Cascadas de Abelón, Risco de la Campana y Ermita de San Vicente.

Planteamos una bonita y espectacular ruta cargada de un gran valor paisajístico y geológico que nos acerca a un mirador privilegiado sobre el río Duero.

La recomendación de esta ruta es hacerla en invierno o primavera de lo contrario nos encontraremos con muy poca agua en las cascadas. Nos acercamos al pequeño pueblo zamorano de Abelón en la Comarca de Sayago.

Iniciamos nuestra ruta en la calle de la Rita que nos saca del pueblo en dirección NE. Enseguida, una pista balizada nos acerca hasta el paraje conocido como los Molinos. Allí la pista desaparece y nos movemos por una senda que nos va a trasladar hasta nuestro primer objetivo el “Risco de la Campana”, una formación geológica que nos muestra una gran roca con pequeñas oquedades. Muy curiosa y en el argot geológico se denomina taffoni. Esta roca ha sido muestra de numerosos relatos y leyendas entre los habitantes de la zona. Es muy significativo su gran tamaño y los apoyos sobre los que se sustenta.

Desde ahí, nos vamos a acercar la Poyata, un bonito mirador en forma de balcón natural sobre el río Duero que nos hace sentir como si estuviésemos volando sobre el agua.

Desde esta segunda gran parada nos vamos a buscar el Arroyo de la Cunca. Éste, será el responsable de crear al famosas Cascadas de Abelón en su caída hacia el río Duero. Si tenemos suerte y tienen agua, tendremos un lindo espectáculo visual y sonoro. Si vamos en una época sin mucha agua, podemos adentrarnos en la zona por la que discurre las cascadas. En ambos casos, nos encontraremos con los restos de un antiguo molino de agua que tiene algunas partes muy bien conservadas. El paraje en si, no nos dejará indiferentes, y la senda de bajada a través de unas escaleras de piedra nos permitirá imaginarnos la dificultad tenida la construcción de esta obra.

Desde este lugar, nos dirigimos a buscar la Ermita de San Vicente que nos espera con su campana, visible desde múltiples puntos de la ruta y que constituye un buen mirador del paraje en que nos encontramos. Desde esta atalaya podemos contemplar la desembocadura del Esla sobre el río Duero. En este lugar encontraremos un merendero con bancos y mesas y cerca de la ermita se encuentra también una cruz sobre el terreno.

Desde este punto iniciaremos el camino de vuelta a través de una pista forestal en buen estado.

Que disfrutéis de la ruta como nosotros lo hemos hecho.