar las peñas del Purgatorio.

El origen de su nombre es incierto, pero según el cristianismo, el Purgatorio es el lugar de penitencia de los pecadores fallecidos antes de poder alcanzar la salvación. Se cree que, debido a la proximidad de la estricta orden Cartuja localizada en el Monasterio del Paular, que se empezó a construir en 1.340, muchos de sus miembros purgaban sus pecados junto a estas impresionantes Cascadas, un lugar que, sin duda, invita a la meditación.

En resumen, las Cascadas del Purgatorio son un tesoro natural en la Comunidad de Madrid, rodeadas de belleza y misterio, y ofrecen una experiencia única para los amantes de la naturaleza y el senderismo, ya que es una de las rutas más conocidas y emblemáticas de Madrid, que además es posible realizar en familia, ya que no tiene mucha dificultad.

El lugar ideal para empezar la ruta de las Cascada del Purgatorio es el Área Recreativa de las Presillas, donde varios taludes de piedra cierran el curso del río Lozoya, para dar a luz una sucesión, no de pozas, sino de amplias lagunas o piscinas naturales de fresquísima agua, rodeadas de verdes praderas, que en verano hacen la delicia de la gente disfrutando de los baños.

Eso sí, el parking es de pago, 9 € por coche, para el Ayuntamiento de Rascafría, que además ha clausurado todos los sitios donde se podía aparcar en la zona, incluido el Monasterio del Paular, así que o pagas los 9 €, o te vas a Rascafría, lo que añade unos 5 km a la ruta, aunque se puede aprovechar para visitar el bosque finlandés y el puente del Perdón.

Desde las Presillas, el camino se convierte en una magnífica pista que invariablemente va tomando altura, hasta llegar a una intersección cerca de la Curva de las Nieves. Nosotros iremos a la izquierda, aunque el cartel indicativo de las Cascadas dice que, a la derecha, que es por donde volveremos.

Seguimos por el margen derecho del arroyo Aguilón, hasta que vemos un puente donde termina la parte circular de la ruta y el sendero se estrecha para pasar por el Canchal, y llegar al mirador donde vemos la Cascada y termina la ruta fácil.
Yo subí a los riscos del Purgatorio para contemplar la última de las Cascadas, pero este tramo ya es casi campo a través con mucha inclinación y no resulta sencillo.

Se vuelve por el mismo sendero hasta el puente que en esta ocasión cruzamos para volver por la Umbría entre un enorme robledal hacia la Casa de los Aguilones y tomar en la Curva de las Nieves, el camino del comienzo para llegar a las Presillas y terminar esta preciosa ruta, aderezada por la cantidad de agua que llevaba el arroyo del Aguilón.