Cañon del río Caracena-Carrasca de Valderromán-Hoz del río Manzanares (Soria)
near Caracena, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Hoy nos acercamos al sur de la provincia de Soria, concretamente a Caracena en la comarca de Tierra de Osma y Gormaz, a muy escasa distancia de la provincia de Guadalajara, en las estribaciones de la Sierra de Pela y Picos de Grado.
Una vez que atravesamos San Esteban de Gormaz y tomamos la carretera que va a Caracena merece la pena aminorar la marcha y disfrutar de la plantación de manzanos en espaldera de La Rasa, con casi 700 hectáreas, algo poco habitual en Castilla y León y que merece la pena destacar.
Ya en Caracena, dejamos el coche en la Plaza Mayor donde destaca su rollo o picota y antes de empezar la ruta nos acercamos hasta la iglesia románica de San Pedro Apóstol destacando su galería porticada. Dentro del conjunto histórico de Caracena, también hay que reseñar la iglesia románica de Santa María de la Asunción, el castillo de finales del siglo XV, con doble recinto amurallado y torreones cilíndricos y las ruinas del antiguo hospital. Caracena fue una de las principales marcas fronterizas entre los árabes y los cristianos.
Después de este breve recorrido por el pueblo nos dirigimos en busca del río Caracena, inicio de nuestra larga ruta de hoy. Atravesamos el Puente Cantos y, poco a poco, nos vamos adentrando en el cañón del río Caracena, afluente del Duero, que se prolonga hasta el pueblo de Tarancueña. Se trata de un desfiladero espectacular, dominado por elevadas paredes calizas, siendo sus oquedades aprovechadas como cobijo por aves como el buitre leonado, el águila real o el halcón peregrino. A lo largo de su recorrido, nos encontramos permanentemente observados por los abundantes ejemplares de buitre leonado que dominan la zona. Es una gozada poder disfrutar de su vuelo majestuoso.
En cuanto a la vegetación destacan las carrascas, sabinas y chaparros y los juncos en los márgenes del río. Hasta el Tarancueña la ruta coincide en su recogido con el GR-86 Sendero Ibérico soriano.
Conviene destacar que tanto en el río Caracena como posteriormente en el Manzanares la traza de la ruta no obliga a vadearlos en diferentes puntos, aprovechando las piedras colocadas en su lecho. Nosotros no tuvimos problemas para hacerlo, gracias sobre todo a que, aunque la ruta la hemos hecho en el mes de marzo, no ha sido un invierno muy lluvioso. Sin embargo, en función de la época, puede haber algún problema para continuar la ruta sin mojarse.
A medida que nos acercamos a Tarancueña, el cañón se va abriendo y va dejando paso a una zona de valle, con mayor presencia de tierras de cultivo. A travesamos el pueblo, y nos dirigimos, a través de caminos de concentración, hacia el pueblo prácticamente abandonado de Cañicera. Nada más pasado el pueblo, giramos a la derecha para continuar a media ladera en dirección a Valderromán, evitando de este modo tener que hacer estos kilómetros siguiendo la carretera. Como inconveniente conviene destacar la necesidad de sortear varias veces alambradas que limitan fincas, sin embargo, no plantea mucha dificultad superarlas gracias a que no son de espinos y se pueden salvar fácilmente.
Una vez que alcanzamos la carretera no nos dirigimos al pueblo de Valderromán, sino que giramos a la derecha y siguiendo esta carretera vamos hacia el encuentro de la impresionante carrasca de Valderromán. Esta encina supera los cinco metros de perímetro en su único tronco y tiene 17 metros de altura. Está considerada la encina más antigua de España, con una vida de más de 800 años, pero no es la única de proporciones sobresalientes en la zona. Merece la pena detenerse a deleitar la vista con este majestuoso ejemplar.
Después de un merecido descanso para comer continuamos nuestra ruta atravesando, sin sendero definido, el monte de encinas y sabinas y descendiendo la ladera nos dirigimos al pueblo de Valderromán para iniciar el recorrido en dirección norte por la hoz del río Manzanares, afluente del río Caracena. Atravesamos los pueblos de Hoz de Arriba y Hoz de Abajo, tomando a la salida de éste último un camino a la derecha que nos sube al páramo.
A partir de aquí, la ruta transcurre por el páramo, descendiendo hasta cruzar la carretera que lleva a Caracena y volviendo a tomar otro camino que nos ascenderá al páramo de enfrente y que nos llevará hasta nuestro punto de inicio. A lo largo de estos kilómetros podemos disfrutar de un paisaje de tierras de cultivo, en ocasiones con formaciones de terrazas, y sabinares. Si el día está despejado podemos vislumbrar al este la silueta del castillo de Gormaz,construido en el siglo X y que llego a ser fortaleza islámica califal.
En la última parte del recorrido, los caminos no están muy marcados e incluso el descenso del páramo al Puente Cantos no está definido por lo que hay que descender con precaución.
