CAÑÓN DEL JÚCAR Y VUELTA ACUÁTICA POR JLG

Tiempo real en movimiento y acción: 4h:15’ aproximadamente

INTRODUCCION
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Ruta ideal para el verano, pero hay que ir muy bien equipados y preparados físicamente, principalmente para el regreso que es completamente acuático.
Por ejemplo ropa de neopreno, no llevar objetos de valor que te estimes, como cámaras fotográficas no sumergibles, la mía en concreto que le tenía un gran cariño y amor y la que he llevado conmigo durante 13 años, hizo glu glu glu… para siempre. Ya que, recorrimos unos 5 km por dentro del río “no había otra alternativa”, y muchísimos tramos los tuvimos que realizar nadando por el caudal de agua que llevaba este año el río. Pero en resumen valió la pena fue una súper aventura y experiencia que no olvidaremos jamás de los jamases ninguno de los 8 componentes del grupo. Fue verdaderamente espectacular del todo, aunque hay que reconocer que hubo momentos de mucha tensión por la inexperiencia. Pero al final, todos nos comportamos como unos verdaderos artistas y valientes, estuvimos a la altura de Indiana Jones y sin dobles. Y sobrevivimos a esta especial prueba sumergidos en el Júcar.

Gracias de verdad, amigos: Ricardo, Santí, Vicente, Pilar, Sergio, Paco, Lola y me incluyo yo José Luis, para haber compartido juntos este gran día que nos regaló Dios y la naturaleza y lo vivimos, sufrimos y disfrutamos juntos. ¡Enhorabuena! Sois unos verdaderos Campeones. ¡Hasta la próxima!


ACERCAMIENTO AL PUNTO DE INICIO
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Para llegar al punto de inicio seguimos un track de aproximación de Casiaventurilla:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=400981

Desde Cofrentes tomamos la carretera del Balneario de los Hervideros, CV-439, y pasados 3,5 km. aproximadamente, nos desviamos por la pista asfaltada a la izquierda (300 mts entre desvió al Balneario). Después nos tendremos que volver a desviar a la derecha, tomando el Camino de los baños de las Torcas, en dirección a Rio Arriba, 6 km. aprox. desde Cofrentes, llegaremos a una bifurcación de caminos, dejando los coches en el camino de la derecha, éste es el inicio, habremos recorrido en coche un total de 8,8 km desde Cofrentes.


DESCRIPCION DE LA RUTA
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Una vez nos situamos en el inicio no hay ningún problema de seguimiento. Basta seguir el camino sin posibilidad de error, aunque en alguna ocasión veremos alguna senda que se desgaja, enseguida nos daremos cuenta que por ahí no es.

Comenzamos en el camino de tierra que encontramos a la derecha poco antes de terminar la carretera en el fondo del valle (ver acercamiento al punto de inicio).

Este comienza en suave ascensión pudiendo ver algunas formaciones rocosas que sobresalen de las abruptas paredes que nos protegen, pero esto solo es el prólogo de lo que viene a continuación, ya que todavía no estamos en la parte más quebrada del cañón.

Hay tramos del camino que ha ganado terreno a la propia montaña, recortándola, incluso se ha horadado tres túneles en total (marcados en el track el 1º y el último) para proseguir su complicado recorrido.

Pasamos junto a construcciones que delatan intensas actividades de otros tiempos. Hasta el momento con buen caminar y sin apenas desnivel vemos aparecer las grandiosas paredes que el Júcar ha ido perfilando con el paso de los años.

Sorprende algunos rincones, donde nuevamente vemos el afanoso trabajo realizado para el trazado del camino. Ya podemos contemplar con vista hacia atrás, unas preciosas vistas del fondo del cañón y el camino por el que hemos venido.

En la ladera de enfrente vemos importante masa forestal de pinos, con colosales paredes que buscan la verticalidad por encima de los bosques. Y a nuestra derecha seguimos con paredes infinitas, en ocasiones con afiladas puntas, como podréis apreciar en las fotografías.

Llegamos al punto donde el trazado se abre camino transformándose en senda entre bloques de piedras producidos por desprendimientos. Pasamos junto a la entrada de algunas excavaciones con motivo del trasvase subterráneo del Júcar al Cabriel.

Llegamos al último de los túneles, donde el camino termina después de cruzarlo. Al pasarlo iniciamos el descenso por una pedrera (Marcado el waypoint en el track).

Hay una rampa de tierra por la que podrían bajar los amantes del patinaje. Nosotros solo la tocamos unos metros al final de la pedrera para evitar las caídas. Llegamos al lecho del Cañón que nos invita a tomar un primer baño de refresco, y prepararnos para dar comienzo a la gran aventura acuática. Fuimos equipados con dos colchonetas y una barquita hinchables para transportar las mochilas y evitar que se mojaran, y a su vez las mochilas estaban protegidas con bolsas de plástico en el interior. Lo único que llevábamos sumergible era el GPS y nosotros. Los primeros tramos a nado resultaron exitosos. Pero pronto vinieron las fatalidades, una colchoneta se rajó y la otra se pinchó. Solo nos quedaba la barquita de Vicente y Pilar que salvó algunas mochilas, pero el resto como yo, tuvimos que nadar con la mochila a la espalda, y muchísimas cosas y objetos fueron disipados y afectados por el agua, como algún teléfono móvil y mi querida cámara fotográfica. A los 3 Km. aproximadamente de estar nadando y andando por el río con el agua por la cintura, encontramos un recodo de piedras y tierra seca en el río donde pudimos hacer una parada técnica y aprovechamos para comer y reponer fuerzas del sobreesfuerzo que estábamos haciendo.

Al cabo de un rato, cuando recuperamos algo de calor, y nuestras tensiones menguaron, retomamos los 2 Km. mas que nos faltaban por nadar y de transitar por el río. Ahora ya nos sentíamos mas expertos, y como realmente lo que nos importaba de verdad eran nuestros vidas, lo hicimos como muchas mas tranquilidad y conciencia. Finalmente, llegó lo anhelado, una senda a la izquierda (Waypoint marcado en el track) transitable pero muy enmarañada entre multitud de cañas (Si el río no hubiera tenido tanto caudal, podríamos haber seguido caminando por el hasta un Azud que se localizaba mas adelante, y la distancia en kilómetros hubiera sido inferior).

Por fin, pudimos manifestar nuestros sentimientos y dijimos ¡Tierra!, como un auténtico y desesperado naufrago después de pasar infinidad de horas en el mar.

Tomamos esta senda alegremente hasta llegar a una pista de tierra que nos llevo cumplidamente hasta el parking de los coches, “el punto de inicio y final”.

Afortunadamente, he podido salvar las fotos del 1er tramo de la Ruta, y alguna que salió súbitamente al final del recorrido.

Una vez más, enhorabuena a todos. Trabajamos en equipo, y os podéis sentiros vanidosos y súper orgullosos de los resultados obtenidos, que los podemos calificar con sobresaliente.

Un fuerte abrazo para todos

José Luis González