Cañada del Sereno-Cueva de los Mármoles-Río Darro-Dehesa de los Bolones (Sierra de Huétor)

Ruta por la Sierra de Huétor, que tiene la declaración de Parque Natural desde 1989 (y que comprende, amén de la sierra que le da nombre, las de la Alfaguara, de Cogollos, de Diezma, de Beas y las estribaciones sur de la sierra de Arana), por variados y bonitos parajes, que permite disfrutar de excelentes panorámicas de Sierra Nevada y de las Sierras de Tejeda, Alhama y Almijara a la par que adentrarse en el curso inicial del río Darro (el afluente del Genil que riega los jardines de la Alhambra), cuya vegetación riparia luce ahora sus postreros tonos otoñales.

Llego al punto de inicio de la ruta tomando la salida 259 (Parque Natural de la Sierra de Huétor) de la A-92 y, tras pasar el puente sobre la autovía, conducir unos 750 metros hasta el arranque del carril que lleva a la Casa Forestal de los Peñoncillos, donde aparco. Un cartel en este punto indica el inicio del Sendero de la Cañada del Sereno a 80 metros. Es un sendero circular por el que caminaré unos dos kilómetros y medio, hasta el Mirador de los Mármoles: se asciende primero por un pinar de repoblación (donde predomina el pino resinero) que luego, cuando se abre el paisaje, deja lugar al encinar y al sotobosque mediterráneo, cruzando los barrancos de los Corrales y de la Zarraca y con magníficas vistas de algunos tresmiles de Sierra Nevada, sobre todo desde el Mirador de los Mármoles (desde donde se divisan además parte de las sierras de este Parque -la de Víznar, la de Alfaguara y la de la Yedra-, con los Cerros del Maúllo, de la Cruz de Víznar, de la Cueva del Agua y de las Calaveras). Desde aquí parte una estrecha vereda que baja al Barranco de los Mármoles; tras cruzarlo, se introduce en un pinar y a los pocos metros hay que desviarse dirección sur (a la izquierda) para visitar la Cueva de los Mármoles (que cuenta con aproximadamente 20 metros de desarrollo horizontal, en dos salas, con abundantes espeleotemas). Esta sierra posee un destacado conjunto de geomorfología kárstica, por lo que abundan en ella las cuevas y los abrigos.

Desando el trecho recorrido hasta la cueva y continúo por un bonito sendero entre pinos que me lleva hasta la pista forestal, junto a la Fuente de la Teja (así conocida por la teja que tiene encima el manantial). En este paraje tiene el Darro sus surgencias más altas.

Poco después se deja la pista para caminar junto al río, salvando el Barranco de la Majada de los Mármoles por un puente, y, tras pasar por las Veguillas, continuar por un camino que se introduce en un bosque de cedros. Luego el río se encajona y la senda se estrecha, cruzando su lecho en más de un punto (ahora sin agua), hasta llegar a un dique, ya muy cerca del lugar donde se encuentran dos de las principales fuentes que dan origen al Darro (donde contactan los materiales permeables del acuífero de La Peza -calizas y dolomías- y los detríticos de la Depresión de Granada): Fuente Grande (encerrada en una caseta construida para posibilitar su captación y abastecer a Huétor Santillán) y la de los Porqueros (al descubierto). Este enclave se conoce como “El Nacimiento".

Sigo por el sendero Cueva del Señor, una pista de tierra blanca jalonada por bancos de madera donde sentarse a contemplar las vistas del Barranco del Darro, hasta que se bifurca en dos: dejo la de la derecha, en bajada (por donde va el sendero Acequia del Darro atravesando el Tajo de Carraspichi) y continúo por la superior (con algún recorte por monte) hasta el siguiente cruce de caminos, donde subo por la pista que se dirige a la Cueva de los Huesos. A esta pequeña cavidad (de 2 por 1 metros) llego por veredillas, siguiendo luego hasta el Mirador de la Cruz Baja, buen sitio donde hacer un alto para reponer fuerzas disfrutando de unas impresionantes vistas panorámicas.

Vuelvo a la pista y, antes de llegar a unas antenas, me desvío por una senda que comienza recorriendo la ladera del Cerro de la Cruz (donde se ubica la Cruz de Huétor), en dirección a la Dehesa de Bolones. La vereda, estrechita y aérea, también ofrece bellas vistas del Barranco del Darro, vigilado por las trincheras del Maúllo. Baja a un barranquillo y después se continúa por una pista que recorre el variopinto bosque de la Dehesa de Bolones (con pinsapos y secuoyas), pasando junto a su fuente y dejando a un lado la Casa Forestal. Termina en la pista donde se encuentra otra Casa Forestal, la de Los Peñoncillos, apenas a unos doscientos metros del final de la ruta.