Una vez que atravesamos San Esteban de Gormaz y tomamos la carretera que va a Caracena merece la pena aminorar la marcha y disfrutar de la plantación de manzanos en espaldera de La Rasa, con casi 700 hectáreas, algo poco habitual en Castilla y León y que merece la pena destacar.
Ya en Caracena, dejamos el coche en la Plaza Mayor donde destaca su rollo o picota y antes de empezar la ruta nos acercamos hasta la iglesia románica de San Pedro Apóstol destacando su galería porticada. Dentro del conjunto histórico de Caracena, también hay que reseñar la iglesia románica de Santa María de la Asunción, el castillo de finales del siglo XV, con doble recinto amurallado y torreones cilíndricos y las ruinas del antiguo hospital. Caracena fue una de las principales marcas fronterizas entre los árabes y los cristianos.
Después de este breve recorrido por el pueblo nos dirigimos en busca del río Caracena, inicio de nuestra larga ruta de hoy. Atravesamos el Puente Cantos y, poco a poco, nos vamos adentrando en el cañón del río Caracena, afluente del Duero, que se prolonga hasta el pueblo de Tarancueña. Se trata de un desfiladero espectacular, dominado por elevadas paredes calizas, siendo sus oquedades aprovechadas como cobijo por aves como el buitre leonado, el águila real o el halcón peregrino. A lo largo de su recorrido, nos encontramos permanentemente observados por los abundantes ejemplares de buitre leonado que dominan la zona. Es una gozada poder disfrutar de su vuelo majestuoso.
En cuanto a la vegetación destacan las carrascas, sabinas y chaparros y los juncos en los márgenes del río. Hasta el Tarancueña la ruta coincide en su recogido con el GR-86 Sendero Ibérico soriano.
Conviene destacar que tanto en el río Caracena como posteriormente en el Manzanares la traza de la ruta no obliga a vadearlos en diferentes puntos, aprovechando las piedras colocadas en su lecho. Nosotros no tuvimos problemas para hacerlo, gracias sobre todo a que, aunque la ruta la hemos hecho en el mes de marzo, no ha sido un invierno muy lluvioso. Sin embargo, en función de la época, puede haber algún problema para continuar la ruta sin mojarse.
A medida que nos acercamos a Tarancueña, el cañón se va abriendo y va dejando paso a una zona de valle, con mayor presencia de tierras de cultivo. A travesamos el pueblo, y nos dirigimos, a través de caminos de concentración, hacia el pueblo prácticamente abandonado de Cañicera. Nada más pasado el pueblo, giramos a la derecha para continuar a media ladera en dirección a Valderromán, evitando de este modo tener que hacer estos kilómetros siguiendo la carretera. Como inconveniente conviene destacar la necesidad de sortear varias veces alambradas que limitan fincas, sin embargo, no plantea mucha dificultad superarlas gracias a que no son de espinos y se pueden salvar fácilmente.
Una vez que alcanzamos la carretera no nos dirigimos al pueblo de Valderromán, sino que giramos a la derecha y siguiendo esta carretera vamos hacia el encuentro de la impresionante carrasca de Valderromán. Esta encina supera los cinco metros de perímetro en su único tronco y tiene 17 metros de altura. Está considerada la encina más antigua de España, con una vida de más de 800 años, pero no es la única de proporciones sobresalientes en la zona. Merece la pena detenerse a deleitar la vista con este majestuoso ejemplar.
Después de un merecido descanso para comer continuamos nuestra ruta atravesando, sin sendero definido, el monte de encinas y sabinas y descendiendo la ladera nos dirigimos al pueblo de Valderromán para iniciar el recorrido en dirección norte por la hoz del río Manzanares, afluente del río Caracena. Atravesamos los pueblos de Hoz de Arriba y Hoz de Abajo, tomando a la salida de éste último un camino a la derecha que nos sube al páramo.
A partir de aquí, la ruta transcurre por el páramo, descendiendo hasta cruzar la carretera que lleva a Caracena y volviendo a tomar otro camino que nos ascenderá al páramo de enfrente y que nos llevará hasta nuestro punto de inicio. A lo largo de estos kilómetros podemos disfrutar de un paisaje de tierras de cultivo, en ocasiones con formaciones de terrazas, y sabinares. Si el día está despejado podemos vislumbrar al este la silueta del castillo de Gormaz,construido en el siglo X y que llego a ser fortaleza islámica califal.
En la última parte del recorrido, los caminos no están muy marcados e incluso el descenso del páramo al Puente Cantos no está definido por lo que hay que descender con precaución.
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Comments (2)
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Tiene muy buena pinta esta ruta. No conozco la hoz del Manzanares. Es transitable? Sabéis como se encuentra a día de hoy?
Hola. El cañón es transitable pero hay que tener en cuenta que el río hay que vadearlo en varias ocasiones. Cuando la hicimos no hubo problemas