CAMINO OLVIDADO. Etapa 5: Arija - Olea
near Arija, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Otra etapa de mucha carretera, una más, pero además esta ha sido una etapa a base de bocadillos, y no porque nosotros lo queramos. Para hacer más honor a su nombre de Olvidado, la señalización final muy pobre.
Tuvimos que pedir al restaurante donde comimos ayer que nos hicieran bocadillos para el día de hoy, no hay ningún sitio para tomar algo hasta Olea, ¡en 35 kms! Y además que nos dieran una botella de café con leche para calentar en un infiernillo. En el hotel La Piedra donde nos alojamos el bar lleva cerrado un año.
Iniciamos la etapa sabiendo que nos esperan 20 kms de carretera, bordeando el embalse, con el puente en obras. La carretera con tráfico no está prevista para caminantes, a veces sin siquiera un arcén. El paisaje del embalse con el nivel tan bajo es un poco desolador. El paisaje sin embargo mejora en belleza en su cabecera.
Afortunadamente el tiempo a pesar del frío es soleado y realza el paisaje.
Luego cogemos una carretera hacia la izquierda que nos lleva a los restos romanos de Iuliobriga en la Llanuca con su bonita iglesia romana y sus vistas sobre Reinosa. Allí nos nos decidimos a meterle mano al bocadillo (demasiado pan y poca tortilla con chorizo), no comemos más que un trozo pero tenemos también una empanada de atún que hemos comprado allí mismo en la furgo de la chica que reparte el pan (no mucho más comible).
A partir de aquí empiezan las dos subidas finales del perfil de la etapa. Un paisaje inigualable, hemos pasado por robledales, pinares, hayedos y por prados con espinos albares reventones en flor. Muchos caballos por los prados e incluso por el camino, ganado para carne.
La subida inicial se hace por una pista de desnivel muy tendido hasta que los tracks que llevamos nos dicen que hay que dejarla. Entonces empieza la ceremonia de la confusión: pocas indicaciones y confusas, flechas muy mal colocadas que no se ven (algunas incluso parecen haber sido movidas para confundir), una angarilla con flecha amarilla cerrada con alambre de espino.
Por fin llegamos a Cervatos y ¡sorpresa! hay un bar abierto. Una cerveza y nos terminamos el bocadillo. Una verdadera sorpresa la colegiata de San Pedro. Magnífica. Y seguimos a por la siguiente ascensión hacia Olea. Aquí las indicaciones son algo mejores. Nos alojamos en Casa Miguel. Un buen apartamento rural y una hospitalidad fuera de lo común (30 € por persona). Nos llevan a la panadería-bar donde compramos algo para la cena y poco después se nos presentan con un montón de vituallas para el desayuno.
Tuvimos que pedir al restaurante donde comimos ayer que nos hicieran bocadillos para el día de hoy, no hay ningún sitio para tomar algo hasta Olea, ¡en 35 kms! Y además que nos dieran una botella de café con leche para calentar en un infiernillo. En el hotel La Piedra donde nos alojamos el bar lleva cerrado un año.
Iniciamos la etapa sabiendo que nos esperan 20 kms de carretera, bordeando el embalse, con el puente en obras. La carretera con tráfico no está prevista para caminantes, a veces sin siquiera un arcén. El paisaje del embalse con el nivel tan bajo es un poco desolador. El paisaje sin embargo mejora en belleza en su cabecera.
Afortunadamente el tiempo a pesar del frío es soleado y realza el paisaje.
Luego cogemos una carretera hacia la izquierda que nos lleva a los restos romanos de Iuliobriga en la Llanuca con su bonita iglesia romana y sus vistas sobre Reinosa. Allí nos nos decidimos a meterle mano al bocadillo (demasiado pan y poca tortilla con chorizo), no comemos más que un trozo pero tenemos también una empanada de atún que hemos comprado allí mismo en la furgo de la chica que reparte el pan (no mucho más comible).
A partir de aquí empiezan las dos subidas finales del perfil de la etapa. Un paisaje inigualable, hemos pasado por robledales, pinares, hayedos y por prados con espinos albares reventones en flor. Muchos caballos por los prados e incluso por el camino, ganado para carne.
La subida inicial se hace por una pista de desnivel muy tendido hasta que los tracks que llevamos nos dicen que hay que dejarla. Entonces empieza la ceremonia de la confusión: pocas indicaciones y confusas, flechas muy mal colocadas que no se ven (algunas incluso parecen haber sido movidas para confundir), una angarilla con flecha amarilla cerrada con alambre de espino.
Por fin llegamos a Cervatos y ¡sorpresa! hay un bar abierto. Una cerveza y nos terminamos el bocadillo. Una verdadera sorpresa la colegiata de San Pedro. Magnífica. Y seguimos a por la siguiente ascensión hacia Olea. Aquí las indicaciones son algo mejores. Nos alojamos en Casa Miguel. Un buen apartamento rural y una hospitalidad fuera de lo común (30 € por persona). Nos llevan a la panadería-bar donde compramos algo para la cena y poco después se nos presentan con un montón de vituallas para el desayuno.
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